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jueves, 19 de noviembre de 2020

En honor a mi maestra

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-en-honor-a-mi-maestra-6032889.html / 

JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DE 2020 
 




Espejos de vida | En honor a mi maestra 

 Me permito hacer una breve, pero significativa remembranza del sendero recorrido dentro de la educación de la Maestra Rosario Lino de Javalera, mejor conocida como la maestra Chayito. 
 Nació el 31 de agosto de 1940 en la vecina ciudad de Santa Bárbara, Chihuahua; sus padres, el Licenciado Aquiles Lino Sánchez y la señora María Castillo Chávez. Su primer grado de educación primaria lo cursó en su ciudad natal, de 2º a 5º en la Escuela Artículo 123 de la Ciudad de Parral, el 6º en la Escuela Primaria 282, entones ubicados en el corazón de Parral, en el lugar que actualmente ocupa el edifico de gobierno. 
Su siguiente nivel educativo fue en la secundaria Federal Rogerio Aranda, conservando hasta la fecha bellos recuerdos de sus maestros y compañeros de estudio. La Escuela Normal del Estado de Chihuahua fue el escenario adecuado para su formación magisterial; egresando en el año de 1960 y sumándose a las filas de los educadores de la ciudad en la primaria 118, ubicada en el barrio de la Soledad, cuyo director era el Profr. Ernesto Olivas Lozano. 
Su siguiente escalón en la formación docente lo obtuvo en la Escuela Normal Superior Profr. José E. Medrano, en Chihuahua capital, en la especialidad de Historia, lo que brindó su perfil académico para sus posteriores centros de trabajo. 
 En plena juventud, contrae matrimonio con el Sr. Everto Javalera Hinojos, oriundo del pueblo vecinal de Balleza, Chihuahua, por lo que se traslada como dirección de la Escuela Primaria Mariano Balleza 2096, atendiendo posteriormente los grupos de 3º, 5º y 6º. Al mismo tiempo, fungió como subdirectora de la entonces máxima casa de estudios del pueblo, la Escuela Secundaria por Cooperación 5 de febrero, cuyo director era el Profr. Manuel Fernández Villalobos. En ese espacio, tuve la suerte de tenerla como maestra. 
Con ella incursioné en el mundo de la poesía, canto, baile, obras de teatro, ensayos de desfile, conducción de honores a la bandera y varias manifestaciones artísticas que desarrolló en sus alumnos. Fue una de las figuras principales que encendió la flama por la vocación del magisterio. Poseedora de una hermosa voz, presencia y seguridad escénica, lo mismo apoyaba en una poesía coral, un coro o la ejecución de un baile. La empatía, cariño y confianza mostrada hacia cada uno de nosotros, nos hizo creer que podíamos tener sueños y alcanzarlos.
Por disposición oficial la secundaria pasa a federalizarse, ella pertenecía al sistema estatal, sin embargo, recibe la encomienda del entonces Jefe de Departamento, Profr. Jeremonth Jáquez Olivas, de atender el grupo inicial en lo que la contratación de docentes se llevaba a cabo. Este proceso de federalización fue el motivo fundamental de su regreso a Parral, decidió no cambiarse de sistema y afectar su antigüedad y derechos generados, empieza trabajando en la Secundaria Valentín Gómez Farías, turno vespertino, que en ese momento era atendida por el director, Profr . Carlos Encinas Caballero. 
Otro de los escenarios donde se desempeñó dentro del aula, fue la preparatoria López Mateo No.103, que era especial para trabajadores. En esos albores empieza también su desempeño docente en el Instituto Parralense con las madres del Sagrado Corazón de Jesús. Refiere la maestra, con los ojos anegados de nostalgia al revivir los momentos llenos de júbilo y satisfacción, el aprecio y apoyo que siempre reciben en todos los centros educativos donde desarrolló su labor docente, así como los lazos entrañales de amistad tejidos a través del tiempo , que han sido soporte y red de relaciones afectivas. Hace alusión a varios de sus compañeros de trabajo, resaltando su admiración por la Profra. Palmira Beckman, quien ha sido la única mujer representante de la charrería en la ciudad y cuyo retrato se exhibe en el Palacio de Gobierno de nuestro estado. 
Tuvo cinco hijos: María Teresita, Mario Everto, Felipe, Elizabeth y Julio Javalera Lino. Este último, vino al mundo con algunos problemas de salud, de todos fue conocido y valorado el amor, dedicación y cuidados que recibió en su corta estancia en la tierra. Solo les acompañó en vida por seis años, dejando su corazón destrozado y una herida permanente que sangra solo con recordar su nombre.Su fe les dice que está a un lado de Dios, acompañando a su padre, quien falleció el 18 de marzo del 2006; sin embargo, son laceraciones que marcan el alma y quebrantan el espíritu. Cuando aonteció este triste suceso, yo estaba en E.U.A, ya había terminado mi educación secundaria, sin embargo, mis compañeros me describieron a una madre destrozada por el dolor, postrada ante la tumba de su niño, entonando la melodía de Mocedades ¿Dónde estás corazón?/ que no escucho tu voz/, es tan grande el dolor.../ mientras las lágrimas corrían como un río buscando su cauce. 
Le escribí una carta, mostrándole mi solidaridad y empatía, haciéndole saber lo mucho que había sembrado  en cada uno de nosotros como alumnos y que estábamos consientes de la pena que le embargaba en ese momento. 
 La vida personal, pedagógica y didáctica de la maestra “Chayito”, es un espejo donde se perfila un ser humano pletórico de cualidades en su ser y hacer. 
Al solicitar su consentimiento para la elaboración de este escrito, pude reconocer a esa bella mujer de mis recuerdos de antaño.
 Destaca en esta breve charla, que lo más grande y maravilloso que le ha pasado en la vida ha sido el ser madre, abuela, maestra y el haber tenido la suerte de vivir en Balleza, y que todos los alumnos que pasaron por sus aulas, tenemos un lugar muy especial en su corazón. 
Me place enormemente dirigirle estas palabras, haciendo patente mi reconocimiento, admiración y respeto.

