Practicando la Zumba
Todo ejercicio físico que se practica regularmente brinda
múltiples beneficios para la salud física y mental de quien lo hace, aunado a
que se fomenta la socialización, el trabajo grupal y es un puente de entrada a
la felicidad porque brinda placer al sentirse bien consigo mismo.
La zumba, fue implementada por el colombiano Alberto
Pérez a finales de los 90 y acogido por más de 185 países. Se combina una serie
de ritmos con pasos aeróbicos que pueden empezar lento e ir subiendo la
intensidad conforme se va avanzando en la clase hasta terminar lentamente para
que la respiración y frecuencia cardíaca vuelva a la normalidad.
Entre sus muchos beneficios se encuentra que la zumba
combina el equilibrio y la flexibilidad con el trabajo cardiovascular,
muscular, ayudando a quien padece de problemas de articulaciones y brindando un
notable incremento de energía, ya que libera endorfinas, disminuye el estrés,
relaja, fortalece el sistema inmune, es fácil, divertido y aumenta la seguridad
y autoestima de la persona.
Se trabaja la coordinación, ya que los movimientos tan
presto se desplazan al frente, hacia atrás, a un lado o dando círculos, al
igual que se combina con el levantamiento de brazos, manos y cuerpo en general,
tonificando varias partes de este, además de aprender diversas coreografías que
dan un toque distintivo de sincronía y dominio; aunado a estas razones, se
encuentra que la zumba teje vínculos sociales de pertenencia al grupo.
Sabedores de este impacto, los gimnasios han implementado
esta disciplina dentro de sus horarios de atención; acudiendo generalmente
quienes tienen los medios económicos para solventar un gasto extra. Desde hace
unos años, esta necesidad de expresión y esparcimiento se visualizó dentro de
la administración municipal en turno, por lo que se construyeron centros
comunitarios en distintos puntos estratégicos de la ciudad para atender a la
población con cursos, talleres, conferencias y clases de zumba.
Posteriormente, al visualizar su trascendencia y
aceptación por parte de la comunidad parralense, en su mayoría conformada por
mujeres, se lanza la convocatoria para multiplicar esos espacios en plazas y
canchas construidas a lo largo y ancho de la ciudad sin ningún costo extra.
Hoy en día, un grupo de mujeres conformado por diversas
edades, que van desde niñas que acuden con sus madres y ya son parte del grupo
de zumba, mujeres de mediana edad hasta más de 70 años. Nos damos cita en la
cancha techada que se encuentra atrás del salón de eventos Catra; generalmente
llegamos con prisa, con gesto adusto y marcado por cargar el peso de los
problemas cotidianos sobre nuestros hombros; sin embargo, tan pronto empiezan a
escucharse los acordes de la música y las indicaciones de la instructora, solo
hay pensamientos que respondan a lo que ha de efectuarse, tarareando la melodía
o contando los pasos que son el preámbulo subsecuente para cambiar de
movimiento.
A medida que la clase avanza, los rostros toman otras
tonalidades, el color de las mejillas se intensifica, la mirada adquiere otra
expresión, se dibujan las sonrisas, las emociones afloran y se termina la clase
con sentimientos de beneplácito y satisfacción.
Este artículo conlleva la intención de invitar a la
comunidad para que se integren a estas actividades y experimenten los
beneficios que esta disciplina otorga.
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