La televisión, al igual que otros medios de comunicación, presenta cambios y avances a pasos agigantados. La dirección, producción, programación y plataformas buscan incesantemente contenido que atrape al público, con el fin de conectar con audiencias de distintas edades, gustos y preferencias. Para ello, ofrecen una amplia gama de géneros que van desde el romanticismo, la ficción, la ciencia ficción, lo distópico, la biografía, documentales, entre otros.
Netflix, uno de los gigantes del streaming, ha revolucionado la forma en que consumimos el entretenimiento. Esta plataforma, creada por Reed Hastings y Marc Randolph en 1997, toma su nombre de la combinación de “Net” (red de internet) y “Flix” (forma coloquial de decir películas en inglés). Menciono esta breve semblanza porque es precisamente en Netflix donde se encuentra disponible la serie “Todo en familia” (Parenthood), una producción que tengo a bien reseñar y calificar con cinco estrellas.
La serie se estrenó en 2010 y concluyó en 2015. Está ambientada en Berkeley, California, y cuenta con seis temporadas y un total de 103 episodios. Su creador es Jason Katims, quien ya había cosechado éxito con producciones como Friday Night Lights.
Lo que más me atrapa de esta serie es su capacidad para retratar, con gran realismo y sensibilidad, la cotidianidad de una familia clásica de Estados Unidos. A través de los personajes principales: los Braverman, asistimos a las dinámicas familiares en las que conviven padres, hijos, hermanos, parejas y primos, enfrentando juntos las dificultades diarias.
Uno de los aspectos más conmovedores de la serie es la historia de Max Braverman, un niño de nueve años diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), específicamente con síndrome de Asperger. Su diagnóstico, lejos de ser un simple argumento, se convierte en un pilar narrativo que impulsa a la familia a un proceso de aprendizaje, aceptación y adaptación, no exenta de las preocupaciones, dolor y resistencia.
La serie expone con gran sensibilidad la travesía emocional de los padres, quienes deben informarse, educarse y, sobre todo, desarrollar una empatía inquebrantable para ofrecerle a su hijo las herramientas necesarias que le permitan desenvolverse y encajar mejor en la sociedad. Además, refleja la importancia del diálogo, la búsqueda de ayuda externa y el incondicional apoyo familiar, elementos cruciales para afrontar los desafíos que implica esta condición.
Otro punto fuerte de la serie es la caracterización de los cuatro hermanos Braverman, quienes, a pesar de sus diferencias, mantienen un vínculo estrecho. Cada uno enfrenta sus propias batallas: desde su desempeño en el empleo y la estabilidad profesional hasta la complejidad de las relaciones de pareja.
Un personaje clave es Adam Braverman, el hermano mayor, quien funge como un pilar para toda la familia. Su rol de consejero y figura de apoyo es constante, ofreciendo escucha empática y activa tanto a sus hermanos como a sus padres, quienes, ya en el umbral de la tercera edad, enfrentan sus propios retos emocionales y físicos.
La serie transmite poderosos mensajes sobre la importancia de los valores familiares: la unión, la empatía, la resiliencia y la lealtad. Aunque la historia no evade las dificultades reales —como la enfermedad, la pérdida o las crisis emocionales—, resalta cómo el amor y la solidaridad son capaces de tender puentes incluso en los momentos más oscuros.
Como en la vida misma, la serie muestra luces y sombras: lágrimas y risas, certezas y dudas. Sin embargo, el tejido familiar que une a los Braverman está conformado por eslabones tan sólidos que ni las crisis más intensas logran romperlos.
“Todo en familia” no es solo una serie de drama familiar, sino un espejo de la vida cotidiana, donde los valores universales se visten de gala y acuden al banquete del amor familiar, donde florecen los antagónicos como en la vida misma, hay luces y sombras, lágrimas y risas, confianzas y dudas.
Sin embargo, el tejido familiar, tiende eslabones entre sus integrantes, que no hay disruptores capaces de romperlos. Con interpretaciones emotivas, guiones genuinos y una dirección impecable, esta producción logra conmover, inspirar y dejar una huella imborrable en el corazón de quienes la ven.
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