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jueves, 27 de agosto de 2020

Educación virtual



Foto tomada del periódico Excelsior Agosto 27 del 2020

La educación virtual 

 “El mundo de la educación requiere constantemente reinventarse para no perecer ante la indiferencia del estudiante de hoy, expuesto a diversos estímulos visuales e interactivos desde sus primeros años de vida” - Eduardo Martínez 

Indudablemente los cambios son parte inherente de nuestro caminar. Este artículo incursiona en un breve recorrido de la educación, que nos permita un asomo a la situación escolar que prevalece actualmente y a los retos y dificultades enfrentadas. La educación a distancia ha existido desde tiempo atrás, se enviaba el material a estudiar por correo postal, contestando los ejercicios y exámenes y al final se podía obtener un certificado que daba fe de la preparación recibida. Una de las condiciones es que el estudiante debía tener mayoría de edad. 
 Con la entrada de la tecnología, los sitios educativos crearon nuevos escenarios de oportunidad para acceder al conocimiento; aprender de forma autodidacta, alcanzar la metacognición y reforzar los aprendizajes. Algunas plataformas como “you tube” alcanzaron su máximo esplendor con el apoyo de tutoriales para fortalecer y adquirir nuevos conocimientos, llegando a convertirse en herramientas de primera mano del docente. Hoy en día, la pandemia ha insertado una nueva realidad en todos los ámbitos de nuestra vida; en lo que respecta a la escuela, los cambios han sido inmensos y significativos. Las conductas se forman por la repetición de hábitos, de tal forma que, a pesar de estar en constante cambio y movimiento, algunas situaciones seguían siendo tan cotidianas como al inicio de la escolarización. La escuela abría sus puertas, recibía a los actores y empezaba el diario devenir; con una organización vertical y atendiendo las indicaciones de las autoridades educativas. 
La vida escolar transcurría con las altas y bajas; nuevas currículas, contenidos extensos, capacitaciones magisteriales, horarios, calendarios, y un sinfín de actividades cuyo fin persigue la socialización, adquisición de conocimiento, movilización de saberes, reforzamiento de actitudes, valores y destrezas, mismas que al incorporarse a la vida diaria, deberían ser plataforma para mejorar el ser y hacer de cada individuo ante la sociedad. La pandemia llegó de improvisto, no hubo tiempo de planear con antelación, los ajustes se han ido haciendo en el camino. 
A nivel mundial se precisó la necesidad de cerrar espacios que alberguen masas, entre estos se encuentran principalmente las escuelas, por el conglomerado que presentan y la capacidad destructiva y de expansión que tiene el virus. Han sido algunas las alternativas de educación propuestas; se han utilizado una diversidad de herramientas tecnológicas que permiten crear el vínculo de atención entre escuela y alumnos; como el uso de páginas de Facebook, WhatsApp, Classroom, y últimamente la televisión, Zoom, Google meet y Skype, entre otras. 
 Sin embargo, son muchos los obstáculos, deficiencias e inequidades que están dejando ver su realidad; primeramente la situación económica de una gran mayoría de la población, que carece incluso de lo más básico para la supervivencia; desigualdades sociales que ponen en desventaja a los más vulnerables, aunado a que son los padres de familia o cuidadores principales quienes se convierten en monitores de primera mano para apoyar el proceso de enseñanza, incurriendo en muchos casos en la desesperación y violencia psicológica y física contra los estudiantes ante la encomienda y magnitud de la tarea para la cual no están preparados. Otro factor importante es referente a la infraestructura endeble, cableados deficientes, se caen los sistemas, se va el internet o en el peor de los escenarios, hay lugares que no tienen el acceso a este. 
Respecto a los docentes se presenta otra desventaja, ya que, a más edad cronológica, más dificultades entraña el uso adecuado de los medios tecnológicos. Así mismo, las políticas educativas se perciben tambaleantes, indecisas, ya que, al desconocer el alcance de la pandemia, han surgido cambios y decisiones sucintas. Ante este panorama, solo queda el rayo de esperanza y optimismo que debe prevalecer ante las circunstancias adversas. 
 Deseando un fructífero año escolar, salud, bienestar y sobre todo, poder avizorar el fin de la pandemia.

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