Buscar este blog

viernes, 26 de febrero de 2021

La nueva normalidad

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-la-nueva-normalidad-6409894.html

La nueva normalidad

Al inicio de cada actividad de escritura, se requiere poner un orden y jerarquía al pensamiento para dar paso a la selección del tema que será expuesto, de tal forma que me permito citar al antropólogo japonés Jiro Kawakita, quien dice: “Que el caos hable por sí mismo en forma de datos y después explorar para encontrar pistas útiles a esos datos”.

Con relación al título expuesto, viene a mi mente cuando en los Consejos Técnicos Escolares estipulados formalmente en 2013 era un concepto en boga, mismo que aludía en sus ocho rasgos empezando con el adverbio de cantidad “todos”. “Todas las escuelas brindan el servicio educativo todos los días establecidos en el calendario escolar”.

Debido a la contingencia sanitaria, el cambio ha sido trascendental en todos los ámbitos, la escuela sigue ofertando sus procesos de formación e información con una modalidad distinta, donde no todos los actores asisten y cumplen cabalmente con esa normalidad; el adverbio «todos» anteriormente se convertía en «muchos» y hoy en día se transformó en «algunos».

 Al ir incursionando en cada uno de los espacios que transitamos se aplica la misma deducción a la regla; no todos los estados de la república mexicana estamos transitando con el mismo semáforo; no todos los líderes gubernamentales están tomando las mejores decisiones; las estadísticas de defunción y contagio son distintas; la esperanza de la aplicación y funcionamiento de la vacuna está latente en la población, pero no alcanza a cubrir a la totalidad, ya sea porque no hay suficientes insumos o porque la gente que está en el rango de edad no acude a su aplicación por diversos motivos.

No todos los ciudadanos nos cuidamos y protegemos los unos a los otros, especialmente los jóvenes, quienes no han dimensionado el impacto de sus acciones.

No todas las personas contagiadas presentan el mismo patrón recurrente de síntomas y reacciones ante el virus.

No todos viajamos en el mismo barco, la clase social más desprotegida ha sufrido los embates del desempleo y las carencias para cubrir sus necesidades básicas.

No todos hemos desarrollado la capacidad de resiliencia para enfrentar los retos, pérdidas y duelos que conlleva la pandemia.

Una vez más, acudo a la analogía de los conceptos educativos para encontrar significados a las circunstancias que nos aquejan y transformarlas en ideas, mismas que llevan la intención de viajar en el vehículo de las palabras para llegar al lector y propiciar un diálogo interactivo.

Las competencias para la vida son definidas como un proceso inacabado y en constante reconstrucción; de tal forma que Aprender a Aprender, es el primer pilar, debemos reformar los aprendizajes y adaptar los esquemas necesarios; aprender a Ser, que tiene una relación directa con la moral, los valores, la conciencia y lo que nos hace humanos; aprender a Hacer, acciones necesarias en nuestro diario vivir, y finalmente aprender a Convivir.

En las cuatro competencias se encuentra el proceso cíclico y urgente de la Nueva Normalidad imperante. Les invito a reconstruir cada día, pensamiento, palabra y acción.

 


jueves, 25 de febrero de 2021

Cumplirías 20




Viaja el pensamiento,
raudo y veloz como el viento
atrapando los recuerdos
aprisionando el momento

¿Cómo olvidar esos años?
que viviste a nuestro lado,
¡Fuiste una gracia divina!
¡fuiste un regalo preciado!

Tu corta estancia en la tierra
pasó como una esencia
estelas de amor regadas
añorando tu presencia

Desde el día que naciste
transformaste nuestra vida
era armonía y calor
de pronto se abrió una herida

El cáncer se presentó
invadiendo el organismo
adversos fueron dos años
de luchas y pesimismo

Como toda una guerrera
enfrentaste las batallas
la quimio y las radiaciones
derribaron las murallas

Quebrantaron tus defensas
reaparecían tumores
cada curación traía
oscuridad sin fulgores

Sin embargo, acrecentaron
tu espíritu, fe y aliento
demostrando valentía
evitabas el lamento

Ayudabas a otros niños
a seguir creyendo y luchando,
dándoles paz y sosiego
cuando el miedo estaba asechando.

