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jueves, 9 de abril de 2020

Aportación al Sol de Parral

Hermandad


  / JUEVES 9 DE ABRIL DE 2020

Hermandad



Las aportaciones en este espacio cultural son producto derivado de profundas cavilaciones sobre ideas, lecturas y observaciones de la vida cotidiana; reconozco que todos y cada uno de los habitantes de este planeta estamos hermanados por el solo hecho de ser humanos, por cohabitar en un espacio común; por lo que dentro de las individualidades que nos atañen y diferencian, hay una alta relación de semejanzas que nos hermanan.
El contexto mundial por el que estamos atravesando, ha dejado al descubierto la inmensa fragilidad humana, la cercanía en la distancia, aún que haya mares y continentes de por medio, pero también ha despertado conciencias aletargadas para revalorar nuestro paso efímero por la vida; por agradecer el pan de cada día, el ser merecedores a un nuevo despertar y por las distintas personas que nos rodean y son parte de nuestro transitar.


Anoche, Morfeo llegó a apaciguar la tormenta de horas de insomnio, y como regalo adicional, me permitió gozar de la presencia de mi madre muerta; pude aspirar su fragancia y reclinarme en su pecho como lo hice tantas veces; me gocé de su aliento, de su cuidado y abrazo de amor maternal; de tal forma que, al despertar, una sensación de beneplácito y tranquilidad inundó mi alma; y en medio de tempestades borrascosas que circundan los noticieros, encontré la figura fuerte, enérgica y determinante de mi hermana. Sí, de esa mujer nacida a mediados del siglo XX, quien carga una serie de dolencias que el tiempo ha dejado en su organismo, pero que no ha logrado doblegar su espíritu de servicio a los demás.
Carmen Ofelia Tarín de Pérez ha sido desde siempre una segunda madre para todos y cada uno de mis hermanos y pilar fundamental de toda la familia.
Dentro del aislamiento impuesto y sostenido por voluntad y convicción de cuidado propio y ajeno; ella y su esposo Germán Pérez Talamantes, se han dado la tarea de vestirse de optimismo y mostrar las facetas de la esperanza para sosegar mi alma lastimada por la incertidumbre.
Con los cuidados protectores necesarios: cubre bocas, guantes y distancia de por medio; llegan hasta la puerta de nuestro hogar, trayendo víveres, objetos y utensilios que pudiésemos ocupar, alimentos de cuaresma, que traen implícitos la sazón y recuerdos de otros tiempos, memorias del pueblo, ¡la cocina de mamá!
Su llamada telefónica es la primera que recibo al despertar, con muchas recomendaciones, anécdotas, música y añoranzas, busca mi carga emocional aligerar. Y por las noches, me otorga bendiciones, encomienda, salud y protección al Señor de Señores, llenando mi alma de tranquilidad.
Debiera ser yo quien la cuidara y protegiera, sin embargo, una vez más me muestra los lazos fuertes y solidarios que se tejieron en nuestra célula familiar.
Así como ellos, he visto muchas personas que se encargan de gestionar, informarse y ayudar. Héroes que se han dedicado a brindar soplos de aliento, palabras y acciones que se tejen en el viento, dejando al descubierto la bondad, empatía y solidaridad.
Vaya pues para cada uno de nosotros, un abrazo solidario que construya fortalezas, que reanime, inspire, motive y aliente. Cierro con una frase de Charles Chaplin: 
…” Vive intensamente cada instante de tu vida, antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos”.


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