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viernes, 22 de diciembre de 2023

“Con sabor y aroma de mi navidad”






https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-con-sabor-y-aroma-de-mi-navidad-11184364.html

                                           “Con sabor y aroma de mi navidad”

El agradecimiento es una de las máximas virtudes del ser humano, nos permite expresar emociones y pensamientos traducidos a palabras, a la vez que reconocemos la importancia que embiste la participación de cada uno para el lucimiento y mejor desempeño del otro.  

    La escritura de textos literarios requiere entusiasmo, dedicación, conocimiento y mucha perseverancia, de tal forma, que se solicitó la anuencia para participar en el marco de las festividades navideñas que cada año se realizan con mucho éxito  en el máximo recinto de nuestra localidad, el Palacio Alvarado. 

    Este escrito responde al enfoque medular de hacer patente mi agradecimiento y reconocimiento a todas las personas que contribuyeron e hicieron posible el Recital poético, “Con sabor y aroma de mi navidad”, presentado el 20 de diciembre el año en curso. En primera instancia, al taller literario “Sueños de letras”, conformado por: Mayela Ropele, Raquel Rocha, Ivonne Carrasco, Ana Bertha Ramírez, Mirna Lorena Morales, Bertha Alicia Gutiérrez y Aurora Payán J. —que en esta ocasión no pudo estar presente—. Mujeres entusiastas y creativas, que por medio de la escritura, se encuentran en una constante búsqueda y construcción de rutas hacia sí mismas, para descubrir e indagar en los espacios propios que les permite   reencontrarse en sus constelaciones familiares, ya que la persona en sí misma,  así como su entorno, son los primeros detonantes que suelen rescatarse en letras, brindando con eso, la confianza y seguridad para escalar otros senderos, que van siendo alumbrados por los andamios tejidos por el conocimiento de la gramática, escritores, poetas, historia de la   literatura y en estos tiempos,  se agrega el uso de la computadora y de los medios virtuales. 
    La escritura requiere el abordaje de la lectura, se complementa de esa inmersión, para focalizar el enfoque del autor, del tiempo, la trama, el contexto, personajes, aprendiendo de los grandes maestros sus técnicas y recursos narrativos, que van llevando, indudablemente, al desarrollo de la imaginación y la apertura para incursionar a otros géneros literarios donde es posible escribir desde el espejo de la imaginación y de visiones e intuiciones internas y externas. 

    Gracias a Paty Perea y al profesor Ignacio Alvarado, integrantes de la Sala de Lectura “Leyendo y Reconstruyendo”. A los poetas: Nahum Amparan, Susana Molina, Fátima Chong y Lilia Molina que viajaron desde Ciudad Juárez, Chihuahua y Delicias para acompañarnos y hacernos copartícipes de su talento.  Infinitamente agradecida con Diana Rocío Duarte, quien dio voz a los textos de Mayela Ropele. 

    La ejecución musical e interpretación vocal siempre agregan un extra a estos eventos, son la sazón que ambienta, relaja y prepara la mente para disfrutar la escucha activa de textos literarios. Gracias a los profesores Edgar Pérez Sandoval, Jazmín Rivas Ríos y José Luis Ibarra, así como al coro de la Casa de los abuelos por su entrega, entusiasmo y excelente participación que sirvió de llave mágica para cerrar con broche de oro el recital. 

    Al público asistente, por haber dedicado un poco de su valioso tiempo a acompañarnos, por los aplausos y comentarios expresados. En un evento de esta naturaleza, cada elemento y personaje son indispensables y cumplen una función única para lograr el cometido. 
Cierro con un pequeño fragmento: Navidad, es un tiempo de renacimiento, porque llegan a nuestra mente esos sucesos vividos en las distintas etapas de nuestra vida, las personas que nos han acompañado, quienes ya no están en esta esfera terrenal, además de apuntalar nuestras metas y objetivos hacia acciones más concretas que nos traigan Felicidad y bienestar.

    Gracias a Gobierno del Estado, al Contador Público Martín Márquez, a su equipo de colaboradores, por las facilidades otorgadas y el apoyo brindado para el máximo lucimiento del recital.

