Buscar este blog

viernes, 28 de mayo de 2021

Cumpleaños

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-cumpleanos-6771118.html
                                                               Cumpleaños 

    Mi existencia marca como punto de inicio la década de los 60, cuando el mundo se tambaleaba ante los sucesos políticos, culturales y económicos que cimbraban el orden establecido. El motor del cambio empieza a acelerar. Acontece la guerra fría entre dos potencias mundiales: Rusia y E.U.A., la guerra de Vietnam, que es la primera asistida por las principales fuentes de comunicación, dando cuenta de los abusos y atropellos a los derechos humanos y la pérdida de miles de vidas. Martín Luther King, activista pacífico de Estados Unidos de América, levanta su voz contra las injusticias y los atropellos a los derechos elementales de la comunidad afroamericana; convirtiéndose en uno de los luchadores sociales que expresa con palabras y persigue su sueño con acciones contundentes; solo pudo ser silenciado por las manos asesinas que presionaron el gatillo poniendo fin a su existencia. 
     
    Se gesta el movimiento social de los hippies, cuyo lema: amor y paz se escucha por los distintos continentes. Florecimiento del arte, de la libre expresión, pero también de la drogadicción y la trasgresión de las normas sociales; la música estridente del Rock and Roll, entra hasta los hogares, cimbrando el alma e ímpetu en los jóvenes y logra imponerse a pesar de la oposición. Los Beatles, cuarteto de Liverpool, dejan escuchar su armónica música, con letras que buscan la identidad, el encuentro consigo mismo y con la otredad. Se aprueba la píldora anticonceptiva y empieza una revolución sexual; reivindicando la sexualidad como parte integrante de la condición humana. 
     
    Los alemanes, separaron miles de familias con la construcción del Telón de Acero, mismo que fue finalmente derrumbado en 1989. El primer aterrizaje lunar acontece en 1969, siendo informado al mundo entero por los medios imperantes de la época. Se crea, el primer prototipo de internet, dando inicio a la revolución global del conocimiento. 
 
    Son muchos los detonantes históricos y culturales que acompañaron mis primeros años de vida; mismos que fui conociendo en la medida de se expandió mi desarrollo físico, cognitivo, social y emocional. 
    
    Un 29 de mayo, de 1963, dejé el abrigo protector del útero materno, para llegar a un hogar donde se carecía de comodidades materiales, pero, rodeado de amor, solidaridad y abrazo protector familiar y comunitario. Cada año, compartía con mamá, posteriormente con mi cuñado y dos de mis hijos la celebración de cumpleaños, por lo que el mes de mayo, se relaciona con júbilo y jolgorio. Acuden a mi mente esos momentos, festejando una vuelta más al sol; por lo que ese día era esperado con ansia, pues significaba recibir presentes y sentir la corona de atenciones, privilegios y deferencias sobre mi persona, que me hacían sentir la reina de la fiesta. En los festejos había piñata, comida preparada por las manos y sazón de mamá, ollas de tesgüino, que hacían el deleite de los pobladores; pastel elaborado por mi tía Eloísa, conjugando las satisfacciones experimentadas al ser protagonista del evento.      
    
    En ese hermoso devenir, la infanta se convierte en niña, adolescente, mujer y abuela, pero la magia y sensaciones experimentadas no han cambiado, solo las personas que me rodean y la forma de celebrarlo. Han transcurrido muchas primaveras, mismas que están llenas de recuerdos emociones, nostalgias, alegrías y remembranzas. El pueblo que me vio nacer, guarda los restos mortales de familiares y amigos que terminaron su ciclo de vida; empero en el firmamento, el sol se pone al amanecer y se oculta en el horizonte al caer la tarde; las estaciones, al igual que las personas llegan y se van; mismo escenario, distintos actores.
    
     Gracias por un año más, por este regalo que viene envuelto en la alegría de ser, hacer y compartir. Espero gozar la gracia, de seguir en este plano terrenal y recrearme con los sucesos que acontecen en el diario vivir. 

