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sábado, 27 de marzo de 2021

Revista Literaria La Coyol

https://lacoyolrevista.com.mx/2021/02/26/dos-poemas-6/

Corazón amortajado

Como un sollozo en la nevada

cual gota de sangre que tiñe su blancura

luz que se extingue,  difuminando en el horizonte

destellos oscuros, bosquejos inconclusos del pintor

 de creación no finiquitada

 

Dunas sedientas, agujas de hiel

que lastiman, taladran,  perforan y desangran

navaja que corta, filo que lastima

gritos de ayuda silenciosa

que busca llegar a la conciencia colectiva

 

 

Suicidio lento, se escucha en los acordes de violines

en el  trinar de las avecillas, miradas sin luz, sin alegría

 

Primaveras sin crepúsculo, sin verdor, sin colores;

almas maltrechas que no visualizan

fulgores resplandecientes de ilusiones y esperanzas

 

¿Qué pasa en tu interior coral de vida?

¿Dónde está la concha protectora

que celosamente guarda los tesoros de tu alma?

 

No riegues con tu sangre los caminos y los días

no es la puerta de salida, es naufragio,

caer al abismo, a dimensiones y profundidades oscuras

 

 

Quizá atravieses la etapa de crisálida entre  oruga y  mariposa

deja concluir la metamorfosis, se desplegarán tus alas

podrás planear sobre las olas de angustia

 

La vida no es estática, “todo cambia y todo pasa”

saldremos avantes, victoriosos, usa catalejos de esperanza

 

 


viernes, 26 de marzo de 2021

Agradecimiento




https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-agradecimiento-6521274.html

Agradecimiento

Ante los acontecimientos que vivimos hoy en día, me encuentro ante el umbral del asombro, del cuestionamiento, de la incertidumbre, pero, sobre todo, del agradecimiento.

Primeramente, por el compañero de vida, con quien comparto mis penas, añoranzas y alegrías. Por la dicha de ser madre, abuela, maestra, escritora, poeta, hermana y amiga; por todas y cada una de las personas,  quienes forman mi entorno; por las acciones y hechos que dan sentido a mi existencia; amo esos roles que me ha tocado interpretar en el escenario de la vida; porque cada uno de estos, me ha colocado en umbrales donde debo aprender a conocer, respetar y valorar, esos fugaces instantes que se convierten en memorias personales y colectivas.

He aprendido a disfrutar las distintas etapas de mi vida: niña, adolescente, joven y como dijo el poeta, hoy soy fruta madura; porque el tiempo se ha encargado de ir forjando este carácter y personalidad distintiva; soy mujer, con los atributos físicos y emocionales que convergen en mi investidura.

Incursiono en la lectura, la investigación, en los hechos que acontecen y que debo comprender y esclarecer, porque reconozco que el conocimiento brinda templanza,  tal como el acero, que al pasar por el fuego va adquiriendo forma y figura

La analogía del barro, la aplico en solemne representación, se retrata en temperamento, carácter y toma de decisión; fui formada por manos firmes al paso de mi crecimiento, sin por ello, carecer de ternura y afecto.

La gente de mi pueblo, siempre me ha brindado aliento, son: mi casa, sueños, recuerdos y memorias, plataforma y sustento. Cada casa y habitante, forman parte de mi historia, imposible desligarles, han sido mi trayectoria.

Me reconozco mujer, con dudas, vacilaciones, pero mi corazón, está repleto de amores; emociones que ahí nacen y se funden en el pecho, ilusiones que trascienden, volando a través del tiempo; atrapadas en el viento, en la lluvia, el atardecer, en la magia que brinda cada amanecer; los pinceles del arcoíris, dejan ver sus esplendores, al teñirse en el cielo, con los diversos colores.  En el agua en movimiento, en el trinar de los pájaros, en la flor que va naciendo, en el árbol que da fruto, en las mascotas que amo; en la casa donde habito, las personas que circundan en mi contexto inmediato, más aquellas que la virtualidad ha permitido hermanar.

A mis queridas amigas, las traigo en mi pensamiento, tejidos de añoranzas, hemos labrado en el tiempo.

A mis alumnos también, hay tanto que agradecer, han sido motor de arranque, para nunca dejar de aprender.

A poetas y escritores, manifiesto mi sentir, gracias por esas letras, ¡gracias por existir!

La escritura es mi amiga, aliciente y confidente, me acompaña en los momentos que debo limpiar mi alma, trastoca los sentimientos, es elixir curativo, es sinergia, dinamismo, es parte de mi vivir.

Gracias a todos y cada uno de mis lectores por compartir estos retazos de vida.

