Con
un corazón de oro
Luis, chico de quince abriles, la vida le había sonreído
prodigándole dones físicos e intelectuales, además de un corazón de oro. Sí, de
oro, cuando él nació, traía un mal congénito y sus padres desesperados clamaron
al universo por ayuda. Las hadas escucharon el triste lamento e hicieron saber
a los apesadumbrados padres que debían reunir ciertas onzas de oro, para
barnizar y reparar el órgano, además de agregarle un plus, de que nunca
perdiera plusvalía y fuera amado y deseado por todas las personas que le
conocieran. Solicitaron que nadie se enterara de ese secreto, por aquello de la
avaricia del ser humano.
Sin embargo, de todos es sabido que los secretos dejan de
serlo cuando alguien más es parte de éstos. Cuervo, un ave de plumaje oscuro y
pico puntiagudo, se encontraba descansando en el balcón, observó la maniobra
cuidadosamente, sabía que esa información era muy valiosa y la utilizaría al
llegar la ocasión.
Cierto día, Cuervo tuvo un descuido y quedó atrapado en
una trampa, hizo uno y mil intentos desesperados por escapar, pero no fue
posible; de pronto, escuchó unos pasos a su alrededor, su pequeño corazón
amenazaba con salirse del pecho y…sus ojillos marrones se encontraron con una
mirada fría, despiadada. Cuervo, aún sin haber sido tocado, sintió que su pecho
y plumaje era traspasado por cuchillos que perforaban hasta el alma; su fin era
inminente, no hacían falta palabras. ¡De pronto!, recordó que podía
intercambiar el secreto por su libertad.
El hombre le escuchó con atención, finalmente, nadie le
daría un céntimo por esa ave negra de pésimo aspecto; le liberó y dirigió sus
pasos en búsqueda del corazón de oro; cuando le encontró, le asentó tal golpe
que quedó inconsciente; trató de perforar el corazón con un cuchillo picudo y se
encontró con la sorpresa que le metal era tan duro que nada ni nadie podía traspasarlo.
Terminó en prisión y el cuervo en una jaula, con las alas rotas.
Luis supo prodigar amor, estaba consciente del don que había recibido, quienes tenían la suerte de conocerle y convivir con él, bañaban su espíritu con el esplendor emanado de su interior.
Me encanta la ultima frase "Luis supo prodigar amor, estaba consciente del don que había recibido" Rubrica toda la historia que de por si es cautivadora de principio a Fin, me conmovio sobremanera, Gran Talento estimada colega; Mi mas sincero respeto y admiracion, Grazie Mille ¡¡
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