Jubilación
Cada palabra encierra
significados y con base a estos le vamos otorgando sentido. “Jubilación”
proviene de júbilo, de la alegría que encierra el cumplir una etapa de nuestra existencia,
al haber tenido la oportunidad de vida y salud para concluirlo; cerrar un
círculo que tiene su punto inicial en la prestación de un servicio laboral y la
apertura de una nueva ventana, que conlleva a disponer del tiempo personal,
para dedicarse a la familia, pasatiempos u otros menesteres personales, para
los cuales no hubo espacio en el ajetreo y responsabilidades que conlleva la
práctica, actualización y profesionalización del magisterio.
Esta etapa, permite también,
mirar en retrospectiva y hacer un recorrido por el servicio que se prestó a la
comunidad y a la vez, por los múltiples afectos, aprendizajes y enseñanzas obtenidos
a través de la interacción personal y social.
Estas letras van dedicadas con
mucho cariño al profesor Ramón Campuzano Escalante, originario de San Juan
Balleza, quien estudió su educación en la secundaria técnica No. 9 de
Guachochi, Chihuahua y posteriormente, adquirió su formación profesional en la
escuela Normal Rural de Aguilera Durango. Empezó a laborar en la comunidad del
Nopal, del municipio de Tule, Chihuahua, el 3 de septiembre de 1980,
destacándose por su entrega, compromiso y pasión hacia sus alumnos; ser y hacer
que le permitieron ser visualizado como candidato ideal para fundar la escuela
primaria Paula Aún de Aguirre de Balleza, Chih., desempeñándose a la par, como
docente de Ciencias Sociales en la escuela secundaria de la localidad.
No es fácil mencionar en una
cuartilla los logros tan memorables y significativos que ha tenido a lo largo
de su vida profesional, no solo en lo concerniente a su formación, ya que
siempre se destacó por estar ávido de conocimiento y tan pronto terminaba un
ciclo de preparación, iniciaba con otro, sobresaliendo por sus aportaciones y
don de la palabra que siempre le ha caracterizado.
Sus ideas renovadoras tuvieron
alto impacto en las instituciones que tuvo a bien participar, se cimentaron en
conocimiento, trabajo, experiencia y pasión, encontrando eco y respuesta en
docentes innovadores que pusieron en alto el nombre de su comunidad y escuela.
Alumnos y maestros sobresalieron en resultados académicos a nivel nacional y
estatal; en coros, cuadros de baile y danza folklórica, escolta, declamación,
oratoria, desfiles representativos y festivales escolares que despertaban
expectativas e interés en la comunidad, esperando con ansia las sorpresas
deparadas para la ocasión.
A la mención de su nombre,
cientos de ex alumnos diseminados a lo largo y ancho de la república mexicana y
la unión americana, empiezan a reconstruir memorias y añoranzas de su vida
escolar, porque una institución educativa no solo se conforma por el edificio,
sino por las personas que ahí conviven, por las múltiples interacciones y
relaciones sociales que ahí se tejen,
por los murmullos de las risas, voces y recuerdos que quedan atrapados
en cada cimiento, en cada pared, en los ecos que se guardan cual secretos o
cual música que llega a los oídos de añoranzas.
El profesor Ramón Campuzano
Escalante, cumplió cabalmente a la dicotomía mencionada por Fernando Savater;
su desempeño tuvo doble valor: el primero, al aceptar el compromiso de ser portador
de la antorcha del conocimiento para formar a nuevas generaciones; el segundo,
por estar consciente del valor que representa su profesión para la nación;
agregando un tercer componente, él tuvo el valor de hacer cosas diferentes, de
implementar el cambio, de dejar oír su voz y de seguir sus sueños e ideales.
Vaya este reconocimiento al
hombre, maestro, inspector de zona, esposo y padre admirable, por sus más de 40
años de servicio a la educación.
Gracias por sus enseñanzas Profr. RAMÓN... porque su camino en mi vida dejó enseñanzas no solo profesionales sino de vida. Un abrazo con mucho cariño.
ResponderEliminarTodo mi cariño, respeto y admiración profe Ramón Campuzano es y será siempre un ejemplo de maestro y líder
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