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martes, 18 de marzo de 2025

Ecos de poesía. Encuentros de poetas parralenses









https://oem.com.mx/elsoldeparral/analisis/ecos-de-poesia-encuentro-de-poetas-parralenses-22209833

Ecos de Poesía: Encuentro de Poetas Parralenses

“La poesía es el arte de pintar con palabras”. 
Gustave Flauber

    ¿Qué es la poesía? ¿Quién es una mujer poeta? ¿Por qué escribir poesía? Estas son algunas de las interrogantes con las que la revista “Voces de Papel”, en su trigésima primera edición, abre este proyecto de homenaje a las poetas parralenses. Se trata de un reconocimiento a su trayectoria literaria, expresado en una manifestación de sororidad a través de las letras de otras mujeres oriundas de nuestra localidad, quienes han encontrado en la escritura un nicho para expandir sus horizontes de expresión y comunicación.

    El 15 de mayo del año en curso, en la Sala Carlos Montemayor, se llevó a cabo este emotivo encuentro. La dirección general del evento estuvo a cargo de Ismael Solano; la coordinación general de contenido fue de Victoria Montemayor Galicia; la coordinación general, de Ana Victoria Ramírez Mendoza; la coordinación regional, de Edgar Rodríguez Díaz; y la edición especial estuvo bajo mi responsabilidad.

    Se contó con la magistral participación de la artista visual local Jennifer Arroyo, quien creó una imagen representativa para cada uno de los poemas publicados, así como la portada de la edición. Su arte estableció una interdependencia entre poesía y plástica, enriqueciendo la experiencia sensorial del lector y ofreciéndole nuevas perspectivas de interpretación, además de un deleite estético invaluable.

El evento contó con la distinguida participación de escritoras locales como Mirna Lorena Morales Valles, Noemí Gallegos, Mayela Ropele Maul, María Guadalupe González Ávila, Ana Bertha Pérez Ramírez y Martha Julieta Vargas Valdez.

Entre las poetas homenajeadas destacaron figuras como Margarita Etchechury Gutiérrez, Carmen Julia Holguín Chaparro, Susana Flores de las Cuevas, Dinorah Gutiérrez Andana, Victoria Montemayor Galicia, Fátima Chong y Cuquis Sandoval Olivas.

    La conducción del evento estuvo en manos de la maestra Astrid Tarín Barrón, cuya voz engalanó cada momento, mientras que el talento musical del saxofonista ballezano Rafael Villalobos aportó un matiz de armonía y sensibilidad al encuentro.

    El público ovacionó cada una de las lecturas, en las que la poesía brilló con luz propia. Las palabras flotaron en el aire como un universo de imágenes, símbolos y recursos literarios, brindando estética, belleza y aliento a cada verso impregnado de murmullos. Porque una mujer que escribe poesía es guardiana de la belleza, tejedora de sueños, bordadora de versos de esperanza y eterna peregrina del alma humana.

    Es una arquitecta que construye puentes entre lo tangible y lo invisible, una voz que otorga alas a las palabras para que vuelen y resuenen en otros espacios. Cada poema firmado es un pacto con lo infinito, un desafío al tiempo y al olvido. En cada verso y en cada estrofa, la poeta deposita un fragmento de eternidad, tejido en el aire con los hilos de la emoción y adornado con los matices del ritmo y la armonía.

    Para una poeta, el punto final no existe. Cada vez que culmina un poema, otros surgen en su mente, porque todo lo que nos rodea puede transformarse en poesía, ya sea en su versión clásica, en poema blanco o en verso libre. Es un ejercicio constante de expresión de emociones y sentimientos, una manera de vestir las palabras de gala y asistir con ellas a un festín literario preparado en su honor.
    
    El poema es fuego, porque abriga, ilumina y transforma; es agua, elemento esencial de la vida; es viento, que se resiste al olvido; es universo expandido, latido convertido en verbo y sustantivo. Es tempestad que fluye entre ritmos y silencios, eco del alma y de la introspección. Es la esencia misma del ser y el estar, del hacer y el escribir, convirtiendo ideas en melodías rítmicas que alcanzan al lector o al escucha, abriendo canales de comunicación.

