Los
concursos tienen una larga historia dentro de los centros escolares;
generalmente son convocados por las autoridades educativas, quienes, a su vez,
convocan a directivos y docentes a preparar a sus alumnos en los géneros o temas
propuestos.
Recientemente,
asistí como jurado a un evento poético, convocado por la zona escolar 145 que
se conforma por las escuelas primarias: Ignacio Manuel Altamirano, Amado Nervo,
Nicolás Bravo «turno matutino y
vespertino», Ford 190, «turno matutino y vespertino», Solidaridad, Educación y
sabiduría, Carmen Tarín Ibarra e Instituto Parralense; el jefe de Sector es el Profesor Mario Natividad Sotelo Salas y el
Supervisor, Profesor Francisco Chaparro Escalante; fungiendo como sede la
primaria Carmen Tarín Ibarra, cuya
dirección está a cargo de la Profesora Ana del Carmen Gardea Ríos.
Un
evento de esta naturaleza, permitió observar el trabajo y organización
imperante; desde el trabajo grupal, la selección de los niños participantes, la
invitación de los docentes que conformamos el jurado calificador, hasta el
cuidado de los más mínimos detalles para que el evento luciera en todo su
esplendor.
Se
dividió en dos categorías, la “A”, agrupó a los pequeñines de 1º a 3º y la “B”
de 4º a 6º. Cada participante entregó alma y corazón en el escenario, dominando
al público, recitando el poema seleccionado con tal énfasis y orgullo, para
beneplácito personal y de la concurrencia.
Los
alumnos que quedan en 1º son: Edgar Omar Marta Luna y Helen Celeste Ávila de la
Ford 190 T.M. En 2º Erik Mateo Aguirre del I.P. y Kimberly Alelí Luna de la
escuela Carmen Tarín Ibarra. En 3º, Adamaris Denisse Parga Soto de la primaria
Ignacio Manuel Altamirano y Cesar de la Rocha Loya del I.P.
El
Profesor Jesús Trujillo además de fungir como jurado, declama el poema “El
mártir del desierto”, pronunciando un emotivo discurso en cuanto a la
importancia de promover este tipo de concursos, no solo por el fin de obtener
reconocimientos y ganar un lugar, sino para incentivar en los alumnos, desde su
más tierna infancia, el amor por esta manifestación artística, que conlleva el
uso de la palabra acompañada de movimientos gestuales y corporales en la
trasmisión del mensaje seleccionado.
Así
mismo, el supervisor de la zona, expresa que la poesía es una de las formas más
puras y bellas del lenguaje, que fomenta la dimensión comunicativa, expande el
uso del vocabulario y desarrolla la memoria, la seguridad al presentarse ante
un público, se educa la voz potenciando el aprendizaje artístico a través del
ritmo y armonía y ayuda a expandir la imaginación, por lo que es parte
inherente y transversal del currículo escolar cuando se atiende la formación
integral del educando.
En
este ambiente festivo, la palabra escrita por distintos poetas, alcanzó a
emisores y receptores, permitiendo que se abriera un abanico de sentimientos y
emociones.
Una
vez más, pudo constatarse que la escuela es generadora de cambios y
movimientos; que requiere trabajar en sintonía y armonía con todos los agentes
involucrados y que su impacto, no queda en los contenidos que se abordan dentro
del aula, sino en la semilla que se planta en el corazón de cada niño que se
atiende.
Sírvase
este medio, para expresar el agradecimiento a maestros, padres y madres de
familia quienes apoyaron a los niños participantes.
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