En medio del sufrimiento
buscaste nuevos caminos
de enseñarnos que la vida
nos presenta desatinos.

Con sonrisa a flor de piel
los quebrantos embestías
en Jesús, en oración
y en los milagros, creías.

Viajamos por muchos lados
buscando tu sanación,
a través de ese tiempo
mucha gente se unió en oración.

Cuando la ciencia no alcanza
a dar respuesta inmediata
elevamos nuestros ojos
ante el Ser que ata y desata.

Al no hallar respuesta grata
de obtener la sanación,
pedíamos por tu descanso
con fe, alma y corazón.

Gritamos nuestras angustias
mostramos el desaliento,
no entendemos el porqué
del dolor y sufrimiento.

Ante toda esa dolencia
queremos respuestas prontas
No comprendemos las causas
De sufrir tales afrentas.

Cuando llegó el momento
de entregarte al creador
hubo enojo, desaliento
y un dolor abrumador

Ver tu pequeño cuerpo
encerrado en una caja
sin calor, con rigidez,
¡atrapada en la mortaja!

Madre tierra, te entregamos
a nuestra niña amada,
quedando sin su presencia
nuestra vida destrozada.

Han pasado ya diez años
desde esa fatídica fecha
¡cómo arde esa herida!,
¡sigue encendida la mecha!

Veinticinco de febrero
¡dos mil uno! de los años,
marcado en el calendario
al celebrar su cumpleaños

Veintinueve de diciembre
dos mil once, ¡inolvidable!,
en que partieras mi niña
dejando una herida incurable.

El tiempo ahí se detuvo
llegó a su línea finita,
esperamos que en el cielo
goces de paz infinita.

Nosotros, tu gran familia
en el corazón se añora
basta mencionar tu nombre
y ¡las lágrimas afloran!

Tu pequeña hermanita
persiste en recordarte,
tenía casi tres años
y teme un día olvidarte.

Tu hermano Jorge Daniel
solo se queda callado,
se guarda sus emociones
es sentimiento abrumado.

Tu madre aún no puede
dejar de llorarte un día,
pide verte en sus sueños
el acariciarte ansía.

Sabemos que es el fin
del humano en la tierra
alcanzar la vida alterna
es nuestra grande quimera.

Sin embargo, es la muerte,
totalmente inaceptable
Es separación final
¡sin respuestas!, ¡injustificable!

soñadora aventurera
que buscaba sin cesar,
unir en amor a todos
y la felicidad alcanzar.

Sólo nos quedan recuerdos
que buscan susurro al viento
memorias que vivirán
en corazón y pensamiento

viernes, 19 de febrero de 2021

Hablemos del amor




https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-hablemos-del-amor-6381124.html

Hablemos del amor

Cada palabra tiene su propia etimología, historia y conceptualización que cada persona le imprime desde sus esquemas mentales y el contexto en que se desenvuelve.  En nombre del amor, se han cometido barbaries tales que son inconcebible desde mi óptica y perceptiva.

Por ejemplo, por amor a Dios, las religiones se han encargado de dibujar un ser antagónico capaz de las peores atrocidades, un infierno que describe Dante en “La divina comedia” como un cono invertido constituido por nueve círculos, los cuales, de acuerdo a la gravedad de los pecados cometidos, se hacían acreedores de atroces castigos. Por amor a ese ser omnipotente, hubo cacería de brujas en la santa inquisición; en la interpretación bíblica que algunos países islámicos ostentan y van en contra de la paz y el respeto a los derechos inalienables de los humanos; en la guerra cristera acontecida en México en el periodo de 1926-1929, donde la iglesia desde su púlpito, se promulga en contra del artículo 3º de la educación que promueve la laicidad de la enseñanza.