    La mujer que escribe es raíz que se expande, sostén y fortaleza del árbol de la poesía. Es color y belleza en cada poema, sombra y cobijo para quien lo recibe. Porque la poesía es, en sí misma, una casa de puertas abiertas, un refugio de palabras donde el alma halla su propia voz.

domingo, 9 de marzo de 2025

Desigualdad social. Págs. 80, 81


Profesionales de excelencia





Dentro de nuestra sala de lectura “Leyendo y Reconstruyendo”, hemos abordado algunos libros cuya temática gira en torno a la medicina, tales como “Domina”, de Bárbara Wood, y “El médico”, de Noah Gordon.


    El primero narra la historia de una niña que, desde muy pequeña, centró su atención en el dolor físico y quiso aprender cómo aliviarlo. Sin embargo, se encuentra con los obstáculos propios de la época, en la que las mujeres no podían ingresar a la universidad ni mucho menos acceder a la carrera de medicina, considerada exclusiva para varones.


    El segundo libro relata la vida de un niño que presencia el sufrimiento y posterior fallecimiento de su madre a causa de un dolor de costado (posteriormente identificado como apendicitis). A partir de este hecho, inicia su aprendizaje en remedios curativos y emprende un largo peregrinaje para estudiar medicina, enfrentando numerosas barreras, como las limitaciones del avance científico, los dogmas religiosos y los fanatismos de la época. A pesar de los retos, logra descubrir la causa de muerte relacionada con la infección provocada por la inflamación y ruptura del apéndice, dando un paso crucial en el conocimiento médico.


    Ambos textos nos permitieron vislumbrar, aunque de manera somera, el avance y desarrollo de la ciencia médica, la fragilidad de la salud, la incansable búsqueda de la sanación del cuerpo y, sobre todo, la entrega, profesionalismo y dedicación de quienes ejercen esta noble carrera con amor y vocación de servicio. Además, abrieron una reflexión sobre los sistemas de salud actuales, evidenciando tanto sus carencias como sus logros. La escasez de especialistas y medicamentos, la sobrecarga de trabajo en los hospitales y el gran número de pacientes que cada médico debe atender por turno afectan la calidad de la atención médica, repercutiendo tanto en la salud física como en el bienestar emocional de los pacientes.


    Sin embargo, es importante no solo señalar estas áreas de oportunidad, sino también reconocer las fortalezas que encontramos en nuestro sistema de salud. A pesar de las dificultades, hay profesionales con una gran calidad humana, que diagnostican, acompañan y guían a sus pacientes con empatía y valores.


    Me permito citar el nombre de la doctora familiar Jocabed Ávila, un ángel  que aun sin portar su  bata blanca y sin tener un título de especialidad en endocrinología o medicina interna, posee  un corazón inmenso y una vocación de servicio ejemplar.


    En el ayer, ella era la adolescente sentada en un pupitre, escuchando atenta las indicaciones de su maestra; hoy, la vida nos ha reencontrado, ella como profesionista y yo como docente jubilada, enfrentando los síntomas y el deterioro propio de la edad. La doctora se toma el tiempo de escuchar, dialogar y conocer los miedos, dudas e incertidumbres de sus pacientes. Su forma de explicar las posibles causas y consecuencias de una enfermedad facilita la comprensión de los procesos de salud y los pasos necesarios para la recuperación. Esta atención personalizada transforma la relación médico-paciente en un proceso de acompañamiento genuino, donde la confianza y la orientación adecuada juegan un papel crucial en el camino hacia la sanación.


    La falta de salud coloca a la persona en un estado de fragilidad y vulnerabilidad, como un pozo vacío que requiere una fuente inagotable de atención, comprensión y acompañamiento. Por ello, es fundamental valorar y reconocer a quienes, con su entrega y profesionalismo, marcan una diferencia en la vida de sus pacientes, recordándonos que la medicina no solo trata cuerpos, sino también almas.