                                    ¡Bienvenidos sean los 58 años!

sábado, 22 de mayo de 2021

Cuentitos de navidad

https://online.fliphtml5.com/ujwzj/zidg/
https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-la-cualidad-del-gratus-6742707.html La cualidad del gratus La palabra «gratitud» junto con sus sinónimos y equivalentes la aprendemos a pronunciar desde muy temprana edad, pero en la medida que vamos adquiriendo conciencia del poder y fuerza que confiere su uso, podemos externarla con mayor profundidad y certeza. Externamos gratitud con el regalo de cada amanecer, por tener comida sobre nuestra mesa, por la salud que gozamos, por las personas que nos rodean y por los tantos bienes recibidos. Cuando los inconvenientes e infortunios se presentan en nuestra vida, nos rebelamos y manifestamos enojo ante las injusticias que nos sentimos objeto. A través de mis 57 primaveras, he aprendido a levantar la vista al firmamento, a expresar no solo con palabras sino con acciones la gratitud que inunda y desborda mi corazón; doy gracias por que puedo gozar de mis cinco sentidos, mirar los atardeceres, la naturaleza, la belleza y perfección de los niños; deleitarme con el perfume de una flor, con la esencia de aromas que dan paz y sensación de bienestar a mi alma: con el sabor inconfundible de los alimentos que dan fuerza y sustento, porque puedo sentir mi presencia y la de los demás, tocar, abrazar, estrechar manos; escuchar el croar de las ranas, la lluvia que golpetea en los techos y ventanas, el crujir de las hojas secas, el murmullo del viento y el canto de las aves. Agradezco porque de todos los caminos posibles, he escogido aquellos donde es posible sembrar, abonar la tierra y cosechar; porque de las profesiones que se ofrecen como en un abanico de posibilidades, tuve la fortuna de ser maestra, formadora de generaciones; sembradora de conocimiento y esperanzas; porque dentro de las múltiples cualidades y atributos, se ha desarrollado en mí esa pasión por las letras, por la literatura, por leer y aprender a través del tiempo y de los espacios culturales; por mi amor y dedicación a la poesía, la cual ha sido como un bálsamo en tiempos de crisis, es catarsis, me ayuda a soltar, a dimensionar de una manera distinta. Gracias por la familia donde tuve la suerte de nacer y crecer; por las vidas longevas de mi madre, abuela y tíos; por esa existencia efímera de mi nieta, quien solo alumbró nuestra existencia por diez años, pero que dejó inundado de memorias y recuerdos nuestra célula familiar. Por mis hijos, fuente inagotable de amor y ternura, en quienes me sostengo, cuando la oscuridad penetra, ellos se convierten en esa luz que orienta mis pasos. Gracias por mi esposo y compañero de vida, con quien he pasado ya casi cuatro décadas a su lado; hemos aprendido a soñar juntos, a construir andamios, a reforzar y remendar heridas, y sobre todo, a apoyarnos uno en el otro, porque decidimos acompañarnos, amarnos y respetarnos por el resto de nuestras vidas. Gracias por el regalo de mis nietos, ellos se han convertido en esa cascada inagotable de amor y de ternura; soy parte de sus sueños, de sus risas y logros. Me congratulo con cada aprendizaje y logros en su escalinata; son mi alegría. Gracias por esas hermosas amistades que he construido a lo largo de mi existencia, amigos con los que puedo hablar, llorar y desahogar mis cuitas, cantar, bailar, gritar y hacer remembranzas de experiencias. Gracias por ser parte de mí. Agradecida también por los obstáculos que he tenido que enfrentar, me han enseñado construir la resiliencia, a valorar las cosas y personas que circundan a mi alrededor.

lunes, 17 de mayo de 2021

Soy maestra

https://revistalatinanc.com/2021/05/15/soy-maestra/




Soy Maestra

Son distintos los caminos que llevan a obtener un título en educación; circunstancias que se han ido modificando de acuerdo a los requerimientos propios del contexto y de las necesidades del sistema educativo. A partir de la implementación de la Secretaria de Educación Pública en México (1921), el reto inmediato era la expansión y empezar a llevar alfabetización; por lo que personas con primaria terminada, ingresaron a las filas del magisterio para convertirse en alfabetizadores y más adelante se irían comprometiendo con los cursos propedéuticos.

