Buscar este blog

viernes, 26 de julio de 2024

Letras perennes





Hoy como ayer, agradezco la oportunidad de un nuevo día

Hay quienes piensan que las palabras expresadas después de la muerte, no cumplen el cometido de llegar a su destinatario, yo creo, que cada símbolo utilizado marca una faceta de esperanzas  y expectativas sobre otra vida después de la muerte y su paso hacia la eternidad, basadas  principalmente, en el reconocimiento de ese camino por transitar. Hasta que el alma se fragmenta y una parte se queda morando en la perpetuidad y la otra, se disemina entre la naturaleza y las personas amadas que moramos en la tierra, para seguir entablando comunicación, no de la manera habitual, sino en distintas manifestaciones, ya sea por medio de sueños, de recuerdos e historias compartidas. 

    El equipaje con el que arribamos al mundo, difiere enormemente con el que portamos a la hora de despedirnos. Llegamos desnudos del cuerpo, con un alma, espíritu y conciencia sin despertar, sin almacenaje de pensamientos y emociones, como un libro en blanco donde se empiezan a trazar los esbozos de experiencias. 

    A la hora de partir, hay apegos que nos atan a la vida y a los amores que no queremos soltar y eso hace aún más difícil las despedidas. 

    Ante este circunloquio introductorio, me dispongo a evocar la memoria de mi amiga Raquel Rocha Castro con algunos retazos extraídos del pensamiento y otros del corazón dolido ante su reciente partida. 
    
    La escritura fue el puente que unió nuestras vidas, y aunque no fueron muchos años de convivencia, fue el tiempo suficiente para conocer y admirar el jardín en el que convirtió su casa y su persona, con una siembra abundante de valores y una copiosa cosecha de amor, grandeza y humanidad para sus congéneres.  

    Cada semana nos recibía en su hogar, abriendo con ello también las puertas de su corazón. Esta convivencia cercana, nos permitió asomarnos a los recovecos de su vida personal y familiar, reviviendo a través de sus pláticas, episodios de su niñez, juventud, matrimonio, así como la dicha de ser madre, abuela y bisabuela.  Aunado a ese trato preferencial, ella preparaba alimentos especiales con esa sazón y combinación única que la caracterizaba, para hacernos sentir su afecto y calor. 

    El diálogo era una constante y las letras un pretexto de catarsis para sanar heridas que van marcando el alma, pero también, para externar alegrías y rescatar recuerdos y experiencias de vida.  

    La broma, la risa espontánea, las lágrimas, el abrazo, las confidencias, el consejo, todo en ella era genuino, brotaba como manantial a punto de desbordarse. Entre sus muchas cualidades, era poseedora de una memoria prodigiosa, podía citar nombres, fechas y eventos que acontecieron muchos años atrás, por lo que sus dos libros impresos: “La vida y obra de José Guadalupe Rocha Chávez” y “Recuerdos, aromas y sabores de mi Parral”, están llenos de historia, personajes y anécdotas que sucedieron en esta hermosa ciudad. 

    Fue una de las fundadoras del taller literario “Sueños de letras”, algunos de los escritos que deja para la posteridad son: “La pelota roja” publicado en la “Antología navideña”, donde evoca su niñez, a sus progenitores y ese regalo tan especial que recibió en navidad. “Sumisión enfermiza”, texto participante en la antología “Alas Truncas”, “S.O.S” en la antología “Raíces de la frontera”, entre otros.

    Me queda la satisfacción de haber formado parte de su vida en estos dos últimos años,  quedaron pendientes muchos sueños literarios por alcanzar, diálogos inconclusos y palabras escondidas en los recovecos del tiempo, que nunca llegaron a sus oídos, por lo que hoy, hago uso de la palabra escrita,  para hacer patente mi reconocimiento y afecto a esta mujer emprendedora, quien ha llegado a la línea finita del espacio terrenal, pero su espíritu ha iniciado un nuevo itinerario de viaje a la eternidad. 

