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jueves, 30 de enero de 2020

Tiempo

  / JUEVES 30 DE ENERO DE 2020

Tiempo

Tiempo
Por: Cuquita Sandoval Olivas
Los días se suceden uno a otro con una rapidez apresurada; el tiempo, que en nuestra niñez parecía detenerse, hoy avanza presuroso, como si en la medida que vamos avanzando en edad, este tuviera más prisa por transitar caminos.
De pronto, cuando tratamos de asimilar que ya empezó un nuevo mes, ya estamos concluyéndolo; de tal forma, que queda poco tiempo para retomar los propósitos y cambios que pensamos haríamos en nuestra vida cotidiana, ya que las prisas y ajetreo, vienen atropellando todo a su paso, dejando poco tiempo para la introspección, meditación y el fijar la mirada en lo que sucede a nuestro alrededor.
Sin embargo, no siempre el tiempo se comporta de esa manera; cuando alguna enfermedad o diagnóstico hace su entrada triunfal en nuestro cuerpo, en algún miembro de la familia o personas conocidas; usamos el freno de emergencia, aminoramos la marcha; volvemos la mirada al cielo, y cualquiera que sea nuestra  religión o creencia, clamamos por la salud que teníamos y no nos habíamos percatado de agradecer y cuidar.
Cuando alguien de nuestros seres queridos llega a la línea finita del tiempo de vida; cuando entra a un quirófano, o se está en espera de resultados médicos, el tiempo no avanza; se detiene, llega silencioso y trae consigo el miedo e incertidumbre; el mundo parece cambiar de color y entonces nos damos cuenta que lo más valioso que poseemos son la vida y salud.
Basta detenernos un momento y mirar fotografías o videos del ayer, apenas éramos unos niños, con las ilusiones e inocencia propias de la edad; jóvenes con el entusiasmo y fuerza para emprender grandes proyectos; el momento del enamoramiento, de concluir una carrera, de formar una familia y de encontrar el trabajo que nos daría el sustento y seguridad; cuando de pronto, los hijos crecieron y empezaron a emigrar, a formar su propio nido e iniciar los caminos que nosotros recorrimos en su momento.
Un día, sin apenas darnos cuenta, ya estamos aprendiendo a vivir de una manera más consiente, más plena, saboreando los instantes, los amaneceres y atardeceres; las glorias y altibajos de las estaciones.
Cada década transitada va dejando caminos pletóricos de enseñanzas, de experiencias, de errores que nos permitieron crecer y aprender, de añoranzas y despedidas. Porque en la medida que vamos madurando, somos más consientes de la proximidad de la muerte.
Nos toca presenciar despedidas, tragedias, enfermedades que van minando la alegría y entereza; tristezas y angustias; pero también somos testigos de nacimientos, del milagro de cada nuevo día; del amor que nos profesa la naturaleza, familia y amigos.
Este escrito, pretende despertar conciencias; invitarnos y recordarnos la importancia de   aprovechar al máximo cada instante que vivimos;  dejar de llorar y lamentarnos por las personas que perdimos; por las  cosas que no han sucedido tal y como las planeamos; hacernos más organizados, más creativos; reír, leer, viajar y disfrutar las cosas ordinarias, que a fuerza de hacerlas y verlas con amor, se convertirán en sucesos extraordinarios.
Vamos a abrazar más a las personas, a expresar el amor y afecto con palabras y acciones, a cultivar nuestra mente e intelecto; a ayudar a quien lo necesite, a ser más responsable y cuidadosos con el medio ambiente; con las palabras que salen de nuestra boca; con los pensamientos que anidamos y con las personas que convivimos; de tal manera que cada día sea el inicio de una nueva aventura. 

Las manos de mi madre


Comparto poema escrito a mamá cuando aún teníamos la fortuna de tenerla a nuestro lado. Agregué un último párrafo el día de su muerte y últimamente cambié los tiempos verbales. La fotografía es inédita, su mano entrelazando la mía. Pertenece al poemario "Suspiros rotos" impreso por "Tinta Nueva" 2019. Te invito a leer, compartir y comentar.
Las manos de mi madre * Poema * https://www.revistalatinanc.com/2020/01/30/las-manos-de-mi-madre-poema/  via @revistalatinanc



jueves, 23 de enero de 2020

A dos años de su partida







Hoy que no está

Hoy que no está, ha llegado ese día,
en que su voz ya no será escuchada,
ni sus pasos, su presencia, su esencia,
o su suave ronquido por la madrugada.