    Cierro con la cita de Juan Francisco Borreguero: "No existen fronteras para el médico: su pasaporte es universal, carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad”.

viernes, 7 de marzo de 2025

viernes, 28 de febrero de 2025

Cómo hacer que te pasen cosas buenas























C
uando enfocamos nuestra atención en un libro, generalmente visualizamos el título, el nombre del autor/a, su nacionalidad, la fecha de edición y la sinopsis en la contraportada. Si la lectura proviene de una recomendación expresa, dirigimos nuestra mirada a los puntos de coincidencia con quien la sugiere. Finalmente, si el contenido logra atrapar al lector, este lo recomienda de inmediato, compartiendo algunas vivencias y aprendizajes obtenidos. De esta manera, se alcanza un punto de equilibrio en el que se intercambian visiones, perspectivas y experiencias personales, haciendo de la lectura una vivencia sumamente enriquecedora.

Esta reseña alude al texto recientemente abordado en la sala de lectura “Leyendo y Reconstruyendo”, tras haber aceptado una invitación expresa de la Embajadora Cultural Diva Estrada. La sugerencia fue bien recibida y de inmediato se compartieron detalles en el grupo de WhatsApp, tanto biográficos como de contenido.

“Cómo hacer que te pasen cosas buenas” es un libro de la escritora española Marián Rojas Estapé, publicado en 2018. Con 232 páginas, cada una de ellas encierra un alto contenido que invariablemente conduce a la introspección y la autocrítica. Su impacto ha sido tal que ha sido traducido a más de diez idiomas y se encuentra a la venta en más de cuarenta países, contando hasta la fecha con el mismo número de ediciones.

Además de escritora, Marián Rojas Estapé es médico psiquiatra de gran trascendencia, no solo por su formación académica, sino también por su linaje: su abuelo y su padre han ejercido esta noble profesión. Su labor humanitaria la ha llevado a participar en proyectos solidarios, como la atención y seguimiento a niñas víctimas de prostitución en Camboya. Es miembro activo de una ONG dedicada a la prevención del tráfico sexual y ha impartido clases a niños de barrios marginados. Actualmente, estudia la somatización, las emociones y los procesos del pensamiento en relación con su influencia en la toma de decisiones y el bienestar.

El primer capítulo aborda la felicidad como un reencuentro con el yo interior, explicando que la vida es un viaje en el que debemos caminar hacia la construcción de esos momentos de plenitud. La autora describe con gran maestría la sobreestimulación a la que estamos expuestos hoy en día y cómo, ante tantos caminos posibles, es fácil perder el rumbo y no saber hacia dónde dirigir nuestros pasos.

A lo largo del libro, cita a numerosos escritores, médicos, teorías, libros y frases que respaldan sus explicaciones. Destaca el papel fundamental de las hormonas, como la oxitocina y la dopamina, y advierte sobre los efectos negativos del estrés prolongado, que eleva los niveles de cortisol y afecta el sistema endocrino, inmunológico y nervioso. Asimismo, resalta la importancia del ejercicio, una alimentación saludable, el cultivo de pensamientos positivos y el alejamiento de personas que no aportan bienestar a nuestra vida.

La autora sostiene que muchos de los grandes males que aquejan a la humanidad provienen del mal manejo del tiempo pasado y futuro. En el primer caso, cuando nos aferramos a situaciones o problemas que impiden avanzar, permitiendo que la depresión se convierta en un huésped permanente. En el segundo, cuando el miedo a lo que pueda suceder genera ansiedad y nos impide disfrutar el presente.

Este libro es un compendio de autoayuda. No es un manual, pero reúne diversos enfoques científicos, psicológicos y de las neurociencias para explicar el funcionamiento del cerebro. Con un lenguaje accesible y una sólida base teórica, vincula sus estudios con la humanización de la práctica clínica, sustentada en los resultados obtenidos en su consultorio.