 A partir de mediados del siglo XX, la cobertura de las escuelas por todo el territorio mexicano era notable, por lo que personas con secundaria terminada, ingresaban directamente a la escuela normal y en tres años salían con título en mano, listos para llevar su misión a los rincones más apartados del país o estado.

Por los 80, se abre la oportunidad que personas con secundaria terminada empiecen a trabajar dentro del magisterio y cursen su educación al mismo tiempo en  escuelas formadoras durante los periodos de receso vacacional y en fines de semana.

Posteriormente, se da la exigencia que antes de entrar a la normal, se haya cursado la preparatoria, obteniendo un título, cuatro años después de licenciado en educación.

La escuela, también es puerta de entrada donde pueden florecer otras profesiones, sobre todo de nivel secundaria, medio superior y superior; recibiendo los cursos de nivelación pedagógica donde se cursan las materias propias de didáctica y pedagogía.

Este es el escenario donde el aprendizaje es inacabado, hay un nuevo término aplicado que es «INCOMPLETUD», eso significa que hay que estar en constante actualización y profesionalización por los cambios que se presentan a una velocidad frenética y exigen que el maestro esté preparado para enfrentarlos.

Recientemente leí un texto de Pablo Latapi, quien dice que esta profesión tiene sus ambivalencias y claroscuros de la luna; resalta los retos y áreas de oportunidad que el docente enfrenta cada día, pero también menciona la enorme satisfacción que experimenta cuando contempla el milagro del aprendizaje, cuando puede mirar esos ojos que se iluminan, la sonrisa que se dibuja en el rostro, las palabras de agradecimiento de sus alumnos y el raudal de amor que recibe a diario.

Concuerdo con estas disertaciones, estoy inmensamente agradecida por la oportunidad brindada de ingresar a las filas del magisterio en 1986 en la secundaria de mi pueblo natal Balleza, Chihuahua. La inmensa cantidad de aprendizajes que recibí de mis compañeros de trabajo, de mis alumnos, quienes con sus interrogantes me obligaban a estarme actualizando; agradecida con las escuelas que en su momento me fueron brindando las herramientas necesarias para desenvolverme en esta hermosa profesión.

El aprendizaje, no solo se recibe de los currículos y maestros que imparten la cátedra, sino de los compañeros de viaje, con quienes se construyen lazos indisolubles de amor y compañerismo. Se comparten experiencias, vivencias, métodos, técnicas y las bases teóricas; en la medida que se va adquiriendo significado, se aprende a valorar intensamente lo que se hace.

Soy una maestra sedienta de aprendizaje, al terminar un ciclo de preparación ya estaba pensando en el siguiente, con la mirada puesta en el horizonte, en la búsqueda de respuestas a tantas interrogantes que, al igual que la utopía, en la medida que vas avanzando, esta se va alejando diez pasos más.

Incursioné en varios ámbitos educativos: docente, subdirectora, directora y jefa de enseñanza, a la par que laboré en varias escuelas diseminadas en distintos espacios del estado: Balleza, Parral, San Francisco del Oro, Delicias, Guachochi y de vuelta a Parral. También tuve la suerte de impartir clases a preescolar, primaria, secundaria, nivel medio y superior, adquiriendo con ello, la experiencia de conocer y apreciar las diferencias substanciales de cada etapa. Trabajé en la escuela formadora de docentes, acompañé a varias generaciones en su trayecto formativo. Me jubilé en el 2017, actualmente fui invitada a volver a la escuela normal, estoy laborando de forma virtual, una nueva modalidad, donde los retos están al día, pero también las esperanzas, los sueños compartidos y los lazos de amor que vamos tejiendo por y con la docencia.  

Felicidades a todos los maestros en su día, por ser constructores, andamios, guía; por ser esa luz que ilumina el sendero del conocimiento, quien sienta las bases para que las nuevas generaciones tomen decisiones más informadas, más conscientes y reflexivas; porque en nuestras manos está la formación de carácter, templanza, resiliencia y valores.

