https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/espejos-de-vida-la-sinfonia-de-la-vida-8759711.html
“Incluso las montañas más altas tienen animales que
son más altos que la montaña misma cuando están parados sobre ella”.
Ryan Holiday
La sinfonía de la vida
Frase extraída del libro que actualmente estoy
leyendo de este autor: “El ego es el enemigo” cuando me atrapa el contenido de
un texto, deseo subrayar, compartir y dialogar sobre la relevancia y
significado que voy encontrando en sus páginas, trasladándolo a experiencias y
momentos vividos. Indudablemente, los libros tienen ese poder mágico de ser transportados
a otros espacios y tiempos al encontrarles relevancia personal y social.
Actualmente, estoy gozando unas vacaciones
familiares en la playa de Mazatlán, Sinaloa; puerto turístico que atiende a
miles de turistas nacionales e internacionales; cuenta con inmensos consorcios
e inversionistas que compiten por brindar la mejor atención a sus clientes, con
atracciones, comodidades y precios que se ajustan a los distintos presupuestos.
Al observar con detenimiento las interconexiones
humanas y naturales que se suscitan, se visualiza esa teoría del caos, que
siempre está en movimiento en búsqueda de un orden, pero que su comportamiento
puede ser imprevisible e incierto. Tal es el caso de la influencia que trajo
consigo la pandemia y que golpeó fuertemente el sector turístico, afectando no
solo a los inversionistas, sino a toda la gente que forma parte de ese
engranaje, que al ponerse en movimiento y hacer cada quien su parte, permite que
el motor dinámico esté en constante flujo y movimiento.
Admiro y reconozco la labor y función efectuada por
cada personaje que forma parte de este dinámico proceso. En la playa se concentran
vendedores de distinta índole: ropa, adornos, accesorios, fruta, ostiones,
ornamentos; personas que caminan bajo los rayos del sol, mostrando sus objetos
de venta y tratando de convencer al turista de su compra. Músicos y bandas que
ofrecen sus melodías y algarabía popular; renta de lanchas, bananas, kayacs y paracaídas; así como vendedores
ambulantes de viajes alrededor del puerto o a las islas aledañas.
Dentro de los hoteles se presenta una interconexión
de funciones, que ayudan a la sincronía y funcionamiento de las amenidades y
comodidades ofrecidas; desde los guardias de la entrada, los maleteros, las
personas que atienden la recepción, limpieza y mantenimiento, jardinería, puestos
de información, restaurantes, meseros, Chefs, artistas que engalanan los
espectáculos, personal de utilería, entre otros; cada uno indispensable para la
calidad y calidez que el cliente merece y espera recibir. Dentro de esta
contemplación, reconozco y agradezco no solo la función desempeñada de cada uno
de ellos, sino que son compañeros de viaje, el complemento a la magnífica obra
que representamos en este espacio de vida.
Esta interconexión y flujo humano, permite entender
como formamos parte de un todo, y el cómo, cada personaje se convierte en parte
esencial del escenario y obra representada. Las lecciones están en cada paso, en
cada huella plasmada sobre la arena, porque, aunque parezcan fugaces, debido al
oleaje que las baña y desaparece incesantemente; al tener contacto directo con
los elementos que otorga la naturaleza, se reciben los beneficios a través de
los sentidos: la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el oído; todos y cada uno,
nutridos y armonizados en la sinfonía interpretada por la orquesta de la vida,
donde cada uno, nos convertimos en directores, responsables y líderes
del ritmo, sonidos y silencios; quien lleva la batuta, marcando el
compás y velocidad de su propia existencia.
Cierro con frase extraída del libro: “El orador
Demóstenes dijo: La virtud empieza con la comprensión y se complementa con el
valor”. Debemos comenzar a vernos a nosotros mismos a y los demás de una nueva
forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido a mi blog, no te retires sin dejar tus comentarios.