No
es fácil despedirnos de las personas con las que crecimos, que alumbraban su
hogar con la luz del amor y solidaridad, mismos que son un referente con los
que se crece en las pequeñas comunidades. Llegar a la casa de María Luisa, era
encontrar la risa, el chiste, la chispa, alegría y una mesa con abundante
comida para quien gustara compartir con ella y su familia el pan y la sal.
Ella
era una persona que daba, gustaba de repartir su comida, sus bienes y las
múltiples bendiciones que recibía en su casa; al visitarle, siempre solía salir
con una sonrisa en el rostro, contagiada de su empatía, efusividad y el cariño
que otorgaba a manos llenas.
Ella
contrajo matrimonio con Reynaldo Olivas, de su unión nacieron cinco hijos:
Rafael, Judith, Héctor Reynaldo (+), Ramón y María Luisa Olivas Moreno.
Hoy,
la comunidad de Balleza, Chihuahua ha perdido una más de sus hijas, hay dolor y
duelo en el aire; las campanas dejarán escuchar su melancólico sonido; las flores
de su jardín se esconderán temerosas, se ha ido; su alma ya se encuentra
volando por el firmamento y en su hogar queda la tristeza, el desaliento y el
vacío.
Lágrimas
y lamentos circundan el espacio, no es posible retener cuando llega el momento
de partir.
Por
este conducto expreso nuestras más sinceras condolencias ante esa pérdida tan
irreparable; ante la imposibilidad de estar presente físicamente, quiero hacer
patente el agradecimiento por su vida, porque fue una vecina, mujer, esposa y
madre ejemplar.
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