¡Sigamos siendo sembradores!

 

 

 


viernes, 14 de mayo de 2021

Otra batalla perdida

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-otra-batalla-perdida-6711886.html

Otra batalla perdida

Hay eventos únicos e irrepetibles que marcan la existencia, uno de estos, es el momento del nacimiento y el otro es cuando dejamos de existir en el mundo físico.

Se ha dicho, que, al momento de nacer, es como un libro con las páginas en blanco, donde se irán imprimiendo esas experiencias, mismas que son parte inherente del desarrollo de cada ser humano y que tienen una relación directa con el entorno familiar y comunitario donde nos desenvolvemos.

Los psicólogos fundamentan en sus teorías que aparte de la carga psicogenética, las muestras de afecto, apego y amor que recibimos desde la gestación y posteriormente de nuestros primeros cuidadores son parte medular del desarrollo de la personalidad y carácter de cada individuo.

Este escrito lleva la intención de rendir un homenaje póstumo al recuerdo de Roberto Jáquez Olivas y su compañera de vida, Bertha Quintana.

Una pareja que se encuentra en el devenir del tiempo, cuando ambos ya habían procreado una familia en distintos ámbitos, pero que por aras del destino se conocen y deciden emprender una nueva etapa en su vida.

La vida se compone de dualidades. Ellos se reencuentran, pero un fantasma aparece con nubarrones de tormenta; el cáncer se había posesionado de Queta, madre de Roberto, cuyas limitaciones iban en aumento día con día.

Ellos, al igual que el resto de la familia, se comprometen en su cuidado, prodigando las atenciones y amor que un enfermo requiere; dejando a un lado las necesidades propias para volcarse en la atención de calidad que ella necesitaba y la enfermedad demandaba.

Es en ese contexto, donde nuestros lazos de amor familiar se renuevan y solidarizan; porque contrario a lo que se piensa, es en medio de la desventura y dolor, donde puede reconocerse la esencia primordial del ser humano.

Fuimos testigos de su compromiso como pareja, del emprendimiento en pos de construir y edificar un entorno seguro y armónico llamado hogar, donde podía respirarse es aroma que emana del amor; esa invitación a llegar y sentirse parte de su casa; a ser convidados de su mesa y a departir largas horas de charlas, a veces con lágrimas y otras tantas compartiendo sueños e ilusiones.

En días pasados, ambos fueron embestidos por la crueldad del Cóvid, Bertha no resistió, sus pulmones dejaron de funcionar y el soplo de vida conferido al momento de su gestación, se apagó como una vela que recibe la fuerza del viento; expiró junto con los sueños construidos. Roberto, le sobrevivió unos días, luchando contra los estragos y daños ocasionados, hasta que su cuerpo maltrecho y cansado, decidió rendirse.

No hubo honras fúnebres, sus restos mortales fueron convertidos a polvo; colocados en una pequeña caja, que fue depositada en la tumba de sus progenitoras.

Les sobreviven sus hijos, su padre: Roberto Jáquez Gardea, hermanos y demás familia que queda consternada con su pronta y triste partida.

Este obituario rescata en letras, algunos fragmentos someros de su vida, de la causa de su muerte y del duelo generado en quienes tuvimos la suerte de conocerles y amarles. Recordar a las personas, es tallar en el árbol genealógico de su vida, de su personalidad y acciones que enaltecen su recuerdo.

Nos quedamos esa sonrisa a flor de piel, con la alegría que les caracterizaba y externamos las gracias a todos los familiares y amistades que manifestaron su solidaridad en estos tiempos de despedida, desprendimiento y llanto.

 

 

 

 

 


miércoles, 12 de mayo de 2021

Ante su partida




Hay acontecimientos que cimbran, penetran hasta lo más profundo de las entrañas, nos hacen reconocer la fragilidad de nuestra vida terrenal y nos colocan en el umbral de la conciencia, donde podemos reconocernos a través del dolor que embarga a las personas con las cuales crecimos y convivimos a través del tiempo.

