Preguntas sin respuesta
Una de las grandes preguntas, es si el niño al nacer
viene dotado de una carga genética que lo predispone a ser bueno o malo,
adjetivos calificativos antónimos que muestran las características y
comportamiento del ser.
Hay quienes aseveran que se llega al mundo como una
página en blanco, donde el núcleo familiar primario, luego el secundario, hasta
llegar a la sociedad, se encargan de plasmar impresiones que sirven de molde
para el desarrollo de la personalidad de cada individuo.
Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, decía que “el
hombre es un lobo para el hombre”, lo que lo hace malo por naturaleza y que
necesite una ley autoritaria que regule su comportamiento; en cambio el
filósofo suizo Rousseau, del siglo XVIII, aseguraba lo contrario, diciendo que
el hombre nacía con bondad y empatía natural, la cual es transformada por medio
de la sociedad en competitividad, despertando la codicia, avaricia y
agresividad de unos hacia otros.
El psicoanalista Froy Freud, dice que cada individuo
tiene la potencia de ser bueno o malo, que sus instintos fluctúan entre (eros y
tánatos) «amor y odio o muerte». Por su
parte, el psicoanalista Erich Fromm, asegura que hay un conjunto humano
existencial, somos animales con instintos, pero que con la capacidad de raciocinio
que poseemos a diferencia de los otros animales, se regulan las emociones y
acciones.
Esta breve introducción tiene la difícil encomienda de
abordar con pinzas el hecho reciente acontecido en la población de Ubalde Tx.
En medio de una creciente perplejidad, asombro e incredulidad, los medios de
comunicación informan la masacre acontecida en una escuela primaria y el solo
hecho de pensar en la total indefensión de las víctimas, sentimos la impotencia
e inseguridad para proteger a nuestra familia y nosotros mismos.
Cuando se presenta el perfil del joven asesino, tratamos
infructuosamente de encontrar los motivos que lo llevaron a cometer esa masacre,
atentado que inicia contra su abuela de 66 años y culmina arrebatando la vida
de 19 pequeños y dos maestras.
El enojo y desesperación se hacen presentes al observar
los padres compungidos y las estelas de dolor diseminadas en los núcleos
comunitarios; llegan oleadas de indignación al preguntarnos las causas que
dieron pie para crear y ejecutar una idea tan siniestra. Según la BBC News, en Estados Unidos se han
perpetuado más de 30 episodios de tiradores activos en las escuelas desde la
entrada del nuevo milenio. Nos invade la
inseguridad al constatar que estos crímenes masivos siguen presentándose sin
motivos y en lugares diversos: El
tiroteo en un concierto en las Vegas Nevada que dejó al menos 59 muertos; el tiroteo
en Virginia Beach con 12 adultos fallecidos; en Sutherland Springs Tx, con 26
víctimas; el de la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Florida, que arrebató
la vida a 17 jóvenes; lo acontecido en el centro comercial de Walmart del Paso
Tx., con 22 fallecidos, pudiéramos seguir mencionando lugares y estadísticas cuyos nombres han quedado registrados en la
historia.
Cada quien trata de dar y explicar las respuestas
posibles a su alcance, aludiendo a diversos factores como: el bulllying, el abandono familiar, las
drogas, los video juegos violentos, las muchas horas que pasan niños y jóvenes
frente a aparatos digitales, la venta de armas de fuego, la falta de formación
en la fe, enfermedades de la mente, entre otras muchas más, lo cierto es que
cuando se presenta un hecho de esta magnitud, nos hacemos más conscientes
de nuestra fragilidad humana y de lo
mucho que nos falta para alcanzar la humanización.
Termino con una cita anónima: “Solemos hablar de valores, de respeto a nuestros
mayores, a la madre tierra, solemos hablar de ser ejemplos de bien y de ser
solidarios: Ya no hablemos… Seamos”.