    Así mismo, espero que estas letras sirvan de consuelo a su familia, al constatar una vez más, la huella perenne que Raquel deja en los corazones de la comunidad parralense.

Maestra Cuquis Sandoval Olivas


viernes, 19 de julio de 2024

Querida Dana




Hidalgo del Parral, Chihuahua, 19 de julio del 2024
Querida Dana:

    Hace quince primaveras que llegaste a este mundo como un regalo de luz, el resplandor de tu presencia ha sido tal, que los destellos han llegado a iluminar los corazones de todos los que te rodeamos. 

    Desde ese preciso momento, tu diminuta figura nos atrapó por completo, podíamos pasar horas contemplando tu rostro y disfrutando del acompasado ritmo de tu respiración. En la medida que fuiste aprisionando nuestros dedos con tus manitas, nos atrapaste para siempre en tu amor.
  
    Seguimos muy de cerca tu crecimiento, viendo con beneplácito tus pequeños logros y esa sonrisa mágica en tu rostro, que emana la dulzura desde tu interior. 
 
    Cada día de tu existencia lo hemos disfrutado con intensidad. Tus primeros dientes, palabras y pasos, tu hermosa voz al entonar melodías, tus tres peldaños alcanzados en la educación — preescolar, primaria y secundaria—.

    Te hemos visto crecer y transitar por distintas etapas en tu desarrollo, siendo testigos presenciales de como has logrado  transformar tu persona en un lienzo nuevo, que nos maravilla cada día, llenando nuestro hogar con tu risa, tus sueños y tu infinita energía. Cada uno de tus pasos han sido como un eco de  una dulce  melodía que ha acompañado  nuestro andar, y cada sonrisa tuya, un rayo de sol en  nuestros días grises y  nublados.

    Llegar a las quince primaveras es un momento muy importante en tu etapa juvenil, marca tu entrada al mundo de los sueños envueltos en promesas y ornamentaciones del amor, pero también, es una invitación  a enfocar tus pasos con la mirada firme en el horizonte. Es un momento crucial para que persigas tus metas con esa determinación férrea que te ha distinguido como una estudiante sobresaliente. 

    Observamos con beneplácito que has florecido como una rosa en el jardín más hermoso, con la gracia y la delicadeza que sólo tú posees. Has enfrentado desafíos con valentía y has celebrado victorias con humildad, siempre con esa chispa en los ojos que nos recuerda la belleza de la vida.

    Recuerda que eres una persona única y excepcional y que nada ni nadie puede hacerte dudar de tu grandeza y valía. Eres una joven llena de sueños y promesas, una estrella que brilla con luz propia en este vasto universo. En cada rincón de tu ser, vemos reflejados los valores y cimientos necesarios  que brindan fuerza y soporte ante las tempestades.  

    Nosotros, tus abuelos, siempre estaremos aquí para apoyarte, como un respaldo incondicional, para escucharte y brindarte consejos, producto de la experiencia y sabiduría que brindan los años. 

    El mundo es un lugar maravilloso, que, aun presentando retos, desafíos y tristezas, también ofrece momentos inolvidables y hermosos, solo debes aprender a enfocarte en las personas y las cosas positivas que agreguen belleza a tu perspectiva de la vida. 

    Afronta cada día con responsabilidad y gratitud, y siempre recuerda que tienes una familia que te ama profundamente. 

    Quisiéramos  regalarte las palabras más bellas, los abrazos más cálidos y los deseos más sinceros, para que siempre recuerdes que en tu corazón llevas una fuerza imparable, y que en cada paso que des, estamos aquí, orgullosos y felices de verte crecer.

    Deseamos que este nuevo capítulo que hoy inicias, esté pletórico de risas, alegrías y sobre todo, que haya mucho amor a tu alrededor. Que tu camino esté siempre iluminado por la luz de tus sueños y que encuentres en cada amanecer un nuevo motivo para sonreír. Que la vida te regale momentos de felicidad, amor y paz, y que nunca olvides lo especial y única que eres.

