Mayo
Las fechas
específicas son puerta de entrada que permiten abrir un abanico de acciones
como el hacer un alto y efectuar una introspección reflexiva que lleva a la
memoria a rescatar recuerdos y que surja la necesidad de compartirlos ya sea en
forma oral o escrita; procesos comunicativos que rescatan el conocimiento del
ayer y la permanencia de muchas tradiciones que son parte de nuestra cultura.
Cada mes trae
consigo las efemérides internacionales, nacionales, además de las celebraciones
propias, por lo que son esperados con interés y regocijo. En mayo iniciamos
celebrando el día del trabajo, como un homenaje especial a todos los que
lucharon para la reivindicación de los derechos laborales. El cinco de mayo,
recordamos la batalla de Puebla, un evento histórico en el país, cuando el
ejército mexicano derrotó a los invasores de Francia. El diez de mayo,
conmemoramos a la mujer que nos formó en su vientre y acunó en su pecho; a ese
amor incondicional que los hijos expresamos por medio de serenatas, ramilletes
musicales, flores, regalos, cartas; mezcla de emociones y sentimientos
encontrados, ya sea por la ausencia definitiva del hijo o de la madre, o por
existir la separación geográfica que impide abrazar y expresar el más genuino
agradecimiento a ese ser dador de vida.
El día 15 de mayo,
se rinde homenaje al maestro, iniciativa propuesta en 1917 por un grupo de
diputados. El ejercer como docente por más de treinta años y hoy en día, como
maestra jubilada, me ha permitido ser festejada por las distintas autoridades
municipales, sindicales y educativas, así como por mis apreciados e
inolvidables alumnos. Extendiendo felicitaciones especiales a mis hijos Edgar,
Yadira, Rubí y Alexandro que se encuentran laborando en el ámbito laboral.
Como alumna, gocé
intensamente el festejo del día 23, fecha que data su celebración desde 1929,
cuando un grupo de estudiantes decide protestar por la autonomía universitaria.
Como docente, contribuí con afán y entusiasmo a la organización de esos
eventos; hoy contemplo la expectación y alegría de mis nietos para disfrutar
esa conmemoración.
En lo particular, que
es el contexto más cercano e inmediato, encuentro especial cada día de mi vida,
agradeciendo al ser omnipotente por ser
partícipe del milagro del amanecer, sin embargo, reconozco la importancia de
inmortalizar esas fechas tatuadas en el calendario de nuestra vida familiar: el 28 de mayo de 1923
nació mi querida madre; cuatro décadas más tarde, un día 29, cobijó mi
nacimiento en el pueblo de Balleza, Chihuahua; Rubí y Carlos, mis amados hijos,
también llegaron al mundo en este quinto
mes, llenando mi alma de contento y felicidad; aunado a la conmemoración de
aniversario de vida de mi cuñado Germán Pérez.
Sírvanse estas letras
para expresar mi más genuina felicitación envuelta en cariño con listones de
parabienes y bendiciones; deseando abundancia de salud, paz y afecto; que los
valores universales sigan prevaleciendo en nuestro entorno y el amor y la unión
sea la sazón principal de nuestros alimentos diarios. Que sigamos escribiendo
en el libro de la vida, páginas pletóricas de recuerdos, sueños y añoranzas,
para que ese árbol genealógico encuentre sus raíces y siga alimentándose a
través de la fuente inagotable de memorias familiares.
Felicitando también
a todos los compañeros docentes, deseando que sigan esparciendo esa semilla del
conocimiento, dejando huella en mente y corazón de sus pupilos. A mis
compañeros jubilados, porque aún y cuando no ejerzamos más la docencia, es un
título que ganamos con estudio, esfuerzo y dedicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido a mi blog, no te retires sin dejar tus comentarios.