Hoy que no está, todo es vacío y soledad,
la casa, la silla, su cama donde dormía,
hay silencio, frío de ausencia y humedad,
hay lucha, quebranto, condolencia y agonía.

Hoy que no está, se ha roto el cordón umbilical,
se perdió la brújula, la guía, el norte, el horizonte,
busco en su ropa, en sus cosas, su olor corporal,
¡se ha ido! Voló a su terruño, se perdió en el monte.

Hoy que no está, grito su nombre, evoco memorias,
consejos, cuidados, sus suaves caricias, ¡amor maternal!
el como gozaba narrar sus leyendas, vidas e historias,
trasmitía el sentirlas, hacía cada experiencia tan vivencial.

Hoy que no está, extraño el susurro, el tenue murmullo,
la mirada firme cuando reprendía, postura y mano segura,
estar a su lado brindaba confianza, llenaba de orgullo,
 dualismo perfecto: firmeza, blandura, seguridad y dulzura.

Hoy que no está, lágrimas de sangre corren por mis mejillas,
quisiera salir corriendo y esconder mi tristeza en la llanura,
presa del dolor, necesito vislumbrar luz a través de las rejillas;
encontrar colores, buscar algo que cubra esta total amargura.
Hoy que no está, quiero devolver el tiempo, poner una pausa
mirar sus ojitos, tomar sus manitas, sentarme en su morada,
darle más caricias y más besos, retomar plática inconclusa
que cada vez contaba, como si temiese quedase olvidada.

Hoy que no está, ya no hay esperanza, no encuentro sosiego,
no existen palabras que puedan expresar el profundo duelo,
buscando consuelo escribo estos versos y evoco mi ruego,
que esté descansando, juntito al creador, allá en el cielo.


Hoy que no está, el día se alarga, la noche es muy triste,
rezamos rosarios, entonamos cánticos con fe y simbolismos,
vela encendida, un cristo y fotografía su presencia asiste,
sin embargo, la ausencia se siente, ¡hay grandes abismos!
Hoy que no está, quedaron sus cosas, sus plantas, amigos, familia,
su árbol de raíz antes fuerte y erguida, secó su savia, perdió el sustento,
con débil corteza, como hoja que arranca el viento, su poderío exilia,
¡dormía más!, ¡platicaba menos!  día con día dejó de necesitar alimento.

Hoy que no está, clamaré por su paz, gracia y su descanso eterno,
trastocará la eternidad mi palabra, al sentir sus pasos, su aliento,
veré su sombra en todos los ancianos y sentiré su amor materno,
dejaré de llorar a la cabecera de su cama, dando amor cada momento

Hoy que no está, trataré de llegar a Dios en cada campanada
cultivaré mi fe y esperanza, en que hay un mundo alterno,
cada verso escrito, será un lamento y lágrima derramada
por ese amor recibido desde el vientre, ¡tan bendito y tan eterno!

Hoy que no está, en toda la extensión de la palabra, ¡prometo mejorar!
ser más justa, ecuánime, sincera, buena amiga, esposa, madre, hermana,
honrar la memoria de quien me cobijó y enseñó a conjugar el verbo amar,
y a quien tuvimos el honor y dicha de cuidar hasta que fue una anciana.

