Espejos de vida | ¿Qué es la felicidad?
La felicidad es un estado del alma, una virtud o un poder personal que se cultiva a conciencia…se alcanza cuando logramos vivir en armonía con nosotros mismos, honrando la vida, la propia y la ajena, en comunión con la Creación o el Universo…
Jorge Luis Borges
En completa concordancia con esta frase, puedo aseverar y agradecer los puentes transitados a lo largo de casi seis décadas, las circunstancias vividas y las personas que he encontrado en el camino, las que aún permanecen en este entorno inmediato llamada vida terrenal y quienes ya están en la esfera celestial, cuyo amor y abrazo cálido, han sido cimientos, estructuras, andamios y peldaños para alcanzar una y otra vez, esa cima utópica llamada felicidad.
Tal y cual lo expresó Tomás Moro en 1516: “La utopía se encuentra en el horizonte, se avanza diez pasos y esta se aleja diez pasos más”. Comprendo entonces, que la dicha o ventura, no son conceptos estáticos, porque al alcanzar una cima como meta, hay muchas más para escalar, y que antes de continuar con ese círculo concéntrico o rueda de la vida, debemos reaprender a saborear el éxito alcanzado, abriendo los sentidos ante el escenario brindado y las múltiples manifestaciones que el creador nos ofrece como complemento adicional.
De tal suerte, que la felicidad se compone de esas pequeñas y grandes manifestaciones, sentimientos y emociones experimentadas, ya sea en forma de goteo o en torrente substancial que llena el alma de gozo y el espíritu de agradecimiento.
Reconozco el ser inmensamente feliz al sentir el apapacho familiar, las palabras, gestos y acciones que me envuelven en su aliento y calor; experimento gozo en mi ser, ante el amor, cariño y lealtad de mis mascotas, que siempre están incondicionales, dispuestas a brincar de gusto ante mi voz o presencia; agradezco el dar y recibir amistad, estar abierta a conocer más personas e invitarlas a ser parte de mi entorno personal y familiar ya sea en forma presencial o por los medios tecnológicos que acortan distancias; disfruto plenamente viajar, conocer otros lugares, costumbres y culturas; visitar a coterráneos, recreando las memorias generacionales y las vivencias atrapadas en cada espacio del terruño que nos vio nacer; ir a mi pueblo, saborear su aire impregnado de recuerdos, llenarme del afecto de quienes han sido parte de mi crecimiento; disfruto el mirarme en los ojos inocentes de los niños, para reafirmar que cada día, debo estar abiertos a nuevos aprendizajes, abrir mis perspectivas y horizontes, sonreír plenamente y confiar en la esperanza del mañana.
Amo leer, reencontrarme en las palabras, en las historias, en sumergirme en esos contextos descritos, para entender otros tiempos y espacios , adquirir nuevos aprendizajes con significado distintos y reafirmar la brújula y veleta de dirección personal, familiar y comunitaria.
Escribir me brinda felicidad, porque entro en un proceso de desequilibrio mental, hasta que las piezas van tomando forma, cual si fuera un rompecabezas que se va armando, hasta dar forma, sentido, color y proyección.
Pudiera seguir enumerando actividades que dan gozo a mi ser, la gente que es parte de estas, el cómo y por qué contribuyen, pero la esencia de este escrito, lleva implícito el mensaje de que la felicidad no solo es una búsqueda constante, sino que es detenerse a saborear y revivir el instante.
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