Por amor a la patria, se han cobijado diversos intereses y se han fraguado planes maquiavélicos, con líderes que en su momento tuvieron el impacto de mover masas y de aniquilar a grandes segmentos de población. Partimos de recordar la crucifixión de Cristo; el cómo los reinados fueron extendiendo sus dominios de propiedad, con guerras, enfrentamientos, despojos y conquistas. La esclavitud como sistema de producción; racismo, sexismo y discriminación que ha llevado a perpetuar la violencia y a pisar el nombre del amor; basta mencionar el genocidio de los armenios en 1915 y el holocausto de 1941- 1945.

Llevando el tema a sucesos más cotidianos, los cuales podemos encontrar envueltos en los géneros dramáticos de tragedia y comedia, podemos visualizar como el amor utiliza distintos disfraces para la persona que lo visten. Hay quien muere en nombre del amor; como en la tragedia de Romeo y Julieta escrita por el dramaturgo William Shakespeare (1597).

 Un tema más reciente se encuentra en “Tita”, la protagonista principal del libro y posteriormente guion cinematográfico “Como agua para chocolate”, de la escritora mexicana Laura Esquivel, en el cual utiliza magistralmente los recursos literarios del lenguaje para enlazar las recetas y platillos tradicionales de la cocina mexicana con los sentimientos y emociones de los personajes. Finalmente, Tita, pierde al amor de su vida y decide quemar los cerillos que le quedan de vida ingiriéndolos uno a uno hasta acabar con su existencia.

El amor en los tiempos del cólera, escrita por la pluma magistral del colombiano Gabriel García Márquez en 1985, es un homenaje al amor que perdura a través del tiempo y llega a la consolidación en la etapa de vejez.

Pablo Neruda, poeta chileno escribe en 1924 “20 poemas de amor y una canción desesperada” cuando apenas contaba con 19 años de edad, posesionándose como una de las obras literarias de mayor renombre.

Este breve preámbulo histórico, lleva como objetivo que nos reconozcamos como un ser único producto del amor; que analicemos el alcance que esta palabra entraña cuando se transforma en acción. En la biblia, se dice que hubo un mesías que murió por amor a la humanidad; la filosofía, como primera ciencia, sienta las bases al amor por la sabiduría; líderes sociales como la madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Mandela, entre otros más, son un vivo ejemplo. Les invito a que cada mes, día e instante de nuestra vida celebremos al amor.

 

 


domingo, 7 de febrero de 2021

Revista La Coyolxauhqui

https://lacoyolxauhquirevista.wordpress.com/2020/08/30/cortina-de-lagrimas/



Crónica de una pandemia

Fue un día como cualquier otro, solo que los noticieros no dejaban un instante de propagar las nuevas que acontecían en distintas partes del globo terráqueo. El coronavirus adquirió un boleto itinerante de viajero por el mundo y estaba haciendo su arribo a América Latina. Los países se encontraban expectantes, tambaleantes en todas sus estructuras conocidas. Los asuntos que últimamente les tenían preocupados y ocupados pasaban a segundo término. Las políticas públicas y las manifestaciones sociales derivadas de estas, se empequeñecieron ante el monstruo gigantesco que se avecinaba. 

Empezó la coordinación de esfuerzos en las distintas ramas: gobernantes preocupados, científicos inmersos en sus investigaciones médicas, fosas abiertas en cementerios, instalación de hospitales emergentes, adquisición de equipamiento, nuevas disposiciones reglamentarias, cierre de escuelas, de espacios laborales y recreativos, preparando las ciudades y sus habitantes para la pandemia que estaba a la puerta de la entrada.

La imagen de este virus se empezó a difundir por todos los medios, conociéndolo por su capacidad invasiva y destructiva en los organismos, siendo su punto certero las personas avanzadas en edad y con problemas de salud. Se cerraron las fronteras, se establecieron muros y cercos sanitarios, sin frenar su avance.

