Maestra Cuquita Sandoval Olivas
La designación de fechas especiales se fundamenta en un hecho
histórico, social y relevante que permite recordar sucesos detonantes. El 20 de
septiembre de 1904, se promulgó la primera “Ley de jubilación”, por
tal motivo, es el día estipulado para celebrar a quienes concluimos con éxito
una etapa laboral.
Hay algunas inclinaciones conceptuales que se han manejado a
través del tiempo y han sido parteaguas para los logros
obtenidos: una de ellas es el reconocimiento de
que la entrada a la edad adulta, viene acompañada
del deterioro de salud que conlleva por ende,
a la disminución de capacidades para realizar con prontitud, calidad y entereza
las actividades productivas de la función encomendada; la segunda, tiene
relación con la justicia social, que retribuye a la persona, por el
tiempo y servicio brindado a la sociedad,
promoviendo el derecho de llevar una senectud tranquila, sin el
estrés y presiones que conlleva la ejecución y horario de un trabajo
determinado; la tercera, tiene correspondencia con los espacios vacantes que se
generan y permiten ser cubiertos por nuevas generaciones.
Tanto a nivel nacional como internacional existen leyes y derechos que
protegen el despliegue natural de la vida. Logros que han ido
evolucionando y permeando al promover el bienestar social; otorgando
derechos y percepciones ganados a pulso, después de haber
cumplido, con tiempo, trabajo y edad requerida.
Las delegaciones sindicales del gremio magisterial 8va y 42, a
través de sus representantes: Profr. Pedro Moriel y Profr. José Luis
Ibarra, apoyados por un grandioso equipo de trabajo, tuvieron a bien organizar una serie de eventos
deportivos y culturales, para el reconocimiento, gozo y deleite de quienes
tenemos la suerte de haber arribado a esta etapa de nuestra vida.
Iniciamos el festejo con un encuentro deportivo de cachibol, donde
contendieron equipos varoniles y femeniles de ambas delegaciones, teniendo
como invitados especiales a la Comunidad de Adultos Mayores
(MACHI), conocida como “Jardín del abuelo”.
La apertura del evento fue engalanada con algunos números musicales de
zumba, baile folclórico e interpretación musical; producto de la disciplina,
entrega y dedicación que se le imprime a los talleres recreativos y
culturales que se viven en esos espacios, diseñados especialmente para
fortalecer el espíritu, la actividad física, la convivencia sana y para brindar
un lugar cálido donde se puedan desplegar y ejercitar nuevos talentos por
medio del arte y el acondicionamiento físico.
El festejo conlleva el compartimiento del pan y la
sal, del deleite de los sentidos proporcionado por la música,
y el jolgorio y alegría que proporciona el baile; aunado a
todo lo anterior, se presentó una exposición de pinturas, donde se realza, por
medio de la imagen capturada por el pincel y ojo artístico del
creador, la naturaleza, paz, tranquilidad y belleza que
sólo el arte puede plasmar y que proporciona deleite y un pozo de
agua viva de aprendizaje para el espectador.
Llenemos nuestra existencia de esas sensaciones, emociones y sentimientos
que vienen implícitas en la convivencia, en el dar y recibir; en el aprender
actividades nuevas y desaprender los hábitos que nos dañan; en el
agradecimiento por todo lo que poseemos y en el saber ayudar a quien ha sido
menos favorecido; cultivemos esas semillas de felicidad, para que las vayamos
esparciendo a nuestro paso y dejemos una estela de buenaventura a
generaciones posteriores, una huella perdurable de nuestro
caminar.
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