 


viernes, 19 de marzo de 2021

Educación socioemocional

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-educacion-socioemocional-6492497.html


Educación socioemocional

Antes de empezar a escribir sobre un tema determinado, es necesario tomar un momento de introspección reflexiva, leer sobre algunos tópicos, tomar apuntes, tender un cerco delimitante e ir categorizando las múltiples temáticas que danzan frenéticas al ritmo de las ideas y de las letras. Todas y cada una de estas categorías ofrecen aspectos fascinantes; en la medida que se va profundizando en su conocimiento, van formando parte de la sinopsis cognitiva; las estructuras mentales pasan por el proceso explicado magistralmente por el psicólogo suizo Piaget en 1965, de asimilación, acomodación. La primera se entiende como el proceso por el cual se adopta la nueva información a los esquemas mentales existentes y la segunda, como su nombre lo dice, acomoda esa nueva información y con ésta responde a las exigencias del medio.

El tema seleccionado para este artículo versa sobre la inteligencia emocional y el reconocimiento de cómo influyen las emociones en las decisiones y acciones diarias de las personas, centrando su análisis en la propuesta del Nuevo Modelo Educativo (2018).

Daniel Goldman, psicólogo, periodista y escritor estadounidense, autor del libro “La inteligencia emocional” (1995), que se convirtió en best-seller asevera: Es más importante gestionar emociones positivas que el mismo conocimiento intelectual, porque al aprender a desarrollarlas, controlarlas y gestionarlas, se puede mantener la atención, la motivación y la creatividad.

De tal forma, hace patente que entre más temprana edad se inicie, hay más posibilidades para asimilar los hábitos fundamentales. El desarrollo del conocimiento de sí mismo, de la autorregulación, autoconciencia y autocontrol, permiten tener una interacción más empática y solidaria, ya que, al aplicar sentimientos a los pensamientos, se es más consciente del respeto y entorno personal como el del otro.    

Hay algunos experimentos científicos que demuestran que en la medida que se van enfocando las emociones en el educando, se despierta la sensibilidad, empatía, altruismo y compasión.  También se ha comprobado que las emociones negativas interfieren con el aprendizaje, por lo que su gestión debe preceder a toda enseñanza.

Ante estas aseveraciones contundentes se visualiza la urgencia de que el sistema educativo comprenda la importancia de implementar estrategias diseñada para este fin, partiendo desde el conocimiento de sí mismo, aprender a silenciar el ruido interno que no permite la interiorización y luz necesaria para guiar y focalizar al pensamiento.

Los filósofos griegos decían que toda observación debe tener el arte de la contemplación, este concepto significa etimológicamente “templar el alma”, preparar al espíritu para visualizar lo que está más allá de lo tangible, absorber la esencia misma de las cosas y de las personas que nos rodean.

Al perfeccionar la atención, se logra la concentración, motivación e interés, respondiendo de esta manera a las enseñanzas formales de contenidos que aborda el currículo.

Entre las diversas y múltiples problemáticas recurrentes hoy en día, se encuentra la depresión y falta de sentido a la vida; la educación socioemocional apuntala que al aprender a dominar las emociones lleva a fortalecer la “resiliencia”, entendida como la capacidad necesaria para superar las adversidades que invariablemente todo individuo debemos enfrentar en el lapso de vida.

 


viernes, 12 de marzo de 2021

La fuerza de las palabras

Imagen tomada de la red.
https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-la-fuerza-de-las-palabras-6466262.html

La fuerza de las palabras

A lo largo del tiempo, hemos escuchado frases que se quedan fluctuando en el inconsciente de la memoria, y que, en momentos específicos, emergen, brotan cual manantial en búsqueda de cauce; es ahí, donde el raciocinio, reflexión y escrutinio del pensamiento, las debe hacer pasar por una revisión especial; a este respecto, se hace mención sobre el texto de los tres filtros: la verdad, la bondad y lo necesario; donde el sabio monje invita a su interlocutor a hacer pasar  sus comentarios por estos filtros para reconocer su pertinencia.

Escuchar, hablar, leer y escribir, son las macro habilidades que desarrollamos de acuerdo a nuestro contexto inmediato y mediato; cada una de estas, se encuentra en constante reconstrucción y tiene un enlace directo con el desarrollo del pensamiento y por ende del lenguaje; en la medida que aprendemos a escuchar, se expande   la capacidad de argumentar, opinar y razonar sobre una temática específica; de igual manera,  la lectura y escritura; son ventanas al mundo exterior que permiten estar en constante reconstrucción de los esquemas mentales, su uso constante propicia insertar nuevos códigos y el desarrollo de las competencias necesarias para interactuar en un mundo que está en constante cambio.

Las palabras son el vehículo del pensamiento, pero también el espejo del alma de quien las pronuncia; su capacidad creadora es infinita, sus múltiples combinaciones han dado lugar a la retención de las huellas del pasado;  han mostrado  personajes, contextos y sus historias; han dibujado sueños y horizontes tejiendo el futuro; nos han permitido adentrarnos y reconocer los distintos géneros literarios, pero más que todo, son parte de nuestro diario vivir, reflejan lo que somos, sentimos y vivimos como individuo y como participante de una colectividad.

