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domingo, 3 de abril de 2022

Carta a mis hijos y nietos



Hidalgo del Parral, Chihuahua, 3 de abril del 2022

Queridos hijos y nietos:

Recurro a la escritura epistolar, porque muchas veces, no puedo expresar verbalmente tantas memorias acuñadas en el pensamiento, las cuales, considero necesario que ustedes conozcan. El tiempo pasa tan rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos ustedes, mis pequeños hijos, salieron del nido y emprendieron su propio vuelo; esa es la rueda de la vida, mis nietos están en ese proceso continuo de desarrollo y un día también iniciaran su camino lejos del hogar.

            Las historias generacionales, son como las raíces de un tronco de árbol, van expandiéndose en búsqueda de esa fuente inagotable de conexiones que les permita subsistir; siendo así, como quiero dejar estas memorias de amor y de añoranzas para cada uno de ustedes.

Cada pareja empieza a escribir una historia en conjunto desde el momento que decide emprender la etapa del noviazgo y se da cuenta, de que es la persona con la que desea compartir una vida en común, luego, ese compromiso se va afianzando con la llegada de la descendencia, pero, sobre todo, con la fuerza del cariño, el respeto y la práctica de valores personales, que permiten el florecimiento de una relación y mantener vivo el color de la esperanza.

Cuando conocí a mi esposo, supe que era ese faro de luz, el compañero que podía caminar a mi lado, tenderme el abrazo protector y cubrir mis expectativas de mujer. Juntos construimos con retazos personales los cimientos de nuestro hogar; primero desde las ilusiones, que eran acunadas por los sueños, después, con la certeza del trabajo honrado que nos permitía ir levantando cada soporte estructural y peldaño necesario para sostener y brindar la seguridad necesaria en nuestro entorno familiar.

Tres de abril de 1982, una fecha inolvidable, que marca un parteaguas en nuestra existencia, dos personas, dos familias conformando una sola, recibimos la bendición de nuestros padres, del párroco del pueblo y del representante del registro civil; con inusitada emoción y regocijo en el corazón, nos dimos un “si acepto” y nos comprometimos ante familiares y amistades, pero, ante todo, con nosotros mismos.

Han transcurrido desde ese día, cuarenta años, cuatro décadas, cuadragésimo aniversario o catorce mil seiscientos días, hay varias maneras de nombrarlo, pero solo una de sentirlo y experimentarlo en carne propia. Cada instante y sueños compartidos, han sido una aventura, un viaje en el itinerario de la vida, un boleto que nos ha llevado a reconocernos y   ser el complemento del uno y del otro. No ha existido la supremacía o jerarquía del poder, solo la comprensión, entendimiento y diálogo que ha hecho posible el disfrutar y valorar la familia que hemos conformado.

Indudablemente, no somos perfectos, nuestra barca ha enfrentado diversas tempestades, en primera instancia, debido a los errores e inmadurez propios de la juventud; enseguida, al afrontar el reto de aprender a ser padres y guías para nuestros hijos; a hacer frente a  los cambios laborales que cimbraron la  estabilidad de nuestro hogar; al dolor y sufrimiento causado por la pérdida de nuestros progenitores y nieta mayor; pero  la fuerza del amor, comprensión y compañerismo, ha mantenido  nuestro barco a flote,  maniobrando en conjunto para llegar a puerto seguro.

Dios, en su infinita misericordia, ha derramado ríos de bendiciones en nuestra vida, primeramente, con el regalo invaluable de ustedes, cinco hijos maravillosos: Edgar, Yadira, Erika Rubí, Jorge Alexandro y Carlos Alberto y con diez nietos que llenan de color y alegría nuestro entorno familiar: Odetthe Griseld (), Edgar Johan, Jorge Daniel, Franco Fernando, Arleth Marián, Dana Yaniel, Dulcinea, Marlene Alexia, África y Annia Victoria.

Gracias hijos y nietos por ser como una brújula que nos orienta en momentos de incertidumbre; por ser ese pincel artístico que ilumina el cuadro de nuestro diario vivir; las notas musicales que cimbran el corazón de estos padres y abuelos enamorados, que aún se regocijan con el abrazo, beso y caricia que hace patente su sentir.

Esperamos seguir en este viaje por muchos años, gozar de su presencia y ser partícipes de sus logros al verlos alcanzar metas y propósitos; y que ustedes, tengan la oportunidad de ser copartícipes de celebración de muchos más aniversarios de boda. 

Los amo hasta el infinito.

Atentamente

Cuquis Sandoval Olivas

 

 

 

 

 

 

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