martes, 10 de noviembre de 2020

domingo, 8 de noviembre de 2020

Despidiendo a María Luisa Moreno de Olivas





No es fácil despedirnos de las personas con las que crecimos, que alumbraban su hogar con la luz del amor y solidaridad, mismos que son un referente con los que se crece en las pequeñas comunidades. Llegar a la casa de María Luisa, era encontrar la risa, el chiste, la chispa, alegría y una mesa con abundante comida para quien gustara compartir con ella y su familia el pan y la sal.

Ella era una persona que daba, gustaba de repartir su comida, sus bienes y las múltiples bendiciones que recibía en su casa; al visitarle, siempre solía salir con una sonrisa en el rostro, contagiada de su empatía, efusividad y el cariño que otorgaba a manos llenas.

Ella contrajo matrimonio con Reynaldo Olivas, de su unión nacieron cinco hijos: Rafael, Judith, Héctor Reynaldo (+), Ramón y María Luisa Olivas Moreno.

Hoy, la comunidad de Balleza, Chihuahua ha perdido una más de sus hijas, hay dolor y duelo en el aire; las campanas dejarán escuchar su melancólico sonido; las flores de su jardín se esconderán temerosas, se ha ido; su alma ya se encuentra volando por el firmamento y en su hogar queda la tristeza, el desaliento y el vacío.

Lágrimas y lamentos circundan el espacio, no es posible retener cuando llega el momento de partir.

Por este conducto expreso nuestras más sinceras condolencias ante esa pérdida tan irreparable; ante la imposibilidad de estar presente físicamente, quiero hacer patente el agradecimiento por su vida, porque fue una vecina, mujer, esposa y madre ejemplar.

 

sábado, 7 de noviembre de 2020

Seleccionada desde Puerto Rico

El Siglema 575, novedosa herramienta para enseñar a escribir poesía

“El Siglema 575 es una de las técnicas más nuevas para aprender a expresarse a través de la poesía y descubrir al escritor que todos tenemos dentro”, aseguró la maestra venezolana Patricia Schaefer Röder, quien el pasado miércoles impartió el taller Poesía Minimalista en la Biblioteca UDGVirtual.

El vocablo Siglema proviene de la conjunción “sigla y poema”. Consiste en poesía minimalista que es la tendencia a reducir y simplificar, ir a lo esencial y más puro, explicó.

En el taller, los participantes aprendieron una nueva forma de poesía minimalista y descubrieron esta nueva técnica de escribir como herramienta para enseñar y aprender a redactar.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Decir adiós




https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-decir-adios-5979022.html

 

 / JUEVES 5 DE NOVIEMBRE DE 2020

Espejos de Vida | Decir adiós

He sido testigo en el momento que algunos de mis seres queridos se han desprendido de su cuerpo terrenal; he observado sus momentos de lucha, balbuceos, desconciertos; entre gemidos, expresan ver alguien que les espera, que les muestra el camino; sin embargo, ellos se aferran a lo conocido, a no querer desprenderse del equipaje que el creador les confirió en el momento que arribaron al mundo; a no poder decir adiós a sus amados hijos, familia y personas que les han querido. Finalmente, han perdido la batalla y su espíritu y alma quedan flotando en el ambiente, se siente su presencia, incluso se escucha su leve respirar o sus pasos tenues al caminar.

En ese preciso momento que tomé conciencia de haberlos perdido, presa de la desesperación he vuelto a abrazar su cuerpo, queriendo rescatar su tiempo y volver a sentir su aliento; me recibe un ser inerte, sin calor, color o expresión; no hay nada que pueda compararse a la desesperación de soltar, dejar ir, buscar en el entorno del lugar, una luz o señal de su presencia; salir gritando y reclamando al Ser supremo, por ese dolor que traspasa el entendimiento y taladra hasta lo más profundo de los sentimientos.