Cada frase es digna de cita y ejemplificación. Cierro con una de estas:

“Hay aspectos ajenos a nosotros que no podemos cambiar. No podemos elegir gran parte de lo que nos sucederá en la vida, pero somos absolutamente libres, todos y cada uno de nosotros, de elegir la actitud con la que afrontarlo. Nos reparten unas cartas, mejores o peores, pero son las que tenemos y hay que jugarlas lo mejor posible.”

martes, 18 de febrero de 2025

El resplandor de la tarde





    Abrir los ojos para contemplar el espectáculo de un nuevo día es un regalo invaluable, acompañado de innumerables bendiciones: la familia, los amigos y todo aquello que nos rodea. A esto se suma el libre albedrío, que nos permite tomar decisiones, elegir con quién compartimos nuestro tiempo y definir qué, cómo, cuándo, dónde y por qué realizamos las actividades que nos generan placer y bienestar. Estos son algunos de los elementos que otorgan sabor y color a nuestra existencia.

    Recientemente, atendimos una convocatoria estatal para participar en un encuentro de cachibol en la ciudad de Delicias, Chihuahua. En este evento se reunieron más de veinte equipos, tanto de la rama varonil como femenil, distribuidos en tres categorías, que abarcan desde los cincuenta años hasta los setenta y más.

    En la categoría de setenta y más, solo participaron  un equipo varonil y uno femenil   representando a Chihuahua, dando muestra de entusiasmo, vitalidad y, sobre todo, del impacto positivo que el ejercicio constante tiene en el organismo. Hago referencia al equipo femenil, porque tuve la suerte de convivir, contender  y observar su desempeño con detenimiento. Estas damas, cercanas a la octava década de vida, se desplazan con agilidad por la cancha, ejecutan las jugadas con precisión, fuerza y seguridad, reflejando el dominio del deporte adquirido a través de la práctica.

    Durante este encuentro, tuve la oportunidad de conocer a la señora Olga Elisa Nava López, nacida en 1946. Ella practicó el baloncesto desde muy temprana edad,  interrumpiendo su práctica al contraer matrimonio y lo volvió a retomar  en  la década de los sesenta, jugando con el equipo de “Las Adelitas”. 

    Su dedicación y perseverancia ha dado grandes frutos, destacando a nivel internacional como basquetbolista y obteniendo el reconocimiento como una de las mejores encestadoras. Actualmente, forma parte del equipo representativo de Chihuahua, con el cual ha competido en distintas entidades de la República Mexicana. Su trayectoria deportiva la llevó a Finlandia en 2018, donde su equipo obtuvo el campeonato de minimalismo. Posteriormente, participaron en los Juegos Panamericanos, logrando su pase para representar a México en Suiza en junio del presente año.

    Además, Olga ha destacado como velocista en la prueba de los cien metros planos y por cuatro años consecutivos, obtuvo el título de subcampeona del adulto mayor.  Desde que cumplió los sesenta años, se ha dedicado al cachibol. En 2019, recibió el “Premio Teporaca” a la excelencia en el deporte, un reconocimiento otorgado a los atletas que han sobresalido en competencias de alto nivel. Este galardón consiste en una estatuilla, un diploma y una beca económica dentro del programa “Mi Beca Chihuahua del Deporte”.

    Olga expresa que su entrega y dedicación al deporte le han brindado innumerables satisfacciones, entre ellas, una autoestima elevada, confianza y seguridad en sí misma, una excelente salud y, sobre todo, el reconocimiento y orgullo de sus tres hijos y nietos, quienes son su mayor motivación.

