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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Creando otros escenarios


Creando otros escenarios
Abro esta disertación citando una frase de Enrique Rojas: “La amistad es el plato fuerte en el banquete de la vida”, preparando el camino para que las palabras en este laberinto de ideas, busquen nexos de hilación, cohesión y significado, tomando  su cauce hasta llegar  a despertar  emociones, sentimientos, asentimiento o disentimiento  del amable lector, quien dedica unos instantes de su tiempo para compenetrar en los pensamientos de esta escritora incipiente, que busca por medio de sus aportaciones literarias,  tender un puente empático en el proceso de comunicación. De la parte infinitesimal de temáticas a abordar, se debe delimitar el universo, focalizando una en particular, que permita ahondar en detalles y explicaciones, segura estoy, de que la curiosidad y deseo de seguir leyendo, no se fuerza, sino que se despierta por la fuerza, dinamismo y sabor que se le impriman a las palabras.
Indudablemente somos la generación  digital de la pantalla; algunos como  hijos biológicos, fruto de la herencia social, que les permitió nacer    dentro de ella;  otros como hijos adoptados o emigrantes digitales que hemos tenido que incursionar a este mundo.
 En la actualidad, tenemos una gran cantidad de amigos y seguidores en las redes sociales, sin embargo, en muchos casos, se nos dificulta  despertar, cultivar y conservar una amistad en la vida real, así como la convivencia armoniosa y respetuosa entre todos.
Las circunstancias y situaciones de vida nos permiten conocer e interactuar con otras personas; tenemos la posibilidad y libre albedrío de aceptar o simplemente dejar que éstas oportunidades pasen de largo, sin dejar huella en nuestra existencia.
Quiero hacer mención de un curso de trabajos manuales que tuve a bien tomar en el Centro Comunitario de la Héroes de la Revolución, donde concurrimos mujeres de distintas edades y de diversos puntos de la ciudad.
El permanecer seis horas diarias en constante acercamiento, permitió conocer un poco de la historia de vida de cada una de ellas; haciendo visible también la personalidad, temperamento, carácter y templanza de sus integrantes; emergiendo como en toda interacción social, algunos desacuerdos y puntos de vista discordantes, que sin embargo, fueron tratados y sanados  por medio del diálogo y la puesta en práctica de algunos valores universales como el respeto, tolerancia, empatía y solidaridad.
El trabajo de equipo mostró sus bondades  una vez más, demostrando  “que el todo es más que la suma de sus partes”,    hubo ayuda mutua para la elaboración y consecución  de los trabajos encomendados;  floreció un despliegue de habilidades y creatividad que hicieron patente la capacidad artesanal   para diseñar y crear  utensilios, adornos, bisutería, entre otros más,  de gran utilidad personal y social.
Vaya mi reconocimiento a esas mujeres y hombres  emprendedores que buscan el  crecimiento y desarrollo; aplaudo su valentía, porque demuestran  tener  voluntad y coraje para salir avante ante los embates y tempestades que han surgido en sus vidas.
Como todo ser humano, han enfrentado duelos, pérdidas de seres queridos, crisis  emocionales y económicas,  fuertes problemas de salud,  y sin embargo, salen de su casa con una sonrisa dibujada  en su rostro, con una palabra de aliento para quien la necesita, con manos dispuestas a trabajar, a crear, a transformar, artesanos que pintan de color e ilusiones su vida.
 Gracias por haber formado parte de mi existencia; por acompañarme en este trayecto de vida, por las bromas,  piropos,  por acrecentar mi autoestima y reafirmarme como un ser humano imperfecto y en constante transformación.  Comparamos un mismo boleto y hoy llegamos a nuestro destino, pero dejamos impreso en nuestras memorias las huellas del camino andado.
Les invito a seguir creando escenarios de convivencia,  fraternidad y amor.




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