Hoy que no está, bendigo su nombre, alabo su obra, admiro su ejemplo,
A través de su historia, lectores y descendientes podrán conocerla,
Mujer y madre admirable, su recuerdo merece vivir en un sagrado templo,
Gracias al creador por permitirnos hasta el fin abrazarla, mimarla y amarla.












miércoles, 15 de enero de 2020

Hablemos del silencio


Hablemos del silencio
Maestra María del Refugio Sandoval Olivas
Se da inicio en torno a esta temática citando al filósofo, Friederich Nietzche: “El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio”, entendiendo la acepción como: lapsos, pausas e intervalos, propios de nuestra verdadera naturaleza.
El silencio es un componente omnipresente y necesario no solo en la comunicación verbal y no verbal, sino en todas las manifestaciones del ser humano. Se encuentra presente en el arte, brindando una amplia perspectiva estética a la música, al exhibirse descansos o notas musicales sin ejecución; en la quietud de la pintura,   tal cual aparece en los cuadros de Leonardo Da Vinci, que muestra una naturaleza estática, con un mítico silencio que circunda la atmósfera pictórica;  el teatro lo presenta tal si fuera un elemento imprescindible, lleno de gestualidad y balanceos; en el arte moderno de hacer poesía, se dice mucho con pocas palabras, las cuales aparecen de un modo más intencional, con noción de aliento, espacio y visibilidad, con blancuras y silencios que van encadenando  formas estéticas.  De igual manera, se hace presente en la filosofía oriental, cual sinónimo de sabiduría y en el ámbito religioso como forma predilecta de acercamiento a lo divino, a la comunión con un ser omnipotente.
La palabra silencio es polivalente, existe en la parte oscura del sueño, en el final de la conversación, en las manifestaciones culturales y religiosas; cuando sin necesidad de emitir palabras, una mirada o expresión corporal, se dan a conocer  sentimientos y emociones; porque hay momentos que los discursos distraen y entorpecen el mensaje, siendo más oportuna la comunicación basada en la ausencia del lenguaje verbal.
El silencio ha imperado desde antes del comienzo de todas las cosas, es autónomo, no ha sido tocado por el tiempo, sigue prevaleciendo y dando un toque de armonía, tranquilidad y sosiego al ajetreo cotidiano y ruidoso de la vida.
Permite la reconexión con el interior;  que aflore la espiritualidad y permeé la calma. Es un compás de espera, que vence el parloteo mental y fantasmas acuciantes de memorias, palabras y bombardeo de imágenes, hasta lograr un encuentro consigo mismo.
En medio del silencio, se logra armonizar el yo interior, utilizando la respiración, inhalando y exhalando hasta encontrar ese lapso de paz, que a su vez, emana energía a todo el cuerpo y abre canales de comunicación; permite que fluye la vida;   la paz; distintas perspectivas de reflexión y escucha activa de la interioridad. De ahí la máxima del filósofo  Sócarates: “Conócete a ti mismo”.
Sin embargo, al sumergirnos en la quietud de su abrigo, podemos escuchar el palpitar del  corazón, las voces internas de los organos; es por ello, que el binomio “silencio- escucha”, no es solo una condición para la introspección y contacto con la voz interior, sino un descanso, un alto, un aislamiento con el mundo exterior que  ayuda a revalorar y redirigir nuestros pensamientos y acciones.




Poema "Desasosiego" Revista Latina

https://www.revistalatinanc.com/2020/01/15/desasosiego/?fbclid=IwAR2ATy8bljL3tiJLb0blRp-9NZgHdFUNra4hvwsvSQl8-V84aqw8rdLTD_U




