Hay muchas circunstancias que nos acompañan a lo largo
del camino, este día puede ser un contenedor de emociones contrastantes, al no
tener al lado a un padre a quien felicitar y abrazar; como en mi caso, que
perdí a papá siendo una niña de nueve años, figura de apego que siempre busqué
en mi hermano mayor, mi tío y posteriormente en mi suegro.
Vayan estas letras para reconocer, alabar y felicitar al
padre de mis hijos, quien ha estado presente desde el momento de la gestación y
en el alumbramiento de mi hijo mayor; ha sido mi compañero en este viaje
maravilloso que hemos recorrido juntos al criar, educar y ver crecer a nuestra
familia.
Estoy segura que en memoria y corazón de mis hijos se han
quedado grabadas huellas imborrables del abrazo protector de su padre, de los
juegos compartidos con algarabía y cariño, y muchas otras que por su temprana
edad son imposibles de recordar, pero que están impresas en fotografías y
videos y en las muchas conversaciones que tenemos al reconstruir el pasado.
Este padre, no ha sido solamente un proveedor para el
sostenimiento del hogar, él cambiaba pañales, daba el biberón, arrullaba, dando
fortaleza y seguridad en cada momento del desarrollo de mis hijos. Él ha sido
su maestro de vida, acompañó sus primeros pasos, les enseñó la aventura de
montar y controlar ese primer vehículo llamado triciclo, después, las bicicleta con rueditas, colocadas
amorosamente como fuente protectora que ayuda a mantener el equilibrio hasta que
se adquiere la pericia necesaria para controlar los pedales y el manillar; la
lección posterior fue sobre el dominio de la motocicleta, enseñanzas de
conducción que se retomaron en la adolescencia cuando puso un carro en sus
manos y les explicó con firmeza y amor las reglas y responsabilidades
contraídas.
Él les llevó a conocer la magia de la interpretación
musical, dejando este legado a los tres hijos varones, quienes al igual que su
padre, desempeñan el oficio de músicos con mucho orgullo y cariño.
Estas breves imágenes, son solo unas cuantas de las
muchas que ha sembrado a lo largo de los años; mis hijos se han convertido en
padres y madres, repiten el rol y patrones que recibieron en su crecimiento; su
padre sigue siendo el pilar y fuente de protección cuya sombra y abrazo se
extiende hasta arropar a sus familias; es la persona que les aconseja y
orienta, a quien acuden antes de tomar decisiones; es el abuelo que consiente y
cuida amorosamente a sus nietos.
Por eso y mucho más, felicidades a todos los padres.
Cuquis Sandoval Olivas
Que barbaridad mucha emoción en el texto. Que orgulloso me siento de su crecimiento escritural. Felicidades. Federico Corral Vallejo
ResponderEliminarGracias, usted ha sido primeramente mi maestro, un modelo a seguir, una fuente de conocimiento, hoy en día, un amigo entrañable a quien admiro y respeto profundamente.
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