    El principal motivo de compartir su historia es para mostrar nuestra admiración y reconocimiento, además de hacerla visible a la comunidad parralense e invitar a los adultos mayores para que se integren a algunas prácticas deportivas o culturales, que son detonantes de salud, bienestar y armonía, recordando que la distancia entre los sueños y la realidad, radica principalmente en la disciplina para forjar los hábitos. 

viernes, 7 de febrero de 2025

Se ha apagado una estrella






Jorge Luis Sandoval Moreno

(28 de octubre de 1985- 04 de febrero del 2025)

     Dos fechas emblemáticas que, sin duda alguna, han marcado el entorno familiar y comunitario. La primera, porque con su arribo pobló de dicha, esperanza e ilusiones, cimentando el mundo en el recuerdo de los ayeres, en la alegría del presente y en la esperanza del futuro. La segunda, envuelta en lágrimas de impotencia y desesperanza, marca el fin de las hojas para seguir escribiendo el mañana. No hay más tinta ni versos que lleven implícito su ser y sentir. A partir de esta última fecha, las evocaciones despiertan un torrente de lágrimas y dolor, con la certeza de una ausencia absoluta e irrevocable. Es un bosque de espesos follajes donde se busca vislumbrar su alma.

    En una de las muchas charlas efectuadas con su madre, me dijo: —Me gustaría que escribieras mi esquela al morir.

    Nunca imaginamos que primero fallecería su hijo, porque siempre pensamos que somos los padres quienes partiremos primero, que ellos serán quienes nos entierren y que seguiremos el orden natural de la vida que hemos creado en el imaginario. Pero la realidad siempre es más inoportuna, cruel e incierta; nos atrapa dentro de la cotidianidad, haciéndonos perder la oportunidad de expresar nuestros sentimientos.

    El “hubiera” llega para instalarse en el subconsciente, removiendo los escombros de lo que nos faltó por hacer, por cambiar y por decir. Sin embargo, la fuerza de las embestidas trae muchas lecciones que debemos aprender y poner en práctica.

Conocí a Jorge como hijo de una gran maestra y amiga, como alumno de la Escuela Secundaria Técnica. Con el paso de los años, lo vi convertirse en un profesionista dentro del campo de la docencia. Siempre admiré su pasión y amor por la lectura, su facilidad de palabra y el cúmulo de conocimientos que obtuvo de su inmersión en las letras. Estos mundos imaginarios lo llevaron a la expresión escrita, que plasmó en prosa poética, enfocando su quehacer literario en la producción de versos libres, donde desahogaba sus miedos, inquietudes y zozobras, pero también sus sueños y alegrías.

    Estudió a los poetas malditos del siglo XIX, cuya poesía se caracteriza por su rebeldía, subvirtiendo la moral de la época. En ellos encontró el encuadre perfecto de expresión para verter su obra, adquiriendo un estilo y voz muy propios, sembrando en su parcela de lenguaje personal. Presentó su obra ante uno de los grandes íconos de nuestra región,Carlos Montemayor, quien reconoció en sus letras la fuerza y potencia de un joven listo para trascender. Posteriormente, el poeta y escritor parralense Federico Corral Vallejo lo impulsó a publicar su primer poemario, Pequeña dicha de náusea. En 2022, ganó el Premio Nacional de Poesía “Saúl Ibargoyen” con su texto Ambigua compilación de cosas sin importancia.

    Fue promotor del club literario “Letras Borrachas”, donde muchos jóvenes encontraron el espacio perfecto para escribir y declamar sus versos.

    Consciente de su potencial y del impacto que su presencia generaba entre los jóvenes, lo invité a participar como conferencista e impulsor de la lectura y la escritura, tanto en la Escuela Secundaria Técnica 70 como en la Escuela Normal Superior “Profesor José E. Medrano”, además de ser invitado especial en otros proyectos literarios, como los “Encuentros de Escritores Parralenses”, coordinados por Federico Corral.

    Sin duda alguna, me siento conmocionada y conmovida ante su deceso, no solo por la cercanía y familiaridad, sino porque se ha perdido un hijo, un padre, un maestro, un amigo  y un hombre de letras.