Es una sensación de duelo, las emociones afloran y el miedo y desesperación se apodera de mi fragilidad humana, al no poder hacer nada para detenerlos, sino todo lo contrario, cuando la enfermedad ha destrozado su cuerpo, les alentamos a emprender el vuelo.

Aprender a vivir sin su presencia, desprenderse de sus cosas, almacenar en los recuerdos esos momentos que son el único vínculo de conexión.

Despedí a mi padre, abuela, tíos, suegros, mi nieta querida, mi hermana, mi prima y últimamente a mi anciana y adorada madre.

Visitar su tumba no es un atenuante para el dolor, es volver a tomar conciencia de que no están, se han ido y volver a caer en desconsuelo.

Este año, ni siquiera pudimos practicar esos ritos y tradiciones que cada año nos unen como familia y comunidad; darnos un tiempo en el panteón, llevar comida, flores, y tejer remembranzas compartidas de nuestros seres queridos.

Sin embargo, somos resilientes, nos levantamos después de caídos y volvemos a dirigir nuestra mirada al infinito, a abrir nuestros brazos y corazones para aprisionar la esperanza y el latir de las ilusiones.

Los altares de muertos no fueron parte del escenario comunitario, pero en muchos hogares, se encendieron veladoras, se arreglaron pequeños y grandes altares como un homenaje a los que han partido. Las redes sociales brillaron en todo su esplendor, con palabras, oraciones, plegarias, mensajes y recuerdos que llevan implícito ese amor que perdura a través del tiempo.

Sirvan estas lágrimas y este dolor constante, para valorar a todos y cada uno de quienes conforman nuestro entorno familiar, comunitario y amigos; aprender a expresar nuestros sentimientos y afectos, y disfrutar plenamente lo que aún no hemos perdido.

Todo se convierte en poesía


Hoy como ayer, agradezco la oportunidad de un nuevo día.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Participando con "Estilo Mápula"

                      https://estilomapula.blogspot.com/2020/11/maria-del-refugio-sandoval-olivas.html?showComment=1604324971849#c4244541951911835862



                                Hoy como ayer, agradezco la oportunidad de un nuevo día.

Cortina de lágrimas

Hay momentos que la luz se extingue ante el fulgor de la oscuridad; el conocimiento de las cosas se pierde en el ramaje de la incomprensión y no penetra un  ray a la razón. Se ensombrece el pensamiento y caen gotas de pesadumbre en el corazón.

El equilibrio permite el balance de pensamientos y emociones, se encuentra tambaleante e incierto; hábitos y rutinas cual preámbulo a la fijación de conductas han sido modificados; la relación con la otredad es una amenaza; la fragilidad entre salud y enfermedad pende de un hilo; el miedo a la muerte es más intenso que nunca; me reconozco vulnerable; con miedo de perder a mis seres queridos o extraviarme en las brumas del olvido.

Las noches son el preludio de insomnio y pesadillas. El miedo se apodera de mis huesos, estoy expectante escuchando los ruidos y respuestas de mi cuerpo.

Los días tienen un flujo diferente, estático, con una dimensión de pesadumbre y expectación. Las celebraciones familiares y culturales se rigen por la frialdad de las cámaras; las interacciones se posesionan de la imagen, la palabra, pero falta el calor y la emoción de la cercanía. 

La profusión del canto de los pájaros llega nítida a mi conciencia; mis sentidos se han enaltecido, mi espíritu se encuentra expectante, despierto, para gozar el instante y aprisionar el momento vivido.

El aire circundante se convierte en cómplice del ayer, trayendo el baúl de los recuerdos, las sombras de los muertos, las risas, y socialización con los míos; hay un río cubierto de lágrimas que baña a los muertos y a los vivos.

La evitación se ha convertido en mi cómplice, huyo de noticieros, trato de escabullirme en las sombras de la ignorancia, para evitar el horror, incertidumbre y desazón que causa este infortunio. 

Los planes se han aplazado, todo ha quedado estático, suspendido, ocultando el rostro, alejándose de hábitos y rutinas, quedando en el limbo.

No puedo acompañar en su pesar a amigos que despiden a sus seres queridos. Tampoco puedo evitar el preguntar la causa del deceso, si hubo contagio o el observar a ese monstruo invisible en el roce de otro cuerpo con el mío.

Grandes pérdidas se están enfrentando, hay inmensos desafíos. El primero es sobrevivir y no enfermar, conservar el empleo, que el sueldo alcance, que la violencia frene y la corrupción se acabe.

Vivir sin miedos, sin incertidumbres. Gozar el abrazo y volver a experimentar lo que ya teníamos y no sabíamos valorarlo a profundidad.

Quiero que mi voz cimbre montañas, que los ecos taladren las entrañas de la tierra, que se eleven por el firmamento y se encuentre la vacuna que terminará con este tormento.