Hablemos
del amor
Cada palabra tiene su propia etimología, historia y conceptualización
que cada persona le imprime desde sus esquemas mentales y el contexto en que se
desenvuelve. En nombre del amor, se han
cometido barbaries tales que son inconcebible desde mi óptica y perceptiva.
Por ejemplo, por amor a Dios, las religiones se han
encargado de dibujar un ser antagónico capaz de las peores atrocidades, un
infierno que describe Dante en “La divina comedia” como un cono invertido
constituido por nueve círculos, los cuales, de acuerdo a la gravedad de los
pecados cometidos, se hacían acreedores de atroces castigos. Por amor a ese ser
omnipotente, hubo cacería de brujas en la santa inquisición; en la
interpretación bíblica que algunos países islámicos ostentan y van en contra de
la paz y el respeto a los derechos inalienables de los humanos; en la guerra
cristera acontecida en México en el periodo de 1926-1929, donde la iglesia
desde su púlpito, se promulga en contra del artículo 3º de la educación que
promueve la laicidad de la enseñanza.
Por amor a la patria, se han cobijado diversos intereses
y se han fraguado planes maquiavélicos, con líderes que en su momento tuvieron
el impacto de mover masas y de aniquilar a grandes segmentos de población.
Partimos de recordar la crucifixión de Cristo; el cómo los reinados fueron
extendiendo sus dominios de propiedad, con guerras, enfrentamientos, despojos y
conquistas. La esclavitud como sistema de producción; racismo, sexismo y
discriminación que ha llevado a perpetuar la violencia y a pisar el nombre del
amor; basta mencionar el genocidio de los armenios en 1915 y el holocausto de
1941- 1945.
Llevando el tema a sucesos más cotidianos, los cuales
podemos encontrar envueltos en los géneros dramáticos de tragedia y comedia,
podemos visualizar como el amor utiliza distintos disfraces para la persona que
lo visten. Hay quien muere en nombre del amor; como en la tragedia de Romeo y Julieta escrita por el
dramaturgo William Shakespeare (1597).
Un tema más
reciente se encuentra en “Tita”, la protagonista principal del libro y
posteriormente guion cinematográfico “Como
agua para chocolate”, de la escritora mexicana Laura Esquivel, en el cual
utiliza magistralmente los recursos literarios del lenguaje para enlazar las
recetas y platillos tradicionales de la cocina mexicana con los sentimientos y
emociones de los personajes. Finalmente, Tita, pierde al amor de su vida y
decide quemar los cerillos que le quedan de vida ingiriéndolos uno a uno hasta
acabar con su existencia.
El
amor en los tiempos del cólera, escrita
por la pluma magistral del colombiano Gabriel García Márquez en 1985, es un
homenaje al amor que perdura a través del tiempo y llega a la consolidación en
la etapa de vejez.
Pablo Neruda, poeta chileno escribe en 1924 “20 poemas de amor y una canción
desesperada” cuando apenas contaba con 19 años de edad, posesionándose como
una de las obras literarias de mayor renombre.
Este breve preámbulo histórico, lleva como objetivo que
nos reconozcamos como un ser único producto del amor; que analicemos el alcance
que esta palabra entraña cuando se transforma en acción. En la biblia, se dice
que hubo un mesías que murió por amor a la humanidad; la filosofía, como
primera ciencia, sienta las bases al amor por la sabiduría; líderes sociales
como la madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Mandela, entre otros más, son un vivo
ejemplo. Les invito a que cada mes, día e instante de nuestra vida celebremos
al amor.
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