“La
pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se
engendraron, tales serán sus escritos”.
Don Quijote
de la mancha
A
partir de 1998, queda formalmente instituido el concurso estatal “Don Quijote
nos invita a leer”, a lo largo de
veinticuatro años, ha sufrido algunas modificaciones, sin perder su esencia, ya que el objetivo primordial es fomentar
el hábito lector y por ende, el de la escritura en la educación básica,
atendiendo con esto a toda la población que conforma la comunidad escolar:
estudiantes, personal educativo, padres y abuelos, teniendo la opción de
participar en la redacción de un cuento, en
lectura en voz alta o en la narrativa de experiencias pedagógicas; para
cualquiera de estas vertientes, la encomienda común es la leer al menos cinco libros, elaborar las fichas
bibliográficas y hacer breves comentarios respecto a la obra leída, expresando
que les atrajo de esos argumentos y que valoran de sus obras, contribuyendo con
esto al desarrollo de la comunicación oral y en el valor de pararse frente a un
público, con un jurado que está otorgando una calificación a su desempeño.
Los
premios estatales van desde dinero en efectivo, becas escolares, equipos de
cómputo, libros, entre otros, siendo la mayor recompensa, la obtención de ese
pase al mundo de la lectura y a la creación literaria de uno de sus géneros.
El
rol que juegan los supervisores y directivos de los distintos niveles
educativos es medular, ya que desde los inicios del ciclo escolar se empieza
con las inscripciones y se van presentando eliminatorias de grupo, grado,
escuela, zona y finalmente los ganadores llegan al evento estatal.
El
pasado jueves 17 de marzo del año en curso, fui convocada a participar de
jurado calificador de telesecundarias pertenecientes a la zona 67, atendida por
el supervisor Profesor Ricardo Enríquez Hinojos y el Asesor Técnico Pedagógico,
el Profr. Gerardo Gardea Morales; justo es mencionar la excelente organización
del evento y la calidad de las participaciones, tanto de alumnos como de
maestros y madres de familia. El teatro de la ciudad fue el espacio elegido,
participando las escuelas de las comunidades: El Tule, Huejotitán, la Ciénega,
La Magdalena Balleza, Punto Alegre, El Verano, Valle del Rosario, San Pedro De Chinatú,
San José de los Baylon, Baqueteros, Cinco Llagas y San Javier.
El
evento fue inaugurado por el Profr. Felipe Javalera Lino, Coordinador de
Educación en la región Sur, acompañando, además, los coordinadores de la
Fundación del Empresariado Chihuahuense (FECHAC), el Presidente, Lic. Carlos
Paul Bremen Baca y la Directora, Lic. Claudia Villalobos Rodríguez, quienes
donaron tabletas electrónicas y un microscopio digital para los ganadores del
concurso.
La
presente reseña, lleva la intención de agradecer a quienes hacen posible que la
magia suceda, porque la antorcha de esplendor que proporcionan los libros, no
puede ni debe permanecer en un estante, debe pasarse su luz para que su flama y
calor, ilumine acciones, llegando a los corazones de los lectores que se
atreven a subirse a este viaje. Bien lo dijo el poeta chileno Pablo Neruda, que
el libro es un barco de pensamientos y tenemos que aprender a navegar en sus
páginas. Labor que rescata magistralmente este concurso, arropando a todos los
integrantes de la comunidad escolar.
Gracias
maestros por su entrega, dedicación y profesionalismo, nos mostraron que la
grandeza de una escuela no versa en el número de estudiantes que se atiende,
sino en la calidad de la enseñanza que se imprime en la labor docente.
Cito
una frase del psicólogo F.Skinner: “No deberíamos enseñar los grandes libros,
deberíamos enseñar el amor por la lectura”.
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