    Muy agradecida con la revista Voces de mi Región, por el acompañamiento, difusión y promoción. Es muy grato tener la facilidad de disfrutar con calma nuestras presentaciones y compartirlas con las personas que no pudieron estar ahí.  


Maestra Cuquis Sandoval Olivas


viernes, 8 de diciembre de 2023

Sus huellas en el río


                                               Ramón, Beto Casas(), Yuri y Victorino ()
                                                Foto tomada del muro de Yuri Casas.

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-sus-huellas-en-el-rio-11118299.html


Sin pretender ocupar el lugar que ocupa una persona que escribe obituarios, pero sí, enfocando el contenido, sobre las referencias biográficas del fallecido, con la intención de que, mis letras lleguen a cobijar a deudos y amistades, y de alguna manera, acercar a quienes están lejos; porque la fuerza de las palabras, llegan al lector en forma de imágenes vivas, que permiten recrear escenarios, paisajes y acciones. 
Hago referencia al señor Alberto Casas Loya (1955-2023), quien falleció el primer día del mes en curso, tras una penosa enfermedad que fue mermando sus fuerzas hasta arrancar el último soplo de vida. 
El duelo de perder a una persona cercana, es un llamado a reconocer la fragilidad de nuestra propia existencia, a saber, que, con su perdida, se van momentos, recuerdos, diálogos, encuentros, intercambios y todas las acciones que vamos tejiendo en el diario vivir. Es desprenderse de aquello que veíamos tan cotidiano, a sabiendas, que solo podremos recrearlo con los recuerdos.  
Él nació, vivió y murió en Balleza Chihuahua, el barrio del Chamizal cobijó las distintas etapas de su vida; contrajo matrimonio con la señora María Luisa Salinas (+) procreando tres hijos: Victorino (+), Ramón y Yuri. Como la gran mayoría de los habitantes de pueblo, aprendió un oficio que le permitiera dar el sostenimiento a su familia y un servicio a la comunidad, convirtiéndose en pionero en la elaboración de bloques de cemento para la construcción de casas y en acarreado de materiales, como piedra, arena, grava, entre otros; este trabajo le permitió dar empleo a otros miembros de la familia, además de ganarse el respeto de la comunidad, por su entrega oportuna y calidad del servicio. 
Mi querido compadre, Beto Casas, vivió entre las aguas de ambos ríos que corren por las orillas del pueblo, su pasatiempo favorito era la pesca, y lo mismo utilizaba maya, anzuelo con caña, vara, jarilla o bote y sin importar las inclemencias o temperaturas del agua, las cuatro estaciones eran ideales para pescar. Su casa siempre estaba abierta para recibir visita y su mesa puesta para compartir los alimentos, porque además preparaba un caldo delicioso y los pescados fritos eran su especialidad. 
Era común observarlo muy temprano sentado sobre una piedra en la esquina del callejón Emiliano Zapata y Calle Independencia, cerca de su casa, con una taza de café humeante en sus manos y un cigarro encendido; siempre listo para iniciar conversación y ser punta de lanza para invitar a otros transeúntes a reunirse al diálogo matutino o vespertino, en su caso. 

Le sobreviven sus hermanos: Manuel, Andrés y Lidia, sus dos hijos: Ramón y Yuri Casas y sus nietos, para quienes va especialmente dedicado este homenaje, para que, a través del tiempo, recuerden al hermano, padre, abuelo, amigo y vecino de la comunidad de Balleza, Chihuahua, donde quedaron sepultados sus restos, pero su recuerdo, ha quedado impregnado en las corrientes del río, en las calles del pueblo y en el alma y corazón de todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y convivir con él.  
Cierro con un poema que mi hermano Juan Eugenio  Carrillo escribió en su honor: 

Cantaban los gallos tristes
y cantaban tan seguido
anunciando la partida 
del mejor de los amigos.

Apenas piso diciembre
su salud no pudo más
aunque iluminen el pueblo
aunque adornen el barrio 
¡ay!, que triste navidad.

De una cadenita de oro
se ha perdido un eslabón 
a todos nos ha dejado 
lastimado el corazón.