Enemigo invisible, guerra sin cuartel, ¡amigo de la muerte!  El color rojo sigue vigente en los mapas; cuando parece que va mermando, vuelve al ataque sin misericordia; los puntos álgidos estadísticos al alza. La normalidad conocida quedó dormida en el sueño de los justos. La economía a punto del declive. La saeta de la expectativa afila su punta y dirige su mirada hacia la ciencia. Hay nuevos héroes: El personal de salud, el arte y la literatura como estandartes de esperanza.

Pandemia que ha traído desesperanza, momentos que la luz se extingue ante el fulgor de la oscuridad; el conocimiento de las cosas se pierde en el ramaje de la incomprensión y no penetra un rayo a la razón; se ensombrece el pensamiento y caen gotas de pesadumbre en el corazón.

El equilibrio permite el balance de pensamientos y emociones, se encuentra tambaleante e incierto; hábitos y rutinas cual preámbulo a la fijación de conductas han sido modificados; la relación con la otredad es una amenaza; la fragilidad entre salud y enfermedad pende de un hilo; el miedo a la muerte es más intenso que nunca; hay reconocimiento de la vulnerabilidad; con miedo de perder a los seres queridos o extraviarse en las brumas del olvido.

Las noches son el preludio de insomnio y pesadillas. El miedo se apodera del cuerpo, de los huesos, con la expectación al escuchar los ruidos y respuestas del cuerpo.

Los días tienen un flujo diferente, estático, con una dimensión de pesadumbre y expectación. Las celebraciones familiares y culturales se rigen por la frialdad de las cámaras; las interacciones se posesionan de la imagen, la palabra, pero falta el calor y la emoción de la cercanía. 

La profusión del canto de los pájaros llega nítida a la conciencia; los sentidos se han enaltecido, el espíritu se encuentra expectante, despierto, para gozar el instante y aprisionar el momento vivido.

El aire circundante se convierte en cómplice del ayer, trayendo el baúl de los recuerdos, las sombras de los muertos, las risas, y socialización con la gente; hay un río cubierto de lágrimas que baña a los muertos y a los vivos.

La evitación constante se ha convertido en cómplice, huir de noticieros, tratar de esconderse en las sombras de la ignorancia, para evitar el horror, incertidumbre y desazón que causa este infortunio. 

Los planes se han aplazado, todo ha quedado estático, suspendido, ocultando el rostro, alejándose de hábitos y rutinas, quedando en el limbo.

No es posible acompañar en su pesar a amigos que despiden a sus seres queridos, por miedo del roce con ese monstruo invisible.

Grandes pérdidas se están enfrentando, hay inmensos desafíos; el primero es sobrevivir y no enfermar, conservar el empleo, que el sueldo alcance, que la violencia frene y la corrupción se acabe.

Vivir sin miedos, sin incertidumbres, gozar el abrazo y volver a experimentar sensaciones y emociones de esperanzas e ilusiones; tejer esperanzas de volver a la normalidad.

 


La Coyolxauhqui Revista

https://lacoyolxauhquirevista.wordpress.com/2020/04/29/mis-cuatro-estaciones/

Mis cuatro estaciones

 

Soy producto

de la evolución

de la fusión, de la historia

 

Suenan en mis oídos

voces cacofónicas

a través de los siglos

 

Reconozco mi unicidad

la dualidad de pensamientos

y acciones

 

Lo infinitamente pequeña

ante el universo

lo inmensamente grande

de pensamiento

 

Cual simiente de gozo

fui sembrada

broté de las entrañas de la tierra

 

El sol, la luna y la lluvia

me bañaron

el viento, la brisa y la bruma

cobijaron

 

Enfrento luchas titánicas

con mis propios demonios

e inseguridades

 

Consciente estoy

de mi fragilidad humana

de lo efímero

del tiempo

 

He visto

que golpes endebles

han derribado

¡al más fuerte roble!

