Buscar este blog

miércoles, 16 de octubre de 2019

Emancipación



Este poema nace en un momento de angustia; cuando como madre,  sabes que no puedes detener más a tus hijos en el nicho que construiste para su seguridad y confort; estás consciente que deben aprender a navegar en aguas tranquilas y turbulentas, para saborear las mieles y aprender a ser resilientes ante las adversidades y turbulencias que se presentan; en el camino de la vida, a medida que crecemos, vamos dejando la dependencia, el apego; porque  cuando crecemos, hemos de emigrar en búsqueda de nuevos horizontes y convertirnos en tejedores de nuestros propios sueños.
Sabemos que en la rueda de la vida se van repitiendo y reproduciendo las situaciones, un día, también nosotros salimos de nuestro hogar, sin entender el dolor que dejábamos en nuestros progenitores.

Emancipación

-Me voy madre, -pronunció mi hijo,
-me marcho de casa,
voy buscando emprender mi vuelo,
tomar decisiones propias
construir caminos y senderos.

Soy el director de mi propia orquesta
cada día aprendo a tocar y bailar mi ritmo;
a partir de este momento
¡soy autónomo, autosuficiente!
libre como el viento.

Alcanzaré la cima
abrazaré el éxito
construiré mi nido
subiendo peldaños,
conquistando colinas, montañas,
y abruptos acantilados

Me dejó perpleja, muda, en silencio
con las alas rotas y el nido vacío,
le di bendiciones, abracé sus sueños
le tendí mis brazos, y el palpitar de nuestros corazones,
como tantas veces, se fundió en uno solo.

Como cuando estaba dentro de mi útero,
que le alimentaba y le protegía
de las inclemencias y de los tropiezos.


Le abrí las puertas, acomodé sus alas
Y en mustio alborozo le dije;
-Vuela, hijo mío, ha llegado   el tiempo,
¡Ya creció mi niño! ¡Ya se ha hecho hombre!




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido a mi blog, no te retires sin dejar tus comentarios.