Con todo nuestro  amor, Jorge y Cuquis



 


sábado, 13 de julio de 2024

Promesa de Dios














                                         Promesa de Dios
Al paso del tiempo, las cosas materiales se pueden reconstruir, no así las vidas, que cumplen un tiempo y una función específica en su paso por la tierra. En un callejón del barrio Chamizal sobre la calle principal, se encuentra la casa que fuera hogar de la familia Olivas Sotelo, su característica distintiva es un cosedor de pan, adherido al frente y construido con adobe, ahí nacieron y crecieron los hijos del señor Esteban Olivas y la señora Cira Sotelo:  Patrocinio, Eloísa, Esteban, Roberto, Alejandro, Isabel y Antonia, todos y cada uno, se fueron apagando como una vela, cuya luz alumbró su existencia hasta cumplir su misión. 

    La última llama de esta dinastía se apagó al cumplir sus ochenta y cuatro años de vida. El viento, testigo silencioso de tantas generaciones, se cuela por las ventanas entreabiertas, llevando consigo el suspiro final de la última descendiente directa de una familia ballezana. Hay dolor, lamentos y nostalgia, la brisa acaricia las hojas de los viejos árboles, susurrando elegías en un lenguaje que solo el alma comprende. Las raíces, profundas y firmes, lloran la pérdida de la que fue su última guardiana.

    El pueblo entero, en un silencio reverente, siente el peso de una era que se desvanece. Sus nietos, con ojos curiosos, preguntan por historias de antaño, mientras que las personas mayores, con voces quebradas, narran las hazañas y sacrificios de una familia que, como un roble, se mantuvo erguida a pesar de las tempestades.
Isabel hizo honor a la etimología de su nombre que significa “promesa de Dios”. Fue una mujer llena de gracia, belleza y bondad, que arropó a su círculo inmediato y mediato, desprendiéndose de lo que tenía para ayudar, no solo de bienes tangibles, sino también de palabras de aliento, sonrisa y mano, acción oportuna, comida y albergue. 

    Recordar momentos específicos de su vida es honrar su memoria. El trasladar a la palabra escrita, lleva como encomienda dejar un testimonio fehaciente de su existencia.  

   En su juventud, laboró como maestra alfabetizadora en la comunidad del Vergel Balleza, seguidamente, contrajo matrimonio con el señor Octavio Garfio Palma, formando un hogar con bases sólidas, donde prevalecieron los valores universales, sobresaliendo en todo momento el amor y la comprensión del uno hacia el otro. Primeramente, vivieron en la comunidad del Ranchito, donde tenían una pequeña tienda de productos básicos y un molino de gasolina para moler el nixtamal, después se mudaron a Balleza para atender la tienda “Conasupo”, fueron muchos años de esfuerzo, trabajo compartido y apoyo mutuo, hasta llegar a convertirse en dueños de la gasolinera que lleva por nombre “Servicio Garfio”. Eran una pareja de emprendedores, instalaron la primera tortillería y tanto ella como su hija Alma, se hicieron cargo por años, de surtir este producto en el pueblo y comunidades aledañas. 

    Un día, el monstruo de la enfermedad ganó la partida y le arrebató a su amado, quedando bajo el amparo de sus hijos: Octavio, Alma y Ectriz. 

    Entre las muchas bendiciones recibidas están sus nueve nietos y bisnietos, que tuvieron la dicha de conocerla y de recibir su cariño incondicional.

    Hoy en día, se siente el peso de su despedida, la casa, los muebles, todo sigue igual, los retratos en las paredes, amarillentos por el paso del tiempo, parecen inclinarse en un solemne adiós. Sus ojos, inmortalizados en óleo, reflejan el eco de una historia tejida con hilos de fortaleza y amor. Cada grieta en los muros cuenta secretos de historias olvidadas, de risas y lágrimas, de esperanzas y desengaños.

