MARÍA DEL REFUGIO SANDOVAL

ANALISIS

  / JUEVES 6 DE FEBRERO DE 2020

Amor

Amor

Maestra Cuquita Sandoval Olivas

La temática circundante de este artículo hace mención a la fecha que se encuentra en vísperas y que ha sido motivo de grandes celebraciones en distintas partes del mundo. Cada cultura tiene sus propias acepciones, mismas que permiten que el contexto que le atañe, añada nuevos significados y costumbres.

El 14 de febrero se celebra el día de San Valentín, cuyo festejo se remonta a la época de los romanos;  tiene el punto de vista religioso por hacer mención del sacrificio de este santo, quien por orden de Claudio II fue decapitado, por bendecir la unión de parejas de enamorados, quienes contraían matrimonio a escondidas cuando el cristianismo estaba prohibido. Hay un relato histórico que versa sobre el enamoramiento de este santo, al estar en prisión en espera de su ejecución; se dice que era visitado por una joven ciega, hija del juez del lugar. Valentín quedó prendado de su sencillez y belleza, por lo que  estuvo orando fervorosamente, pidiendo a Dios que le devolviera la vista; milagro que pudo constatarse al ser esta chica quien leyó en frente de toda la multitud congregada para observar su ejecución.

Así mismo, es también una tradición laica, porque involucra simbolismos; tales como corazones atravesados por una flecha lanzada por un cupido que anda a la caza de una pareja.

Al paso del tiempo, las tradiciones se van acomodando y modificando de acuerdo a las condiciones sociales del contexto; de tal manera, que últimamente es una fecha que fomenta y promueve el consumismo exacerbado de regalos; pero también suscita y alimenta las manifestaciones románticas; es común escuchar las serenatas, el envío y dedicatoria de melodías especiales;  hay quienes invierten sus ahorros en un ramo de flores aromáticas, o simplemente regalan una rosa, impregnando  los sentidos de quien las recibe; los restaurantes de la localidad llenan sus espacios; los bares, salones de baile; se escriben y se reciben misivas de amor, donde se deja en manifiesto la importancia que esa persona tiene en su vida; o simplemente se observan las plazas y calles de la ciudad, con gente que camina mirándose a los ojos, tomados de la mano, expresando la felicidad que les embarga por tener alguien especial a su lado.

Las cartas de papel cambiaron su apariencia física, pero no su esencia; las palabras se convierten en el vehículo del pensamiento, que conectan al corazón, dictando emociones y sentimientos emanados del amor.

Los mensajes, tarjetas, llamadas telefónicas, todo circunda en el ambiente; se percibe la necesidad que tenemos como seres humanos, de vivir rodeados de afecto, cariño, comprensión y de manifestarlo ampliamente, utilizando diversos canales que se conecten y compaginen.

No solamente se celebra el amor entre pareja, sino que también es una manifestación de la amistad; ambos conceptos florecen en toda su magnitud y trascendencia.de tal forma, que cada vez,  generaciones más jóvenes se van involucrando y haciendo propio el festejo.

Celebremos pues esta fecha, dentro  de todos los ámbitos que nos atañen: en el entorno familiar, laboral, estudiantil, social y de comunidad; adornando nuestro interior y exterior con motivos alusivos, donde predomine el color rojo incandescente, que simboliza la pasión por vivir,  el fuego y la llama encendida del amor. Flama  que  arde en el corazón de todas las personas, y  que sirve de fuerza motora para emprender, luchar, trastocar el alma y generar cambios, primeramente en beneficio de uno mismo para luego ser como esa luz que emana del espejo y llega a alumbrar a toda la sociedad.  Y como dijo la madre Teresa de Calcuta: “Hay que amar hasta que duela”.