https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-indigentes-9491942.html
Indigentes
De acuerdo al diccionario,
este concepto hace referencia a una persona que carece de lo necesario para su
subsistencia. Esto, me remite a recordar la pirámide de las necesidades básicas
propuesta por el psicólogo estadounidense Abraham Maslow en 1955. Él,
fundamenta que la salud mental se basa en que el individuo tenga cubierta las
necesidades básicas para su correcto desarrollo biológico, mental y motivacional,
ya que estas, son únicas e inherentes en todo ser humano. En la base de esta pirámide se encuentran las
fisiológicas, que tienen relación con poder respirar, el vestirse, alimentarse,
descansar, es decir todo aquello que brinde al cuerpo un equilibrio.
La segunda alude a la
necesidad del dinero, el poder trabajar y generar ingresos, para con estos
adquirir lo necesario para la subsistencia, así como la vivienda, que brinda un
techo seguro donde resguardarse.
La tercera, al igual que las
siguientes, solo se presentan al tener cubiertas estas dos, es la necesidad de
pertenencia a algún grupo y sentirse integrado en la sociedad.
La cuarta es la necesidad de
autoestima y reconocimiento; la quinta y última, es la autorrealización. Cuando
la persona se siente plena con lo que es, lo que hace y lo que representa para
sí mismo y la sociedad que lo rodea.
Esta breve descripción,
pretende dar cuenta al amable lector, que un indigente o homeless carece de todo. Se encuentran viviendo en alguna calle,
esquina, callejón, arroyos, edificios abandonados, recostados sobre cartones y
cobijas raídas, con montones de basura a su alrededor, excluidos, solitarios y
alimentándose de las sobras de comida que encuentran a su paso.
El tener el gusto y afición
por escribir y compartir mis textos, me permite focalizar y dirigir los
sentidos en el entorno diario, en las personas, cosas y acontecimientos que se
van presentando ante mis ojos; en reconocer la dualidad y extremos de la vida
misma; captar esas emociones y sentimientos generados, para luego trasladarlos
a palabras, que tienen la encomienda de comunicar y pretenden llegan a las
conciencias individuales y colectivas.
Este fenómeno de la
indigencia, se agudiza en las grandes ciudades, se observan de distintas edades,
razas y nacionalidades; caminando como sombras autómatas sin brújula o
dirección, postradas en su improvisada cama de cartón, hurgando entre la basura
o simplemente sentados, enfocados en sus pensamientos o sosteniendo
conversaciones consigo mismos, con la mirada perdida, cargando sus pocas
pertenencias en algún carrito de supermercado, que generalmente consisten en
cartones plásticos o reciclados.
Aun y cuando los gobiernos
implementan programas de rescate y ayuda, no ha sido suficiente, las cifras
siguen aumentando y las calles se siguen poblando. El cuadro que se observa en
la cotidianidad, encoge el alma al visualizar estas paupérrimas condiciones de
vida e imaginar cómo soportan las inclemencias del tiempo, el hambre, la
soledad y por qué no decirlo, el abandono, repudio y miedo otorgado como
sociedad.
No es fácil el pensar en
propuestas de soluciones inmediatas, se reconoce que hay organismos y
asociaciones trabajando en ello, pero el hecho de reconocer su existencia, de estar
listos para apoyar de alguna manera en mejorar sus condiciones de vida, porque
desde el momento que somos y estamos más sensibles ante este fenómeno, se
reconoce su existencia y demanda de acciones urgentes e inmediatas.
Cierro con esta frase de Isaac
Asimov: “El aspecto más triste de la vida
actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad
en sabiduría”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido a mi blog, no te retires sin dejar tus comentarios.