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jueves, 18 de junio de 2020

Día del padre


https://www.elsoldeparral.com.mx/analisis/dia-del-padre-5378028.html

MARÍA DEL REFUGIO SANDOVAL
 ANALISIS

JUEVES 18 DE JUNIO DE 2020
 Día del padre Antes de escribir un artículo, generalmente la atención se enfoca en fechas y acontecimientos recientes, que a la vez sirven de cauce que permite el fluir de las emociones, sentimientos y pensamientos, los cuales, al pasar por el filtro de las palabras, llegan a convertirse en mensajes que conllevan la intención de viajar hasta la conciencia del lector, quien finalmente les acomoda a sus esquemas y estructuras mentales y vivenciales, permitiendo o no, su acogimiento. 
Los debates en torno a la importancia minimizada que se otorga al evento internacional del día del padre están en boga, pudiendo ser varias las atenuantes y circunstancias culturales que lo han permitido a través del tiempo; pero la génesis de este artículo no es confrontar su relevancia con el día de la madre, como tampoco lo es, hablar del papá ausente, ni del que elude su responsabilidad o el que procrea un hijo por accidente en un encuentro amoroso. 
Quiero centrar la atención y reconocimiento en esos varones cuya figura fuerte y protectora son oasis en medio del desierto; como el capitán del barco que busca llevar a su tripulación a un puerto seguro; esa mano firme que guía y orienta; brazos que cobijan, voz que alienta, pilar inquebrantable, forjador de sueños y acompañante del camino. 
De ese padre que, aunque en algunos casos no sea el biológico, adopta con el corazón y se convierte en sendero de luz. 
De esos abuelos, quienes, en otra etapa de su vida, aceptan la crianza de los nietos, y retoman experiencias y responsabilidades con amor y dedicación. 
Mis hijos son afortunados, porque desde el momento de su concepción, han tenido siempre la sombra protectora de su progenitor; quién les ha enseñado desde pequeños que el trabajo dignifica, que los sueños se persiguen con determinación y perseverancia, que los castillos se construyen día a día con ilusiones, trabajo compartido y responsabilidad genuina y que la felicidad viene envuelta en cápsulas de instantes fugaces que debemos atrapar y saborear. 
Un padre que aprendió a hacer el cambio de pañales, les acunó en sus brazos, guió sus primeros pasos, aplaudió sus balbuceos e intentos de comunicación, no cedió ante sus rabietas y chantajes y les acompañó en sus noches de insomnio y malestar, aun cuando al otro día debía presentarse al trabajo a primera hora de la mañana. Un padre que les enseñó a deleitarse con los colores del amanecer; a observar los atardeceres, las maravillas de la naturaleza y sus múltiples manifestaciones; les inculcó el amor y respeto por sus semejantes; a cuidar y atender las mascotas; a sembrar la tierra y cosechar con agradecimiento sus frutos; a disfrutar la música, el deporte, las amistades; a llorar las pérdidas de las personas amadas; a sufrir, a caer arrodillado y a levantarse con nuevos bríos para enfrentar las pruebas del destino. 
Aprendieron de su ejemplo más que de sus palabras. Hombre con la investidura de los valores universales; recto, responsable, solidario; que ha sabido respetar y amar a la mujer que eligió como compañera de vida. Papá amoroso que les ha enseñado con su diario vivir, que la cima más importante se conquista con los pequeños éxitos diarios y que el amor es el cimiento más grande y poderoso cuya investidura prepara al individuo para enfrentar los obstáculos con entereza. 
 Mis tres hijos varones se convirtieron a su vez en padres a espejo y semejanza de su progenitor; son proveedores, amorosos, atentos y cuidadosos en el desarrollo y educación de sus hijos. 
 Vaya pues la felicitación y reconocimiento a todos y cada uno de ellos que son respaldo de la estructura familiar.

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