Se oye el murmullo del agua
y a lo lejos un tildío
es el que cuida las huellas
que dejó Beto en el río.


Maestra Cuquis Sandoval Olivas



viernes, 1 de diciembre de 2023

“Los burritos de Don Octavio”



La historia de la vida de una persona, no solo puede visualizarse en una línea recta del tiempo, sino que, al enfocar la mirada, hacen presencia aristas que emergen en varias direcciones que giran en forma de espiral, marcando ciclos que van avanzando y que, al visualizarse desde otra perspectiva, pueden reconocerse algunos trazos y acontecimientos que van dejando huella del camino andado.

    Hoy me permito precisar algunos lapsos de vida del señor Octavio Olivas Olivas. (1935- 2023), porque dentro de estos, se cumplen varias funciones y roles específicos dentro de una familia y por supuesto, son parte inherente de una comunidad.  Hijo de María de los Ángeles y Nemesio Olivas; hermano de Everardo, Mecho, Chano, Gerarda, María y Bertha. Él fue el último sobreviviente, le tocó dar sepultura a padres y hermanos. Nace, crece, se enamora y contrae matrimonio en Balleza, Chihuahua, con la señora Dora Quintana, cuya unión da cuatro frutos:  Iracema, Carlota, José Ángel y Adriana, ramas que se extienden a doce nietos. 

    Para las generaciones que vivimos en este pueblo en el siglo XX, el solo hecho de mencionar su nombre, es remitir los recuerdos a ese puesto de comida instalado en la plaza principal, donde encontrábamos esos rostros sonrientes, siempre prestos a brindar el servicio requerido, con una conversación pronta y amena que hacía la espera más ágil.

    El aroma del recuerdo, impregna los sentidos, porque el guiso de carne molida con papas finamente picadas, para la preparación de burritos con tortillas de harina, hechas por sus propias manos, el guiso de los tacos, el chirrido con su contacto en el aceite hirviendo, los colores añadidos de la verdura y el delicioso sabor de las salsas preparadas diariamente para añadir un extra a esa exquisita sazón. 

    Cierta ocasión fui de visita a su casa y quedé muy sorprendida al observar todo el procedimiento que lleva la preparación de los alimentos antes de llegar al puesto. Hice la analogía de una obra de teatro, donde los actores y actrices se presentan con las mejores galas ante el público, pero se desconoce lo que pasa afuera del telón. Con asombro noté la gran cantidad de papas cociendo en una olla inmensa de peltre, para el puré con el que preparaban los tacos, otras tantas finamente picadas estaban depositadas en baños inmensos, verdura preparada, además de estar extendiendo y cocinando las tortillas y al mismo tiempo, atendiendo las necesidades y requerimientos de su hogar e hijos.  

    La herencia generacional de su oficio es un legado que no queda extinto, desde hace unos ayeres, cuando los años empezaron a hacer mella en su cuerpo y el de su amada esposa, su hija Iracema y familia, primeramente se aprestaron como ayudantes, después, ella tomó las riendas del negocio e indudablemente  lo han hecho crecer, pero las personas que tuvimos la suerte de conocerlo, siempre nos referimos como “Los burritos de Don Octavio” y tan pronto llegamos al pueblo, nos preparamos para ir al encuentro de esos platillos con aroma y sazón del recuerdo; y así, entre bocado y bocado, en la medida que degustamos y damos alimento al cuerpo, nos permitimos llegar hasta ese espacio donde se adormecen las memorias y pueden ser reactivadas con solo evocar y traer a colación los momentos del ayer. 

    Hablar de Don Octavio Olivas, es recordar al esposo, al padre, al abuelo, al hombre de negocios, a quien disfrutaba enormemente jugar al dominó, a la vinculación de su comida con los paseos por la plaza del pueblo, a las fechas emblemáticas y fines de semana, que nos sentábamos en las bancas de la plaza, disfrutando de una noche estrellada, de un cielo despejado y de un ambiente impregnado con la armonía del pueblo. 

    Descanse en paz y que su recuerdo siga perdurando en la memoria de la gente que lo conocimos y apreciamos.


Cuquis Sandoval Olivas