viernes, 3 de enero de 2020

Feliz año nuevo


 Maestra Cuquita Sandoval Olivas

Es una frase trillada que, a fuerza de su repetición, pocas veces nos detenemos a analizar su significado a profundidad. La experiencia nos ha permitido constatar que la felicidad no es algo que se conquista y se retiene, sino que es un camino; un bienestar que vamos construyendo cada instante, que nace de nuestro interior y se nutre de las personas que nos rodean, así como de las acciones y repercusiones de nuestros hechos.
Año nuevo, significa que cada 31 de diciembre, completamos una vuelta más al sol. Hacemos un balance y recordatorio de los sucesos significativos que marcaron nuestra vida. Gracias a la interconexión digital, producto de la globalización, podemos conocer los hechos que suceden alrededor de nuestro globo terráqueo en segundos; el torrente de información que llega por diversos canales, permite que naveguemos en un mar de comunicación, mismo que por su magnitud, es imposible procesar y entender su relevancia e impacto, ya sea por la cantidad de datos recibidos por el respaldo insuficiente de conocimiento o simplemente porque el día cuenta con 24 horas de las cuales destinamos una gran parte al trabajo, otra para el descanso y el resto, efectuando actividades familiares y personales que demandan atención inmediata.
Cuando cerramos un ciclo, generalmente gustamos de realizar una introspección, mirar hacia las acciones pasadas y evaluar el impacto y trascendencia de nuestro actuar. La frontera dimensional del tiempo entre el 31 de diciembre y el 1 de enero es un hecho simbólico, sin embargo, ese tramo es considerado ideal para efectuar un recuento, repensar, redescubrirse a sí mismos y trazar un plan emergente con dispositivos de compromiso que sirvan como plataforma de Impulso a iniciar con nuevos bríos el año nuevo.
El día 1 de enero, se ofrece como un libro con todas las páginas en blanco, donde cada quien será protagonista; su propio escritor y editor, imprimiendo su historia con el tinte personal y despliegue de  habilidades desarrolladas;  utilizará la gama de colores necesarios al realzar, dibujar, contornear y plasmar las imágenes de experiencias que pasarán a buscar un rincón en los vestigios de la memoria; mezclar dosis de realidades e imaginación para formar un espacio paralelo, ya que en los sueños e ideales se fundamenta el desarrollo de la humanidad; a sabiendas que el éxito, se basa en la planeación estratégica, tal cual mástil que da dirección y rumbo al caminar, pero también en la meditación y silencio al sentarse a revaluar objetivamente  acciones y consecuencias.
Estas líneas dimensionales, nosotros las conocemos por horas, días, semanas, meses y años; por lo que, de acuerdo con la psicología, se dice que los planes y propósitos funcionan a corto plazo, en pequeñas dosis que deberán ir alimentándose conforme se vayan ejercitando.
De tal forma que uno de mis principales propósitos de año nuevo, será el estar en esa  búsqueda constante de bienestar interno, que me permita crecer individualmente, pero también en la colectividad, para poder cultivar, reflejar e irradiar felicidad; sentando hábitos sanos, cuidando mis pensamientos; externar y profesar amor, leer y escribir cada día, ya que ambas herramientas son la clave del crecimiento personal y comunicación asertiva; cultivar el alma y el espíritu, porque la verdadera belleza se irradia de dentro hacia afuera; cuidar y aprovechar al máximo mi tiempo, lo que hago con él y con quienes lo comparto, porque como dijo el poeta inglés Rudyard Kipling, “…si puedes emplear el inexorable minuto recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos, tuya es la tierra y todo lo que hay en ella”.
El arte se manifiesta de distintas acepciones al encender nuestro entendimiento y discernimiento de las cosas; la literatura, hace uso de la palabra, primeramente, para llegar al corazón del que lo expresa y posteriormente, a quien la lee o escucha. El poeta uruguayo Benedetti, dice en su poema “No te rindas” …” aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, encerrar tu miedo…porque no hay heridas, que no cure el tiempo…”
El año nuevo nos ofrece 365 días para orbitar el sol, transitar por las distintas estaciones, y bañarnos con la esencia de cada una de éstas; reencontrarnos en ese tren de la vida, donde algunos de los pasajeros harán paradas emergentes y descenderán del viaje; deberemos aprender a seguir transitando sin su compañía; enfrentaremos pérdidas, ataviadas de inclemencias, tempestades, y nubarrones, pero también tendremos la certeza de que el sol volverá a brillar y traerá luz y calor a nuestra existencia.
Unamos nuestras vibraciones, para que en este nuevo ciclo, mengüe el sufrimiento de los necesitados; quienes no tienen hogar, encuentren asilo, los que padecen alguna enfermedad,  puedan experimentar la sanación.   Las familias se reencuentren en el amor y cese la violencia imperante
¡Feliz año nuevo 2020!



Revista Latina NC

https://www.revistalatinanc.com/2020/01/02/sendero-de-mujer/?fbclid=IwAR32wCnIVV7kdNVHtUl_eYCASB_mQYOW_2dpZdLhM6aiiRhFhsBTMZE-oKE

https://www.revistalatinanc.com/2020/01/01/conoce-a-maria-del-refugio-sandoval-olivas/