    Sirvan estas palabras como un homenaje a Jorge Luis, a sabiendas de que quien deja su obra impresa jamás muere, porque sus versos seguirán hablando por él, como un rayo que no cesa en su resplandor, llevando destellos de luz. Porque tanto el lector como el escritor permiten que los textos tengan vida y, aun después de la muerte, sus pensamientos siguen latiendo.

    Así, Jorge Luis Sandoval Moreno trasciende en cada página escrita, en cada verso declamado, en cada lector que se encuentre con su obra. Su esencia se mantiene viva en las letras que dejó, en las voces que lo recuerdan y en la memoria imborrable de quienes lo amamos. Que su poesía siga fluyendo, eterna y luminosa, como testimonio de su existencia.

sábado, 1 de febrero de 2025

Cumpleaños de Chayito y Malaquías


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Huella indeleble










    Debiéramos darnos un tiempo para escribir sobre las personas en vida, pero la existencia transcurre tan rápido que, a menudo, la muerte nos sorprende, arrebatándonos la presencia de esos seres especiales que han dejado huella en nuestro camino. Marcaron pautas, abrieron senderos y forjaron lazos imborrables en nuestro contexto inmediato y mediato.

    Sin lugar a dudas, no existen caminos sin obstáculos ni rosas sin espinas, como tampoco hay una biografía sin heridas. Algunas sanan con el paso del tiempo, otras permanecen como cicatrices imborrables, y unas más resultan decisivas, trazando el umbral antagónico de la vida y cerrando un círculo que, a su vez, abraza la memoria colectiva e impregna el sentir de familia y comunidad.

    Hoy me permito ser portavoz del pueblo ballezano para expresar los sentimientos que embargan el alma tras la pérdida de un amigo, un compañero, un ser humano excepcional: el doctor Enrique Carrillo Ronquillo (15 de octubre de 1956 - 20 de enero de 2025). Su vida quedó atrapada entre dos fechas emblemáticas, marcando un punto de inicio y otro de despedida, pero su legado permanece imperecedero en los corazones de quienes tuvimos la fortuna de conocerlo.

    Hago uso de los recuerdos atesorados para honrar su memoria. Expresarlos a través de las letras es una encomienda de amor y gratitud, con la intención de transmitir a su familia el cariño, la admiración y el respeto que supo ganarse en nuestra comunidad.

    En 1982 llegó a Balleza con una maleta cargada de sueños e ilusiones. Recién egresado de la Facultad de Medicina, traía consigo el conocimiento para combatir el dolor y la enfermedad, la calidez para ganar amigos y los valores que marcaron su andar profesional y personal. Su bata blanca no solo era un símbolo de su profesión, sino el reflejo de su entrega inquebrantable, su vocación de servicio y su amor incondicional por el prójimo.

Su presencia fue sinónimo de esperanza. Atendía a quien lo necesitaba sin importar la hora ni el cansancio, brindando un diagnóstico certero, una palabra de aliento y unas manos dispuestas a sanar. Su compromiso con la salud y el bienestar de su gente trascendió más allá de una consulta; fue un apoyo incondicional, un guía y un amigo para muchos.

    De su unión matrimonial con su amada esposa, Juana Camacho Domínguez, nacieron cuatro bellos frutos: Clemencia Karina, Blanca Patricia, María Isabel y Flor Alejandra Carrillo Camacho. Su árbol genealógico se expandió con la bendición de sus seis nietos: Brenda Yahaira Martínez Carrillo, Jorge Alexis Carrillo, Manuel Enrique Martínez Carrillo, Yaritza Isabel Carrillo, María Fernanda Sánchez Carrillo y Ana Lucía Gómez Carrillo. Además, le sobreviven sus hermanos: María Elena, Salvador, Norma Teresa, Luis y Martha Irene Carrillo Ronquillo.

Hoy en día, el dolor cimbra las fibras del alma, su familia llora su partida, el pueblo lamenta su ausencia,  pero su legado permanecerá en cada vida que tocó, en cada familia que ayudó y en cada corazón agradecido por su bondad. No se ha ido del todo, porque quienes dedican su vida al servicio de los demás,  jamás mueren en el recuerdo de su gente.