Esos sentimientos, emociones y reconstrucciones son precisamente los que nos hacen comunidad; el nacer, crecer y desarrollarse en un entorno, donde se comparten alegrías y tristezas, el ser testigos de éxitos personales y familiares, son parte inherente del amor y lazos construidos a través del tiempo.

Cada familia enfrenta sus propias batallas, algunas son producto de enfermedades, de los estragos que va causando el tiempo en el cuerpo; otras de accidentes, los cuales nunca pensamos que vamos a transitar.

Desde hace un tiempo, hemos sido testigos del dolor que embarga a la familia Medina Tarín, pero también de la solidaridad, respeto y empatía que la comunidad ha mostrado. Ha hecho patente su presencia de distintas maneras; brindando amor, llamadas, mensajes y manifestado su sentir a través de las redes sociales.

Ha sido un golpe contundente tras otro, primeramente, la gravedad que provocó el accidente, luego el deceso de ese pequeño angelito quien fue luz, alegría y esperanza en sus hogares y corazones; posteriormente, la muerte de su progenitora y en estos últimos días, el triste final de Dianita Javalera Medina.

Una mujer joven, entusiasta, emprendedora, llena de proyectos personales y familiares, quien deja a su esposo, dos pequeñas niñas, su madre, hermanos y familiares sumidos en un profundo dolor con su partida.

Por este medio, hacemos patente nuestras condolencias y reiteramos el cariño que les profesamos.

  

viernes, 7 de mayo de 2021

#Todos somos Colombia"

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-todos-somos-colombia-6683748.html

#Todos somos Colombia

Recientemente leí el libro “El olvido que seremos”, (2005) testimonio logrado por la magistral pluma del escritor colombiano Héctor Abad Fasciolince.  El título lo toma de un poema de Jorge Luis Borges que dice: “Ya somos el olvido que seremos/el polvo elemental que nos ignora/y que fue el rojo Adán y que es ahora/todos los hombres y que no veremos/ya somos en la tumba de dos fechas/del principio y el término la caja/…”

Este libro es carta, testimonio, ensayo y biografía, contiene relatos desgarradores de los acontecimientos violentos que se han suscitado en Colombia desde el siglo pasado. Consta de 42 capítulos y ha sido traducido a nueve idiomas, siendo uno de los libros más leídos en Iberoamérica.

El eje temático versa sobre  un hijo que hace hasta lo imposible por rescatar la memoria de su padre asesinado, del olvido que todos llegaremos a ser; el  protagonista principal es el mismo escritor, quien relata la vida de su progenitor, un médico y activista colombiano, Héctor Abad Gómez, quien puso su vida y conocimiento  al servicio de la igualdad social y de  los derechos humanos de la población; luchó porque los colombianos conocieran  mejores formas de vida, exigió al gobierno el agua potable,  a los habitantes les concientizó sobre  la importancia  de estar en contextos  limpios, a sembrar y cultivar frutas y hortalizas; pues él comentaba que los problemas de enfermedades se solucionarían si el estómago tuviera alimento y el gobierno hiciera su parte al brindar las condiciones básicas de subsistencia. Como médico, su vida transcurrió en medio de luchas sociales, en ser testigo de levantamientos y desapariciones, en levantar la voz en espacios públicos y en escribir los hechos y sucesos que estaban lastimando a la nación; denunciando a los ejecutores y perpetuadores de la violencia

Como padre, sembró una semilla de amor en el corazón de sus cinco hijas y el único varón, quien es el autor del libro. Explicita en varios capítulos, ese vínculo especial que tejieron; las conversaciones que les acompañaban en sobremesa, en espacios cerrados y al aire libre, siempre sintiendo el apego y mano protectora personal sobre sus hombros.

Un padre que se preocupó por el alimento del intelecto, permitiendo que abordaran una dosis alta de lecturas, textos de distintos géneros, que posteriormente estaban en la mesa de diálogo; escucharan música instrumental, fueran conocedores del arte y tuvieran la libertad de palabra y acción.

