/ JUEVES 27 DE FEBRERO DE 2020
En
pos de un sueño
Cuquita
Sandoval Olivas
Doy
entrada con esta frase de mi autoría, que considero altamente adecuada para el
tema en cuestión: “Las grandes empresas de la vida, tienen su génesis en una idea innovadora,
revolucionaria y en un soñador que cree en la posibilidad de cristarlizarla”.
Cuando
dos o más idealistas unen su sinergia y focalizan un punto en común: las cosas
se suceden con tal rapidez y beneplácito, que cada vez la siembra va rindiendo
mejores frutos en cantidad y calidad de
cosecha; mismos que se convierten en umbrales para otras generaciones; escalones
de ascenso exitoso, que van sumando voluntades, experiencias y por ende, crecimiento
individual y grupal.
A
lo largo de mi experiencia, he aprendido que en la medida que una se adentra y profundiza en una actividad que
brinda paz, armonía, retos y grandes
satisfacciones, el círculo se va ampliando; las posibilidades se van expandiendo; el
conocimiento va entrando por cualquier hendidura que deja el tener contacto y
convivencia con otras personas; y, de esa forma, el ansia de hacer, contribuir y
aportar a la sociedad se va acrecentando en el interior, hasta convertirse en fuego
gigantesco que arde buscando una salida; hasta encontrar cauces de desahogo, que se obtienen al verter
los pensamientos en una hoja en blanco.
La
escritura es una herramienta de sanación, de entenderse a sí mismo, para posteriormente
comprender a la otredad; buscar, encontrar y aportar significados, que permitan
visualizar posibilidades y fortalecer la resiliencia ante las adversidades que
enfrentamos día a día.
Con
este breve preámbulo, quiero hacer mención a mi reciente participación en el encuentro de escritores de Ciudad Juárez,
Chihuahua, donde 46 escritores se dieron
cita personalmente y cuatro vía digital, formando un total de 50 personas de
distintas edades, con procedencias y respaldos culturales totalmente
disímbolos, fuimos unidos por una convocatoria para elaborar un libro con la
temática “Niñez y juventud, pérdida
de valores y alternativas de rescate”; hermanados, por la pasión que emana
y que une cual eslabones de cadenas, como son las letras, y por la firme convicción que desde los más recónditos lugares, todos y cada uno
de nosotros podemos aportar algún texto, que al llegar al destinatario,
contribuya con sugerencias,
alternativas y esperanzas.
Somos
una sociedad altamente dañada por la violencia; los antivalores han ganado un
lugar dentro de las nuevas generaciones, así como los hábitos dañinos y el poco respeto a esas normas universales, que
desde siempre han buscado la armonía y convivencia sana entre todos los que
tenemos la suerte de habitar este
planeta.
Requerimos
herramientas que fortalezcan el alma, la autoestima y la confianza en la
humanidad; por lo que la médula del libro se desarrolló bajo la óptica y
reflectores del canal 44 de Ciudad Juárez, mismo que tiene alta afluencia e
impacto en la zona fronteriza y en el Paso Tx.
Me
congratulo de formar parte de esta gama de soñadores. ¡Enhorabuena, VI matón
de las letras!
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