20 DE MAYO DE 2022
Espejos de vida
| Adulto mayor
Se reconoce como adulto mayor a una persona que alcanza los 65 años; es la edad en que una persona puede jubilarse o pensionarse del sistema laboral. De acuerdo con la esperanza de vida de cada país, en México es de 75.3. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 2019, dice que en nuestro país, se ha incrementado el número de personas mayores, lo cual explica cambios recientes en el régimen pensionario.
Sin embargo, mayor cantidad de vida no es sinónimo de más calidad. Ante tal aseveración, me permito expresar algunas cavilaciones producto de la observación cotidiana dentro del entorno gerontológico.
En nuestra ciudad, hay pocas instituciones dedicadas al cuidado del adulto mayor, una de estas es el Asilo San Vicente, fundado por damas voluntarias, es uno de los hogares que ha cuidado por más de 80 años a esta población vulnerable, atendido por religiosas y personal asalariado, que se encargan de cuidar y proporcionar atención espiritual, física y emocional a quienes están a su cargo.
La edad de sus huéspedes oscila de entre los 70 a más de 90 años. Quienes se encuentran con mayores aptitudes físicas debido a su condición de salud, se dedican al cuidado de una huerta, donde cultivan frutas y verduras para su consumo y a la cría de gallinas, que les proporcionan carne y blanquillos para su uso cotidiano.
La Presidenta de la Asociación, visita algunos establecimientos, quienes les brindan alimentos; además de algunas instituciones o asociaciones, que otorgan una cuota voluntaria, para apoyar en la conservación del edificio y los requerimientos necesarios.
Se invita a la comunidad a apadrinar algún adulto, no solamente con las necesidades materiales, sino para compartir tiempo de calidad con ellos, porque generalmente las personas que viven en el asilo, carecen de familia inmediata o las condiciones familiares no eran las más óptimas para su atención y cuidado. La gran mayoría, reciben muy pocas visitas, por lo que se considera de primera necesidad, atenderlos físicamente, luego el aspecto emocional.
Otro de los espacios, que recientemente abrió sus puertas tras la pandemia es “El jardín del abuelo”, el cual cambió su nombre a “Comunidades de Mayores Machi”. Su objetivo es proporcionar un espacio donde los adultos mayores puedan interactuar en distintas expresiones culturales, artísticas y de desarrollo, buscando fundamentalmente en fomentar la empatía, empoderamiento, reconocimiento de sí mismo, reincorporación en un marco de equidad y oportunidades, ofreciendo alternativas de desarrollo mediante actividades deportivas, culturales y de esparcimiento.
En estas comunidades, todas las personas mayores de 50 años tienen acogida. Se ofertan clubes de: cachibol, ajedrez, juegos de mesa, música, canto, inglés, computación, corte y confección, tejido, pintura, actividades literarias y manuales, cocina, tejido, baile moderno y folclórico; se les informa sobre asesoría legal, para que conozcan sus derechos y lugares donde pueden acudir en caso de necesitar ayuda; se les incluye en participaciones comunitarias como desfiles, eventos municipales y estatales, brindando la oportunidad de que ocupen su tiempo y mente en actividades que redundan en beneficios positivos hacia sí mismos.
Abramos nuestros sentidos para acogerles, pensemos que hay muchas personas mayores necesitando el abrazo y el cariño de una familia
Sírvase este escrito para hacer conciencia en el lector, del largo camino que como sociedad tenemos que emprender. No cerrar los ojos ante una situación tan alarmante y denigrante que viven muchos de los adultos.
Personas que ya pagaron su peaje de vida; que trabajaron en distintas ramas, cultivaron el campo, formaron y criaron una familia y su cuerpo empieza a cobrar factura por el paso de los años.
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