 

huyo de la mezquindad

y amargura

de labios ociosos que profesan

y destilan hiel

 

Soy fortaleza, vitalidad

¡portadora de vida!

formo parte de los ciclos

¡de cambios de la naturaleza!

 

Fui primavera, verano

hoy gozo del otoño

espero un cálido invierno

 


viernes, 5 de febrero de 2021

Mi equipaje terrenal

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-mi-relato-terrenal-6324790.html

Mi equipaje terrenal

Las cosas e ideas que no aparecen en nuestro pensamiento, no han entrado en el umbral de la conciencia, de la perceptibilidad; están en penumbras, atrapadas en la dilucidad de las sombras y la intangibilidad; en la medida que se cuestionan y se hace una introspección en torno suyo, se va concediendo el permiso de emerger de entre la bruma del ocultamiento e irse haciendo visible.  Al profundizar en su existencia, van adquiriendo presencia, permiten ser escudriñadas. Entonces es necesario buscar el vestuario adecuado que le permita realzar sus atributos para presentarla por medio de las palabras.

Nunca había reflexionado sobre mi cuerpo, dando por sentado el hecho y derecho inalienable otorgado por la concepción, gestación y nacimiento de tenerlo siempre a mi lado, de ser merecedora de las funciones internas que desarrolla como parte de su función y especificidad. El reconocimiento de órganos, aparatos y sistemas, se ha ido acrecentando al paso del tiempo; en la medida que se ha experimentado la necesidad de entender su funcionamiento y respuesta ante el deterioro del organismo; forzando al pensamiento a entender el reloj biológico, como un tic-tac que está en continuo movimiento; que solo reposa cuando el subconsciente aflora por medio de los sueños y el cuerpo vuelve a cargar energía.

Por una introspección inducida he podido reconocer la propia y única corporeidad que poseo, introduciéndome en el escrutinio del reconocimiento de saber y conocer, generando algunos cuestionamientos: ¿Cómo lo habito? ¿Qué tipo de huésped soy? ¿Qué cuidados debo prodigarle? ¿Qué debo hacer a partir de este reconocimiento para cuidarlo y protegerlo?

De igual manera siento la urgencia de expresar el cómo esta corporeidad ha influido desde una perspectiva individual, social, emocional y colectiva.  Nací con una investidura única, con características distintivas impuestas por la genética heredada; con capacidades de desarrollo increíbles, una magnificencia de diseño que supera las expectativas del más exigente creador. Mi cuerpo responde a estímulos biológicos, químicos, físicos y sensoriales, tiene la facilidad de adaptarse a distintos espacios y condiciones climatológicas; a aprender y hacer magistralmente un sinfín de con el entrenamiento y ejercitación adecuada.   Posee un armamento invaluable de soldados a su disposición, cuya misión es protegerlo contra agentes infecciosos, virus y bacterias. Es poseedor de una capacidad de regeneración o de autodestrucción, cuando se vuelve contra sí mismo al aparecer alguna enfermedad autoinmune que engaña a este batallón haciéndoles creer que son aliados en la batalla.

Hay momentos que aparece la debilidad humana, que gana, egocentrismo y poca fuerza de voluntad, otorgándole falsos placeres y momentos de gozo instantáneo atentando contra su integridad, como cuando se ingiere comida chatarra, que nada aporta para su correcto funcionamiento metabólico, al caer en la pasividad y no ejercitarme y cuando a mi alrededor permito la presencia de agentes negativos cuya energía roba karma y fuerza a la mía.

Al paso de los años, mi cuerpo ha sido un universo que me devuelve como el eco, mucho de lo que le he dado. Viajo con esa maleta por y ante el mundo.

Estoy consciente que un día entregaré este equipaje terrenal, cumplir con el ciclo de la vida y volver a las entrañas de la tierra para formar parte de la naturaleza y su evolución; reconozco que mi investidura, día a día se está deteriorando por el polvo del camino, pero tengo la fe y esperanza, que en el momento de desprendimiento del cuerpo, emergerán alma y espíritu a seguir habitando en otro espacio.