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viernes, 12 de enero de 2024

En su memoria








En su memoria

En este nuevo lienzo que lleva por nombre “enero” empezamos a plasmar fragmentos de historia, imágenes, hechos y memorias que van transitando a una velocidad vertiginosa por cada uno de sus minutos, horas y días, convirtiéndose rápidamente en tiempo pasado. Esos recuerdos se van haciendo difusos, algunos se fragmentan, otros se pierden, borrando su esencia y significado, sin embargo, al rescatarlos por medio de la palabra escrita, les permitimos la inmortalidad, porque esta, es una manera de hacer visible las emociones y sentimientos que transitan por los recónditos espacios de nuestra alma buscando llegar a otras miradas, tocar otros corazones, dejar huella imborrable que puede visitarse y recrearse una y otra vez. 
 
    Vaya este escrito para la familia de la señora Soledad Sotelo Solares, esposa, madre, abuela, amiga y compañera de la Benemérita y Centenaria Sociedad Mutualista Miguel Hidalgo, quien supo sembrar un camino de afectos y amor, transitando por más de siete décadas en este plano terrenal, hasta llegar a esa línea finita del tiempo donde tuvo que desprenderse de su investidura física y volar de regreso a casa.  
    La muerte llegó instantánea, sin previo aviso, reclamando ese derecho universal de saberse nuestra dueña y haciéndonos saber que su inevitable presencia es un recordatorio de la fragilidad que poseemos los seres humanos. El dolor y duelo son imposibles de frenar, junto con las emociones desbordadas que dejan esas ausencias físicas. 
    A casi un mes de su partida, su figura y recuerdo sigue presente, podemos visualizar su rostro apacible, esa mirada clara y transparente que dejaba entrever la serenidad y calma de las aguas mansas que podían convertirse en torrente al  fluir sin parar, hasta desbordarse   de amor por su familia; de esas manos que tejían incansablemente  el manto protector que cobijara a los suyos, de palabras expresadas en acciones, de abrazos y momentos que solo son posibles aprisionar en el corazón de la memoria. 
    Su silla quedó vacía en muchos espacios, el hueco que deja su partida es imposible de llenar. Para nosotros, sus compañeros mutualistas, nos queda aprisionar el aroma de sus recuerdos, escuchar el eco de sus palabras acuñadas en las paredes de esa sociedad a la que sirvió por más de treinta y siete años, con fidelidad, entrega y compromiso; volver la mirada a esa rememoración de su vida, para encontrarla en el brillo y fulgor de los ojos de sus hijos y nietos queridos. 
    La muerte es una ventana que se abre y nos permite vislumbrar los pendientes que dejaron de hacerse, decirse y expresarse; porque damos por sentado que siempre habrá un mañana y postergamos para después acciones y palabras necesarias para mostrar nuestro afecto. Por tal motivo, vaya este sincero homenaje directo al corazón de su familia, este, lleva la intención de hacer patente nuestro agradecimiento al creador, por habernos permitido estar cerca de una persona como Cholita, porque su sola presencia, era un soplo de brisa cálida de afectos, derrochando   bondad y amor, además de que su personalidad era el fruto del reflejo, embestido de grandes cualidades que propiciaba sombra y calor.
    Reiterando nuestras condolencias, nos quedamos con esos recuerdos gratos de su persona en los distintos roles que la vimos desenvolverse en su trayecto de vida. 
Esta, quizá sea solo una pequeña página que trata de mostrar el grande aprecio profesado hacia su persona, por la siembra y cosecha tan fructífera que dejó en cada uno de nosotros. 

Descanse en paz, Cholita Sotelo Solares. 



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