Las palabras se encuentran por doquier, las escuchamos en la radio, en la televisión, en los aparatos electrónicos por medio de mensajes de distinta índole; bullen incansables en nuestra memoria, son trasmisoras de emociones, sentimientos y circunstancias que nos aquejan; sirven para conocernos, aprender y contribuir en el andamiaje inacabado del ser humano.

Palabras que por sí solas, pueden aparentar debilidad y poco impacto, pero en la medida que van agrupándose en frases, oraciones y párrafos, van llenando espacios en blanco, dejando impresa su huella, significado y trascendencia.

Palabras que cual pájaro, despliegan sus alas y vuelan por el firmamento.

Les invito a utilizar sus palabras, a vestirlas de gala y llevarlas al desfile del lenguaje y la comunicación; a expresar nuestro sentir, engalanando el discurso; a disfrutar el momento con la armonía y acompañamiento.

Usemos las palabras conocidas, estrenemos nuevas, hagamos una excursión a la Real Academia Española e invitemos nuevas palabras a formar parte de nuestro vocabulario.

Termino con una frase escuchada en el devenir del tiempo y que hoy le concedo el honor de ser invitada especial: “no abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio”.

 


viernes, 5 de marzo de 2021

Me reconozco mujer

https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-me-reconozco-mujer-6437041.html

Me reconozco mujer

Este escrito lleva la intención de abrir una ventana introspectiva y reflexiva, cuya mirada permita reconocer la importancia del tema a tratar; al rescatar momentos históricos, es necesario escudriñar con lentes de género,  esos, que permiten la visibilidad de ver, observar y precisar lo invisible; de despertar y entablar un diálogo  con la conciencia individual y colectiva propiciando el empoderamiento de conocer hechos, causas y circunstancias, para luego encontrarles un significado contextual.  

La discriminación y violencia en contra de las mujeres ha utilizado distintas vestiduras. En pleno siglo XXI, en algunos países sigue imperando la más cruel y desgarradora inequidad e injusticia en su contra. ¡Ni una más! Dijeron en Ciudad Juárez, y día a día aumenta la cuenta. Es foco de atención mundial, pero sigue imperando la impunidad, miedo y desconfianza ante la atención a la problemática presentada.

Mujeres de la etnia tarahumara, quienes además del gran rezago cultural, político, social y educativo en el que viven, suman a sus circunstancias de vida, el traer niños al mundo a edad muy joven, el ser víctimas de incesto por sus propios padres, sufrir atropellos, discriminación e injusticias por sus empleadores.

Mujeres que no están insertas en el sector laboral y el hecho de estar en casa atendiendo a su familia, no es visto como un trabajo digno y representativo. En otro extremo, esas mujeres que forman familias monoparentales, con toda la responsabilidad de sostener, cuidar y proporcionar lo necesario para el sostenimiento familiar.

Para ti mujer, que eres dadora de vida, tu cuerpo está diseñado para crear, alimentar y ser fuente inagotable de amor. No permitas que nadie mancille tu esencia, aprende a valorarte, a conocerte, a beber de la fuente del conocimiento para que tu brillo invite a los demás a resplandecer por sí mismos; a caminar por el sendero de la paz, de la abundancia de bienes que empiezan precisamente por la aceptación y reconocimiento como individuo. No somos islas en el océano de la vida, requerimos muelles, faros, llegar a tierra firme y expandir nuestra visión por el horizonte.

Dentro de los círculos concéntricos en que nos desarrollamos, somos únicas, fuertes, indivisibles; nadie tiene porque domarnos o domesticarnos; somos libres de pensamiento y de acción sin que, por ello, trastoquemos o lastimemos la libertad del otro.

Debemos levantar la asta de la bandera de género, ¡no más niñas en la calle! ¡No más mujeres vendiendo su cuerpo! ¡No más traficantes! ¡No más hijos abandonados! ¡No más tumbas sin nombre! ¡No más huérfanos en vida! ¡No más familias llorando la desaparición de sus hijas!

Queremos que en las marquesinas aparezca nuestro nombre: María Lorena Ramírez, (la de pies ligeros), el ama de casa, la maestra, la periodista, la escritora, la pintora, poeta, artista, médica, enfermera, abogada, empleada, jornalera, modista, cocinera, ¡somos únicas!

Debemos aprender a ser como las bugambilias que florecen y resplandecen las cuatro estaciones del año; como el desierto, que aún en su aridez climática alberga belleza y vida. Nutrirnos de la fuerza expansiva del universo, de los rayos solares y la calidez de la luna; cobijarnos bajo el embrujo de las estrellas y el magnetismo de cada amanecer. Resurgir ante la adversidad, ser más resiliente de lo que hemos podido ser; espejo donde se refleja la familia y su célula primaria de unión. 

Mujeres, extendamos nuestros brazos, unamos manos, palabra, corazón y acción.