    Descanse en paz el doctor Carrillo. Su ejemplo seguirá iluminando el camino de quienes, como él, ven en la medicina un acto de amor y entrega, buscando combatir la enfermedad y el dolor, y con sus conocimientos y experiencia, resarcir el proceso dinámico y ordenado de la vida.


domingo, 26 de enero de 2025

Un asomo a Deleuze





"Gilles Deleuze fue uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Habiendo nacido en París en 1925, durante su vida fue testigo de acontecimientos que conmocionaron al mundo y cambiaron permanentemente a la filosofía, la política, la literatura, la música, el teatro, el cine y la pintura, siendo él mismo un importante agente reflexivo que contribuyó a la transformación de tales ámbitos. Este profesor de la Universidad de París destacó cual historiador de la filosofía por sus estudios sobre Nietzsche, Leibniz, Spinoza, Kant, Foucault, Bergson, Hume, etc., pero sobresalió todavía más por abordar su época a través de la creación de conceptos que aún hoy nos ayudan a “desplegar” la realidad con mayor amplitud que antes. Así, recordando su “diferencia” y su “repetición”, su “copia” y su “doble”, su “multiplicidad” y su “virtualidad”, entre otras ideas que han trascendido a su patria y tiempo…". 
 Lee todos los contenidos de esta edición en este enlace:


Un asomo a Deleuze


Su filosofía no es un puerto de llegada,

tampoco de salida,
es campo que se expande en el horizonte,
viento que azota, abre puertas
y resquebraja los muros de la razón.


Deleuze, pensador complejo,
como un mapa sin especificaciones,

sin exclusividad en señalamientos,
con multiplicidad informativa,

tras la representación territorial;
flujo interminable de conceptos
que se pliegan, se expanden, se reconstruyen

Su esencia,

bagaje diferenciado de lo ya escrito,
rizomas que crecen sin raíz,
trazos que se cruzan,

se cuestionan, generando perspectivas.


Es deseo que se enreda en la materia,

funciona como inminente causa,
como la hierba que no pregunta
¿Dónde empieza el suelo?
¿Dónde termina el cielo?


Concepción ontológica del caos

con movimiento y velocidad infinita,

abismal.


Posee un oscuro pensamiento,

caótico, inmanente,

va tras la búsqueda de la diferencia,

basada en la repetición,
a veces es lineal, oblicuo, disperso,

desear es producir,

no en lo singular, sino en conjunto

construir.


El ser es génesis,

diferencia que crea y que genera

y como llega, se difumina, se evapora. 


Es ontología pura,

categorizante;

porque nada es estático,

todo es movimiento.


Su filosofía
nunca es un punto fijo,
nunca una verdad cerrada.
Es danzar en lo inacabado,
en lo incompleto,
en la creación continua
de lo posible.


Esquizoanálisis del mundo,
explosión de las categorías,
revolución de las formas,
maquinaria deseante que respira
en cada espacio,
en cada límite roto
por la potencia de lo múltiple.


Nada se detiene,
todo se conecta,
un rizoma que se despliega
más allá del pensamiento.

La totalidad se individualiza en máquinas:

el ser humano es máquina,

los objetos circundantes son máquinas, 

la naturaleza es máquina

Todo lo que existe es una gran máquina

que envuelve a otras maquinitas.


La realidad es cambio constante

pliegues de un devenir
que nunca deja de moverse,
que nunca deja de transformarse.


Glosario:

Rizomas, estructuras sin jerarquía ni centro, que crecen sin raíz.

Esquizoanálisis , es una teoría alternativa del psicoanálisis y a la vez contrapuesta a este. Lo ataca en dos puntos principales que conciernen tanto a su teoría como a su práctica: su culto a Edipo y su reducción de la libido a catexis familiaristas, incluso bajo las formas encubiertas y generalizadas del estructuralismo o del simbolismo.