Imagen tomada de la red
Volver a los lugares donde alguna vez vivimos abre la puerta a un sinfín de sensaciones y recuerdos, primeramente, porque la memoria almacena aquellos datos significativos de nuestra vida, y están ahí, alertas, listos para emerger y mostrar esas imágenes del ayer; es una conmoción que semeja claro oscuros en el pensamiento, donde se trata de aspirar la fragancia del pasado, impregnada del recuerdo de las personas con las que tuvimos la suerte de coincidir en un punto de nuestra existencia.
Las conversaciones familiares giran en torno a esos eventos que en un tiempo determinado añadieron sazón a nuestra vida, agregando u omitiendo detalles, que son como el colorido de las flores; algunos opacos, diáfanos, dispersos, otros, con la brillantez y luminosidad que puede observarse en la mirada de quien los evoca, en las palabras y en la comunicación gestual que las acompaña.
Desde hace más de cinco décadas, mi hermano Mario Tarín Olivas, vive en el hermoso pueblo de Carbondale Colorado, este se encuentra ubicado en el condado de Garfield; el cual, en su momento, tuvo su esplendor económico en la producción y extracción minera de carbón; trabajo que funcionó como imán, para atraer a gente de diversos estados de la unión americana, así como inmigrantes, en su gran mayoría provenientes de México, quienes ayer como hoy, han estado en búsqueda constante de mejores oportunidades en el país de los sueños.
Algunos de sus lugares emblemáticos siguen conservando el encanto del pasado y ofreciendo un sinfín de actividades al aire libre que son la delicia de visitantes y pobladores, tales como el río "Crystal, que se une a Roaring Fork y ambos desembocan en el río “Colorado”, donde se puede pescar, acampar, navegar en balsas, entre otras; la montaña “Sopris” que luce su copo nevado brindando una vista espectacular que acompaña a las distintas estaciones del año, pudiendo efectuar caminatas, ciclismo, escalar y acampar; los pueblos circunvecinos, como Glenwood Springs, ubicado al oeste, además del hermoso paisaje que brinda a la vista, alberga la piscina de aguas termales terapéuticas más grande del mundo.
La ubicación geográfica de Carbondale, es un punto clave de referencia turística, ya que se encuentra localizado a treinta millas de Aspen, ciudad reconocida internacionalmente, por la práctica del esquí, sus montañas nevadas y las múltiples facilidades y entretenimiento que brindan a la población que lo concurre; esto conlleva a la constante contratación de mano de obra calificada, que brinde el servicio, construcción y mantenimiento de sus establecimientos.
La Revista “National Geographic”, calificó a Carbondale Colorado, como uno de los cincuenta pueblos mejores para visitar, vivir y relajarse en Estados Unidos. Además de las bellezas naturales que posee y de las facilidades encontradas en este lugar, me siento feliz de que haya sido mi hogar en los dos años finales de los años setenta. Además, mi hermano, primos, familia y algunas viejas amistades sigan viviendo aquí, lo que nos abre la posibilidad de seguir visitándolos y recrear nuestra pupila con la majestuosidad y belleza de sus escenarios naturales, a la vez que se ensancha el alma y se fortalece el espíritu con los suspiros del recuerdo.
Hoy en día, puede observarse a simple vista, la expansión de pobladores de diferentes partes de Hispanoamérica, situación reconocida, no solo por el aspecto físico característico de sus lugares de origen, sino por la frecuencia con la que escucha el idioma español en los espacios y ámbitos sociales, culturales y deportivos, así como por la frecuencia de encontrar personas bilingües que prestan sus servicios en los establecimientos.
Termino citando al novelista estadounidense Henri Miller (1891-1980): “Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”.
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