El autor fue educado en medio de dos caminos bifurcados, por una parte, dentro de la doctrina católica, en una extrema política e ideológica, donde florecían las discusiones teológicas, la oración, la asistencia cotidiana al templo; por otra parte, un padre, científico que todo se cuestionaba, y estaba en contra de los simbolismos y ritos que se promovían dentro de la fe; era marxista en la economía y un pensador liberal de la política.

A lo largo del texto puede rescatarse esta lucha ideológica del autor. Describe al hombre idealista, al médico al servicio de las causas justas y al padre vencido por el dolor y la impotencia de no encontrar cura para el cáncer que invadió a su hermosa hija. “Cuando la enfermedad y la muerte nos revelan el estado de contingencia que somos, acudimos, en vano, a cualquier metafísica para esquivar ese irremediable destino” (pág. 164).

Un libro que condensa el dolor e impotencia ante la violencia que crece como una maraña que va trastocando hogares, pueblos y países; cuya única arma de defensa es la palabra, páginas impregnadas de memorias, sangre y mucho amor.

Esta breve reseña, lleva la intención de servir como preámbulo de conciencia, reflexión y análisis a los recientes acontecimientos de Colombia. Un pueblo que se levanta contra la injusticia y que es sometido y lastimado por la fuerza militar. Hoy, todos somos Colombia y mostramos apoyo y solidaridad ante nuestros hermanos.

 

 



lunes, 3 de mayo de 2021

Fragmento del libro Balleza, tierra de soñadores


Fragmento del libro Balleza, tierra de soñadores

En medio de uno de los cerros se encuentra una cruz de madera, labrada y colocada desde tiempos remotos por quienes profesaban la religión católica, como un recordatorio de que un hombre había pagado por los pecados de todos los seres humanos.

3 de mayo, fecha  conmemorativa del día de la santa Cruz, gente  que lleva ese nombre, se preparaban física y mentalmente para iniciar la escalinata familiar desde la madrugada, por un camino escabroso, sorteando las dificultades propias, ese paseo además de cumplir con el deber moral religioso tenía un tinte educacional, se recolectaban hierbas medicinales, mostrando a las generaciones más pequeñas la distinción de flora y fauna existente, la caza de algún zorrillo para extraer y disecar su carne, por las propiedades y proteínas que se le atribuyen que purifican la sangre y ayudan a erradicar algunas enfermedades; la piel de víbora para molerla y hacer sal que posteriormente serviría para la sazón de alimentos.

El tinte social se debía a la satisfacción plena de llegar a la cima, por compartir con la familia y comunidad el alimento preparado, las historias, leyendas y noticias que en ese tiempo llegaban solamente por correo postal, o por algún osado viajero que pasaba. 

Al unísono, decían sus oraciones, plegarias y alabanzas, a la vez que mezclaban las últimas melodías que se escuchaban en los acordes de los músicos de viento que en la década de los 50 del siglo XX alegraban las festividades.

Al atardecer, iniciaba el descenso, felices por haber estado más cerca del cielo, el cumplimiento de penitencias que algunos feligreses se habían impuesto a sí mismos a cambio de la obtención de algún beneficio a la salud o agradecimiento. 

El esparcimiento también brindaba salud emocional al recrear la vista con las figuras geométricas perfectamente trazadas en la llanura; el pueblo y sus alrededores, mostrando su magnificencia y esplendor con los bellos colores y paisajes que brinda la naturaleza desde las alturas.

Las dificultades encontradas eran similares al ascenso; sólo que cargaban el cansancio, emociones y ajetreo del día, infantes dormidos en los brazos de sus progenitores o hermanos mayores y los estragos por las bebidas etílicas consumidas por algunos durante la celebración.

Aunado a lo anterior, el mes de mayo es donde las temperaturas alcanzan su mayor incremento y la flora en esos parajes es escasa y pequeña, no brinda protección para las inclemencias del sol, por lo que, al caer la tarde, podía observarse rostros rojizos por las horas expuestos a los rayos solares