    Así, con esta despedida de la última descendiente, se cierra un capítulo en el libro de la vida. Pero las páginas no se borran, quedan allí, esperando ser leídas por la combinación de apellidos: Garfio Olivas, Garfio Rodríguez, Javalera Garfio, Sánchez Garfio, demás existentes y aquellos que vendrán, para que no se olvide que, en el corazón de Balleza, una vez latió con fuerza el legado de la familia Olivas Sotelo, que, aunque ya no tiene herederos directos, vivirá por siempre en la memoria de su gente y en la esencia misma de su tierra.

Pedimos a Dios por su eterno descanso, honrando su memoria con tantos recuerdos que dejó en nuestras vidas. Descansa en paz, querida tía Isabel, siempre nos recibiste en tu casa y corazón con los brazos abiertos.








viernes, 5 de julio de 2024

Constructores de andamios






Dentro de los géneros literarios se encuentra la narrativa, misma que en este texto, se rescata por medio de la palabra escrita, revestida de óptica personal, de una inmersión en el pensamiento para recuperar emociones y sentimientos, que, al ser trasladadas a palabras, lleven consigo el alcanzar su cometido, que el mensaje del emisor llegue a los canales perceptivos del receptor.   

    Soy maestra jubilada, sin embargo, durante mi formación académica y más de treinta años de servicio en distintos niveles y funciones educativas, sigue latiendo en mi pecho ese amor por la docencia, resonando como ecos, las enseñanzas didácticas recibidas y el asombro en general ante los nuevos retos, así como la infinitud de los aprendizajes. 

    Entre los muchos roles desempeñados como docente, se encuentra el de ser un constructor de andamios, cuyas principales herramientas y estrategias se basan en la planeación, diseño, ejecución y evaluación, para ayudar al alumno a avanzar al siguiente nivel de cognición.

    Estos motivos son más que suficientes para sentir y externar el gran compromiso moral que siento hacia la sociedad y el sistema educativo, porque aún retirada del servicio, este me sigue cobijando, y si algo puedo retribuir, es poner a disposición mis conocimientos y experiencias didácticas. 

    Fui invitada por las maestras Bertha Lizeth Balderrama Legarreta y Karla Guadalupe Sáenz Salcedo, docentes de la Escuela Normal experimental “Miguel Hidalgo” para dirigir un taller breve sobre la importancia de la mediación lectora. Tal hecho, me llenó de orgullo y satisfacción, pero al mismo tiempo, de responsabilidad, porque dentro de la amplia gama de información que existe respecto al tema, debía de delimitar y seleccionar aquella considerada con mayor relevancia y que fuera generadora de   impacto en los estudiantes.

    El compartir mi experiencia como docente, mediadora de lectura y escritora, siempre es gratificante, sobre todo cuando va dirigida a futuros formadores, quienes serán los encargados de llevar y conservar esta antorcha encendida, para llegar y alumbrar el universo de los aprendices a su cargo. 

    El taller logró su cometido, los normalistas participaron activamente, mostrando su compromiso, entusiasmo y jovialidad. Aplaudo la iniciativa de las catedráticas, ya que el fomento a la lectura abraza a un tiempo, la comprensión y análisis de los textos, la estimulación del pensamiento crítico, el desarrollo de habilidades comunicativas, la inmersión en las diversidades literarias, el desarrollo social y personal, la promoción de la cultura, entre otras muchas más. 

    A manera de colofón, reafirmo la importancia de la lectura, de las posibilidades de cognición que se van entretejiendo en ese entramado dialéctico de comunicación. Así mismo, sobre la mediación lectora, se concluye que es una herramienta poderosa para los estudiantes normalistas, ya que no solo mejora sus propias habilidades al leer e interpretar significados, sino que también los prepara para ser eficaces promotores de la misma en sus futuras aulas.

Maestra Cuquis Sandoval Olivas